¿Podrá el tiro dar en la diana?

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En los últimos años hemos visitado en varias ocasiones las instalaciones del tiro deportivo cienfueguero, disciplina que cada vez suma más limitantes en la preparación de sus atletas.

La inexistencia de municiones, los problemas con el armamento, los cambios en los modelos de competición y las pésimas condiciones de su campo de entrenamientos, han matizado los más recientes períodos de ese deporte en nuestra provincia.

Y resulta lamentable que en cada visita, encontremos que, lejos de mejorar, se dificultan las condiciones para los entrenamientos, como lo atestiguan los integrantes de la modalidad de pistola, a quienes encontramos en su local ubicado en la calle de La Mar.

“No ha cambiado en nada —confiesa Sael Rodríguez, entrenador. Seguimos en las mismas. Ahora los eventos nacionales son con ‘perles’, modalidad de pistola neumática a diez metros. Y para una matrícula de 30 atletas contamos con una sola pistola, la cual ni siquiera funciona en estos momentos debido a la ausencia del gas que necesita, que es el CO2. Como puedes ver, esto se está cayendo en pedazos. Se había hablado de un programa de recuperación del campo de tiro. Pero hasta ahora, la ejecución de esas obras no ha comenzado. Si aparecieran las balas, me imagino que nos detengan las prácticas, porque en las actuales condiciones no se puede entrenar. Por el momento, otra vez nos vemos obligados al tiro sin balas, o sea, elementos técnicos y algo de preparación especial, como son las apneas y las estáticas, además de la preparación física general”.

Humberto Pérez, gloria deportiva del territorio y uno de los más prestigiosos entrenadores de la disciplina en nuestro país, ofrece sus argumentos.

“Todo esto se ha venido cayendo lentamente, y ya trabajar se nos hace extremadamente difícil. A pesar de eso, los resultados deportivos en escolares, juveniles y mayores se mantienen en el rango del uno al seis. Esta instalación se inauguró en agosto de 1986, y jamás ha recibido un verdadero mantenimiento. Y creo que hay cosas que se pueden hacer. ¿Siete tejas de fibrocemento? ¿Cuatro o cinco planchuelas de madera, para arreglar los parabalas, para garantizar la seguridad, para que esto funcione? ¿Mejorar los marcos de las puertas para facilitar el trabajo de los custodios? ¿Estoy pidiendo mucho? Es momento ya de que alguien tenga que ver esto y tome decisiones, porque los muchachos se desmotivan, y lo que ven durante meses aquí, no tiene nada que ver con lo que luego enfrentan en las competencias”.

Para Itzyar Rodríguez, capitana del equipo juvenil, se hace difícil enfrentar las jornadas de entrenamiento.

“Imagínate. Es practicar tiro sin tirar nunca. Es complicado, y sobre todo cuando se repite año tras año. Ahora mismo nos dijeron que será con ‘perles’, pero tampoco podemos tirar”.

El trabajo en medio de extraordinarias limitaciones refleja la pasión que sienten estos entrenadores por su labor.

“A pesar de las circunstancias, siguen empeñados en prepararnos, hacen lo imposible por que nos superemos, utilizando cualquier variante. Son los mejores entrenadores del mundo”, asegura Itzyar.

“Es un deporte que lo practico desde el año 1990, y me gusta mucho, de verdad. Los buenos resultados que he logrado, sin dudas me motivan a continuar”, confiesa Sael.

“Esto se debe a una sola razón: lo llevamos en la sangre. Desde el año 1963 entré por vez primera a un campo de tiro y a partir de ahí es lo único que he hecho en mi vida. Nunca Cienfuegos ha estado ubicado del sexto al octavo lugar nacional, propósito que nos planteamos ahora debido a las condiciones que enfrentamos. Nos mantuvimos nueve años en la primera plaza. Luego estuvimos unos seis o siete entre el segundo y el tercero, y ya finalmente terminamos en el cuarto. A golpe de experiencia, trabajo, dedicación, responsabilidad y profesionalismo, hemos ido tratando de salir adelante. Entrenar y dedicarme a la pedagogía deportiva son mis mayores pasiones”, señala Humberto.

A pesar de todos los obstáculos, aquí existe confianza en el tiro deportivo cienfueguero y cubano.

“Claro que confío —nos dice Sael. E incluso sueño que en el futuro no se utilicen municiones, y podamos hacerlo con puntos de láser, algo que ya ha logrado el pentatlón. Como quiera que sea, yo estaré aquí”.

A pesar de los obstáculos, los entrenadores continúan su labor.


NOTA DEL EDITOR JEFE: Por muchos años el tiro deportivo en Cuba se ha visto muy afectado por el bloqueo económico, comercial y financiero de Estados Unidos, debido a la imposibilidad de adquirir municiones y armamentos de procedencia norteamericana. En reiteradas ocasiones, esa política hostil impide igualmente el acceso a tecnologías de gran importancia para la preparación. Los blancos electrónicos, muy costosos, se podrían comprar a mejores precios si fuera posible adquirirlos en territorio estadounidense. Una caja de balas en EE.UU costaría aproximadamente ocho dólares, importe que se duplica o triplica si se le compra a un país de Europa o Asia, a causa de la lejanía y la transportación. El costo del bloqueo en el sistema deportivo cubano  durante los años más recientes se ha comportado de este modo: en 2018 el monto ascendió a más de 4 millones 690 mil dólares y en 2019 se acercó a los 10 millones. Ya en cifras generales, como conocen los lectores, el cerco que EE.UU. impone a Cuba ha causado pérdidas de más de cinco mil 500 millones de dólares en el último año, periodo marcado por el recrudecimiento de esa política hostil en medio de una compleja crisis sanitaria provocada por la Covid-19.

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Carlos E. Chaviano Hernández

Periodista y Director de programas de televisión.

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