Yulia Rodríguez Kúrkina, de las teclas del piano a los duendes de la composición

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En esta ocasión me gustaría resaltar la obra de Yulia Rodríguez Kúrkina, joven compositora, pianista y profesora de música, que comienza el estudio del piano en su natal Cienfuegos.

Llega al arte, principalmente, a través de su hermano mayor Ernesto Rodríguez Kúrkin, guitarrista y percusionista. Durante la entrevista que otorgara a 5 de Septiembre, fue dando las pautas para comprender el proceso que la llevó del piano a la composición. También los profesores y amigos que la ayudaron a encontrar su vocación en un perfil donde no todos los músicos pueden alcanzar el desarrollo creativo. Según cuenta Yulia:

“De mi nivel elemental en Cienfuegos guardo también muy lindos recuerdos de Vania Pérez Gutiérrez, mi ‘profe’ de piano. Le debo muchísimo a ella; cuando doy mis clases siempre la tengo presente, principalmente en las cuestiones metodológicas. También de Alina Roget Mora, que era vecina nuestra en la Ciudad Nuclear y que fue mi primera profesora antes de empezar en la escuela de música. Con ella me llevaron mis padres para preguntar si yo tenía condiciones. Tuve en el nivel elemental a Silvia Margarita Rodríguez Jo, que falleció ya hace unos años y fue una gran profesora. Por la manera en que ellas me guiaron, todavía pienso en sus clases cuando doy las mías. La que me incitó hacia la composición fue mi amiga Ana María Caluff, que lamentablemente ya no está entre nosotros, junto con la profesora Yudelkys Mayola García. Con Ana María coincidí durante mis estudios de nivel medio en Camagüey, donde estuve dos cursos antes de pedir mi traslado para la ENA. Era de Ciego de Ávila, estudió piano y fue una brillante compositora también. Le dediqué una pieza que es hoy una de las obras que más cariño le tengo. Yudelkys me recomendó ver en La Habana al profesor Juan Piñera, y Ana propició el primer contacto. Comencé a llevarle piezas y trabajaba con él en sus talleres, a donde iban muchachos del nivel medio buscando orientación y preparación para presentarse luego en el ISA.

“La carrera de composición no tiene un antecedente previo, se estudia directamente en el nivel superior. Realmente los talleres del profesor Piñera son valiosísimos, porque te va moldeando y lo más importante, respeta mucho tu propio estilo. No te impone una sonoridad, sino que desde tu propia línea de pensamiento te va orientando para encontrar nuestra propia esencia.

“Cuando entro al ISA en 2009, comenzó un camino arduo. Ese mismo año me presenté al concurso Uneac de composición y obtuve el Primer Premio con las que fueron mis grandes obras iniciales. Yo venía componiendo desde Camagüey, en un concurso que organizó la escuela, pero era algo muy desenfadado, no curricular, un certamen que se creó para incitar a los jóvenes con esas inquietudes. Allí gané un premio también y fue cuando me empezaron a motivar la profesora Yudelkys y Ana María. Después que pido mi traslado para la ENA, es que realmente comienzo a hacer mis primeras obras serias. Entre ellas una sonata para saxofón y piano, con la ayuda y el asesoramiento de Yuniet Lombida, el hijo del profesor Mario Lombida de saxofón, que era de mi año. Él me ayudó mucho en cuanto a las posibilidades técnicas y tímbricas del instrumento. La tocamos en mi graduación de nivel medio como cierre y nos quedó esa satisfacción. La presenté durante mi primer año del ISA en un concurso y le sumé una serie de siete piezas para piano. Con esas dos obras diferentes gané el Premio por el Compendio de Obras Presentadas y eso fue una categoría que no tenía precedentes, fue la primera vez que premiaban dos obras dentro de un mismo seudónimo.

“Después de graduarme hice mi servicio social en el ISA como profesora de contrapunto. De esta asignatura tengo grandes recuerdos de mi profesor en el nivel medio en Camagüey, Humberto García Brañas. Fíjate que las clases y las direcciones que me dio Humberto fueron las claves para toda mi vida, que no se quedaron en la teoría. Éramos muy de hacer cosas prácticas que es la mejor forma para mí de aprender sobre todo en una asignatura como el contrapunto que es tan densa, tan compleja y tan importante al mismo tiempo. Nos ponía a crear, y eso obligaba las neuronas a trabajar. Si no estaba conforme viraba los ejercicios, porque era muy riguroso, y esas cosas que yo aprendí con él se me quedaron para siempre. Después yo seguí con ese patrón. Con Humberto di nada más que mi primer curso en Camagüey, pero me enseñó tanto, para que veas lo que es un buen profesor, un maestro de verdad que te marque para siempre. “Ese año llegó de servicio social a la escuela, acabada de graduar del ISA, Yudelkys Mayola, buenísima también, de los profesores que nos tenían fascinados, de ella recibí clases de análisis.

