Socializan resultados de estudios de micro algas tóxicas en Cienfuegos durante 2021
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Un exhaustivo trabajo de revisión de las aguas cienfuegueras, realizó durante 2021 el servicio estatal Programas de monitoreo de la biodiversidad de especies tóxicas del fitoplancton de acuatorios de agua dulce, del Centro de Estudios Ambientales (CEAC).
Aimée Valle Pombrol, jefa del servicio, dirigió un taller para analizar los resultados del año 2021 en periódicos exámenes sobre la presencia de algas tóxicas y microalgas en los estanques.
La investigadora agregada especificó que la presencia de microalgas y cianoprocariotas capaces de producir toxinas, está favorecida por diversos procesos que provocan crecimientos masivos, lo cual representa un riesgo para los otros organismos acuáticos y la salud humana.
Según el consenso del equipo de investigación, las instituciones que velan por la calidad del agua en el territorio deben trabajar de manera conjunta con los biólogos capacitados del CEAC, a fin de procurar que este tema tenga una mirada diferente, y considerar la inclusión de criterios biológicos, no solo bacteriológicos, en la norma cubana:
“Estos resultados del análisis fitoplanctónico sirven, además, a la planta potabilizadora en la purificación, pues no es lo mismo agua con florecimiento, en esta hay que flocurar antes de tratar el líquido”, explicó la especialista.
Durante 2021 el CEAC realizó estudios de conjunto con la Universidad de Auburn, de Estados Unidos, y los especialistas lograron analizar las toxinas del embalse Damují.
Desde 2010, científicos del CEAC sistematizan tales estudios y proponen acciones, a fin de agregar habilidades a la detección de variedades tóxicas en agua dulce.
Los citados microorganismos se alimentan de nutrientes que reciben en fotosíntesis, elementos naturales como: iluminación, vientos y temperatura; por eso pueden suceder crecimientos masivos, pues toman la energía solar u oxígeno disuelto en el agua y aumentan su biomasa, fenómeno peligroso por sus toxinas.
Este tipo de vegetación marina nociva fue detectada en Cuba por primera vez en 1984 y en Cienfuegos aparecieron floraciones tras las lluvias intensas de 1988. Hubo rebrotes en 2005, 2009, 2010 y 2018.
Próximamente en el CEAC presentarán una tesis de maestría sobre el tema, que realizará aportes al Sistema de Alerta Temprana de la provincia.
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