Un hecho trascendente de la Revolución del 33
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El 29 de abril 1933, efectivos del entonces Ejército Nacional y de la Guardia Rural hicieron un baño de sangre en la ciudad de San Luis, Santiago de Cuba
Marcia Armero me contó que su padre huyó de San Luis, en la antigua provincia de Oriente, aquel 29 de abril 1933, cuando efectivos del entonces Ejército Nacional y de la Guardia Rural hicieron un baño de sangre en la ciudad tras el ataque y toma del cuartel, poco antes de las seis de la mañana, por 29 revolucionarios que luchaban contra el machadato.
José Ramón Armero –conocido en la localidad por Chembo- simpatizaba con las ideas de Antonio Guiteras Holmes y la Unión Revolucionaria- porque «sus ideas y acciones marcaban el camino que los cubanos debían seguir para lograr la verdadera independencia. Mi papá, según me contaba, tuvo que irse para Guantánamo porque los guardias lo buscaban para asesinarlo», narra la sanluisera.
La historia cuenta que el líder antimperialista planificó la toma, al unísono, de los cuarteles de varias localidades orientales entre las que se destacan Las Tunas, Holguín y San Luis, el más importante nudo ferroviario del este cubano. Guiteras delegó en Antonio López Rodón la jefatura de las acciones para tomar la guarnición en la que había unos 31 miembros del Ejército.
El ataque fue así: diez revolucionarios hostigaron por el fondo del otrora cuartel de caballería español, otros 12 penetraron por el frente para tomar las armas que entregarían al pueblo y los restantes siete ocuparon la oficina y cortaron las comunicaciones.
Los asaltantes no sufrieron bajas pero sí los del ejército de la tiranía con dos muertos y cuatro heridos. El pueblo sanluisero, con Chembo presente, se sumó a las acciones que condujeron a tomar el Ayuntamiento, la estación de la policía, la junta electoral. Guiteras, que estaba en Santiago, al no tener conocimiento del desenlace se traslada hacia San Luis orientando a los revolucionarios que se dirigieran hacia las montañas.
Un soldado que escapó del cuartel se dirigió hasta Palma Soriano y dio a conocer la noticia. Desde allí y Santiago de Cuba enviaron efectivos que llegados a San Luis empezaron a «cazar» y asesinar por cada uno de sus muertos a más de siete sanluiseros. Fueron 15 los mártires de los que solo cuatro cayeron en batalla, el resto fueron asesinados por los secuaces del Asno con garras.
Los sanluiseros conmemoran la efeméride en el actual Museo Municipal 29 de Abril -monumento nacional estrechamente vinculado a la ruta funeraria de José Martí y a las acciones del 26 de julio de 1953- conscientes de que la única Revolución Cubana, tronchada también en los años 30, hoy es victoriosa.
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