“Comencé a impartir contrapunto y estaba feliz, porque me identificaba tanto con la creación, con el proceso de entender la ciencia del tratamiento de las voces que es tan complejo, pero a la vez tan eficaz. Cuando logras hacer aquellos ejercicios aparentemente matemáticos, siguiendo tantas reglas de ese contrapunto estricto, riguroso y obtienes el resultado que quieres, es fenomenal, porque sale música de eso. Lo que pasa es que tiene una base muy teórica, muy dogmática. Pero son herramientas que yo traté de impartirlas de manera que no se quedaran en la teoría, explicando que se pueden aplicar después a la creación desde cualquier estilo. Además, por supuesto, del uso del análisis; porque hay que tomar las partituras y tratar de identificar ese procedimiento en ellas. Ese análisis es el que te permite después ir dominando ya las formas y estructuras organizadas del pensamiento. Posteriormente se estudia el contrapunto libre, que es ya otra cosa. Al dominar ambos hay que salirse de los dogmas y encontrar un estilo propio, pero es necesario partir de esa base.

“He hecho algunas obras por encargo como una pieza que estuvo destinada para la orquesta de la Maestra Daiana García y forma parte de un disco con obras de jóvenes compositores, casi todos de una misma generación; junto con Aldito López-Gavilán, Alejandro Falcón, Harold López-Nussa y Ruy Adrián López-Nussa, que son un poco mayores. Fue mi segunda obra por encargo; anteriormente había compuesto una para un concurso de clarinete que se iba a hacer fuera de Cuba. La del Concurso Uneac, también fue pensada para ese certamen que tenía requisitos de formato, en este caso para cuerdas. Presenté un trío para piano, violín y cello. Después logré tocarlo con el dúo Promúsica, integrado por Alfredo Muñoz y María Victoria del Collado. Guardo ese recuerdo, junto a la colaboración con la orquesta de Daiana, como muy emotivos para mí. Lo demás si ha sido por mi elección en cuanto a todo, a formato, a lenguaje. Hace poco me contactaron con la intención de incluir mi catálogo en una tesis sobre jóvenes compositores que han escrito para piano”.

Actualmente Yulia ostenta el grado de Máster en Gestión del Patrimonio Histórico-Documental de la Música, que le otorgara el Colegio Universitario San Gerónimo. Ha cursado los postgrados en Gestión del Patrimonio Histórico- Documental de la Música en Hispanoamérica; Retórica musical; Introducción a la Enseñanza Universitaria y La Educación Psico-Somática del Músico. Alcanzó su Licenciatura en Composición Musical en la Universidad de las Artes, ISA, donde obtuvo el reconocimiento al mayor índice académico de su facultad universitaria y a la creación artística al momento de su graduación (2014).

En el año 2008 recibió una clase magistral de piano en el Conservatorio Tchaikovky de Moscú. Desde 2009, participa en el Festival de Música Contemporánea de nuestra capital y ese mismo año fue galardonada por el conjunto de sus obras y gana el Primer Premio del Concurso Uneac de Composición. En 2011 participó, con dos de sus obras en el IX Festival Internacional de Jóvenes Clarinetistas Venezolanos. Ese mismo año obtuvo Segundo Premio, de la especialidad de Composición, en el Concurso Musicalia, que organiza la Universidad de las Artes. Se presentó, nuevamente en 2012, en el concurso de Composición de la Uneac, y alcanza otra vez el Primer Premio. 2015 fue otro año de lauros, cuando fue invitada al Primer Seminario de Percusión y Piano Cubanos, celebrado en Caldas, Colombia, donde impartió clases sobre la interpretación de la música cubana en el piano. Durante el marco del certamen tocó junto a la orquesta Walking Jazz Band, de la mencionada universidad, junto a otros reconocidos músicos cubanos y colombianos. En 2019 participó como ponente en el Taller Internacional de Patrimonio Musical Documental, organizado por la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana; el Colegio Universitario San Gerónimo, adjunto a la Universidad de La Habana y La Universidad de Valladolid de España.

Dentro de su trayectoria laboral destaca el haber sido profesora de Contrapunto y Orquestación de la Universidad de las Artes de Cuba; profesora de Teoría, Solfeo y pianista acompañante en la Escuela Nacional de Música de La Habana; profesora de piano del Conservatorio Guillermo Tomás; y profesora de música del Centro Educativo Español de La Habana. Por su trayectoria fue escogida en 2015 como miembro del jurado del concurso Musicalia, en la especialidad de Composición, que auspicia la Universidad de las Artes y tribunal de pase del nivel para el ingreso a los niveles medio y superior de la enseñanza musical en Cuba.

Aunque ha desarrollado su obra en La Habana, Yulia forma parte del catálogo de músicos nacidos en Cienfuegos y es una rama del árbol frondoso de los consagrados y talentosos artistas de la Perla del Sur. Al hacer este trabajo biográfico sobre su trayectoria, se impone el deseo de que un día pueda ofrecer un concierto en el marco de algún festival de música, en el cual su obra autoral e interpretativa pueda ser presentada ante el auditorio sureño.

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Sandra M. Busto Marín

Licenciada en Música con perfil de flauta. Diplomada en Pedagogía y Psicología del Arte, Pedagogía Musical y Educación por el Arte. Máster en Arte. Todo en el Instituto Superior de Arte de La Habana.

Un Comentario en “Yulia Rodríguez Kúrkina, de las teclas del piano a los duendes de la composición

  • el 10 diciembre, 2022 a las 10:34 am
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    Muy buena públicacion, gracias a Sandra Busto por su trabajo de investigacion que nos permite conocer mejor a los músicos de Cienfuegos y su obra.

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