Señales en la XIV Bienal de Arte en Cienfuegos, una posdata necesaria

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Todo acto creativo es una reserva de experiencias. Debemos aprender de los yerros y reconstruirnos,en tanto exacción que nos hace fuertes y ayuda al ascenso. Claramente, la Bienal de Arte de La Habana resulta un suceso imprescindible para los sureños (En 2019 se constataron las capacidades de los hacedores locales), pues nos coloca en el mapa de esta isla insospechada. Pero esta oportunidad exige a cada artista mayores rigores,corresponder con obras maduras, planificadas, lúcidamente concebidas, seductoras y viables (se puede soñar y debemos fantasear,pero un propósito inasequible siempre deja un gustillo de frustración). Cuando esto no ocurre se producen lamentables incidencias, como la iniciativa llamada Ramificaciones, sucedáneo del comentado proyecto El árbol de la esperanza. No queda otra alternativa que sanar las heridas (solo quien ama lo que hace siente el dolor de una crítica adversa; pero los más dignos toman esa desdicha como un desafío) y procurar los caminos que permitan el progreso. De hecho, el grupo Mar adentro no pudo consumar el seductivo proyecto que había anunciado y tuvo que contentarse con inaugurar la “primera piedra”, probablemente a causa de la resbaladiza planificación logística y financiera, por lo que debemos esperar a la próxima Bienal para disfrutar de su ambiciosa propuesta. No debemos olvidar los entornos económicos y epidemiológicos, pero el resultado es quien asume el débito del proceso.

Afortunadamente, el colectivo de Mar… localizó algunas alternativas para no dejar el vacío. En un principio, trazó la suerte de performance interventivo que esboza el alcance y las posibilidades de Fragmento de ciudad, luego acudió a los estudiantes de la Escuela de Arte Benny Moré para complementar la idea de una intervención pública en los viales de La Mar, colindantes con la Aduana y el muelle. Este segundo proyecto, intitulado Señales, vino a extender el espíritu urbanístico tensado por los miembros de Mar Adentro, acaso erigido desde un diseño que involucra la señalética y transmuta estéticamente el espacio público. Esta muestra colateral de última instancia (sin ser un texto rotundo en una dimensión artística) ganó las simpatías de los públicos, los cuales agradecieronel carácter lúdico de la propuesta que hicieran varios profesores y estudiantes de la academia de artes visuales de Cienfuegos (Erika Pino, Gabriel Guerrero, Yoan Iglesias, Mauro Martínez, Nelson R. Santana, Leidianis González, Liz A. Fernández, Lisandra Gil, Mariangel Estrada, Dianamarys Alfonso, María D. Ferrera, Leysi M. Martínez, Diana L. Ledesma, YannayraArroche, Amanda Sánchez, Yordan M. Guerra, Chariel Bell, Roberto C. Rodríguez y Aníbal Vázquez). Justo, Señales acapara la atención de los asistentes por la energía de estos iconos en forma de graffiti, que irrumpen en la arteria y nos obligan a reconocer de otro modo el patrimonio local. Con pocos recursos y mucha voluntad el colectivo ayudó al ambiente regocijante de la Bienal.

Foto: del autor

Las muestras expositivas creadas para el evento ya han concluido; queda ahora disponernos para la próxima convocatoria, concebir a tiempo las estrategias y favorecer proyectos que constaten el talento de nuestros artistas. Igual, esperemos que haya mayor rigor en el proceso de selección de los textos visuales y se tengan en cuenta los recursos ineludibles para su consumación. Recordemos que la Bienal no solo es un epicentro para el lucimiento de los creadores, sino también un sitio formativo y de gozo para los públicos.

Foto: del autor

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Jorge Luis Urra Maqueira

Crítico de arte. Miembro de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC).

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