¡Qué suene el mariachi!

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Cada 21 de enero es celebrado el Día Internacional del Mariachi, modalidad nacida en México cuyo alcance abarca el mundo entero.

En casi todos los países existen mariachis que interpretan música mexicana tradicional y folclórica. Los del país de origen, a la par que mantienen la tradición, alternan en su repertorio otros géneros, entre ellos danzones, valses y cumbias. No existe ritmo que no pueda ser ejecutado por un mariachi sin sonar bien. Esa plasticidad en la ejecutoria es lo que —en gran medida—  le confiere su universalidad.

Del mariachi sabemos mucho y poco a la vez. Su origen, como la esencia del mismo nombre, se pierde en el tiempo. Algunos musicólogos coinciden en que su cuna fue Cocula, pueblito del estado de Jalisco, y reconocen que casi al mismo tiempo, proliferaron agrupaciones similares en los estados de Nayarit, Colima y Michoacán. Cabe preguntarnos por qué se le atribuye a Cocula su lugar de nacimiento.

El mariachi, tal es conocido hoy, se dio a conocer más allá de su realidad campirana a partir de las primeras décadas del siglo XX. Con el triunfo de la Revolución mexicana, tras derrocar al gobierno de Porfirio Díaz, México emprendió la definición y el enraizamiento de los elementos definitorios de su identidad. Quedaban atrás años de una tendencia europeizante en el aspecto cultural, principalmente en la música, y el país comenzó a mirarse “hacia adentro”.

El cine, sobre todo durante la década del 30, comenzó a propagar arquetipos de “lo mexicano”, entre ellos las figuras del charro y la china poblana; la charrería como deporte nacional; el tequila y, claro está, los mariachis. Un día de 1925 llegó el mariachi coculense de Concho Andrade a la capital mexicana; primero tocaron en el restaurante La Bombilla, y Juan Hernández, propietario de El Tenampa, se apresuró a invitar a su paisano Concho para que tocara en su negocio, ubicado en Plaza Garibaldi. Fueron ellos, músicos coculenses, quienes estrenaron la presencia del mariachi en Ciudad México, y a partir de entonces el público empezó a escucharlos, bailar y cantar al ritmo de sones, jarabes, polkas, corridos y canciones rancheras.

Los primeros mariachis vestían ropas humildes de campo; más tarde adoptaron como indumentaria el traje de charro, con lo cual la identidad mexicana quedó reafirmada desde los presupuestos de la cultura regional jalisciense. Al principio contaban con pocos instrumentos. Los hubo en un inicio de tres integrantes que se hacían acompañar de guitarra, violín y vihuela. Al aumentar la cantidad de músicos apareció otro —el guitarrón—, que hoy es imprescindible, y se añadieron las flautas y el arpa. Creció el número de violines yfueron introducidas las trompetas, iniciativa atribuida al músico Miguel Martínez, y ello provocó una transformación inédita al dotar a la agrupación de una excepcional brillantez melódica.

El máximo esplendor del mariachi irrumpió con la llegada a la capital mexicana del Mariachi Vargas de Tecalitlán, fundado por los músicos campesinos Gaspar Vargas, Manuel Mendoza, Lino Quintero y Refugio Hernández, oriundos del municipio de Tecalitlán, en Jalisco.  De ahí en lo adelante aconteció la entronización de un grupo que sigue siendo imagen sonora de un país multicolor como México.

La difusión del mariachiabarca el mundo entero y Cuba no es la excepción. Casi todas las provincias cubanas —incluyendo a Cienfuegos—, poseen mariachis cuyas interpretaciones son parte de nuestras festividades campesinas y populares en general. Con la música de mariachi y sus letras tenemos mucho en común a partir de los versos octosílabos en que son concebidas, la misma métrica de las décimas campesinas que se interpretan en nuestras preciosas tonadas.

Todo México suena al ritmo de sus mariachis, aunque en dicho país existan otras formaciones musicales igualmente representativas, entre ellas las dehuapangos, bandas y más recientes los grupos norteños, forma híbrida donde predominan el acordeón y el bajo sexto.

Fue un acierto que en 2011 la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) declarase al mariachi Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, y que el día 21 de enero, se estableciera como Día Internacional del Mariachi. La adopción de esa fecha tuvo lugar en Bali, Indonesia, durante la sexta reunión del Comité Intergubernamental para la Salvaguardia del Patrimonio Inmaterial.

A ritmo de las vibrantes notas de La Raspa, La Culebra, El Jarabe Tapatío y el estremecedor son de La Negra, los mariachis no entienden de fronteras y suenan para el mundo,llenándolo de alegría con una música que nunca pasará de moda.

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