Un día mundial desde la salud para prestar atención

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El 29 de octubre se celebra el Día Mundial del Ictus, una enfermedad que supone la primera causa de discapacidad adquirida en el adulto y la segunda causa de demencia.

Un ICTUS es un trastorno brusco en la circulación sanguínea del cerebro que puede ser producido por obstrucción (85% de los casos) o por hemorragia (15%). El daño cerebral que produce depende del tiempo en el que dura este trastorno y de la zona que se haya visto afectada.

Cifras de la Organización Mundial de la Salud refieren que, anualmente, alrededor de 15 millones de personas sufren un ictus cerebral, de ellas mueren cerca de 5,5 millones y un porcentaje elevado presenta secuelas discapacitantes.

El padecimiento es la tercera causa de muerte en Cuba y en el mundo desarrollado, después de las enfermedades coronarias y el cáncer.

El Dr. Julio López Argüelles, especialista de II grado en neurología y profesor asistente del Centro Especializado Ambulatorio Héroes de Playa Girón, adscrito al Hospital General Universitario Dr. Gustavo Aldereguía de Cienfuegos, comentó que constituye, después del Alzheimer, la segunda causa de demencia y amenaza en convertirse en la primera, y es la enfermedad crónica no transmisible más discapacitante al ser la que más secuelas provoca. Los pacientes pueden perder la fuerza muscular en un hemicuerpo, tener dificultades en la visión, la audición, el equilibrio y para articular y comprender el lenguaje”.

Detalló que esta enfermedad cerebrovascular puede ser tanto isquémica como hemorrágica, ya sea porque un vaso sanguíneo del cerebro se vea ocluido o roto; cuando se ocluye se origina un infarto cerebral y cuando se rompe, una hemorragia cerebral, acotó.

El Dr. Julio López Argüelles, especialista de II grado en neurología y profesor asistente. / Foto: Del autor

El Dr. Julio dijo que “quienes lo padecen en muchas ocasiones dependen de otros para vivir, por lo que es preciso conocer los factores de riesgo y tratar de prevenirlos. No obstante, podemos modificar o controlar la hipertensión arterial, que predispone tanto al ictus isquémico como al hemorrágico, concluyó.

En la Mayor de las Antillas la población hipertensa es muy amplia, al igual que lo es la que padece de diabetes mellitus, otro factor predisponente, al que se suman los trastornos con los lípidos, el colesterol elevado, los hábitos tóxicos, el consumo de drogas y el sedentarismo, entre otros.

El daño cerebral que produce un ictus depende del tiempo en el que dura este trastorno y de la zona que se haya visto afectada. Por lo tanto, saber identificar los síntomas para acudir cuanto antes al hospital, puede ayudar mejorar significativamente el pronóstico de esta enfermedad.

Los principales síntomas descritos del ICTUS son alteración brusca en el lenguaje con dificultades para hablar o entender, pérdida brusca de fuerza o sensibilidad en una parte del cuerpo (generalmente afecta a una mitad del cuerpo y se manifiesta sobre todo en la cara y/o en las extremidades), alteración brusca de la visión, como pérdida de visión por un ojo, visión doble o incapacidad para apreciar objetos en algún lado de nuestro campo visual; pérdida brusca de coordinación o equilibrio, dolor de cabeza muy intenso y diferente a otros dolores de cabeza habituales, entre otras manifestaciones en dependencia del paciente.

A pesar de ser una urgencia médica y un problema grave de salud, el ICTUS puede tratarse a tiempo y es posible la recuperación. De ahí la importancia de acudir a los servicios de urgencias de nuestros centros salud.

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