¡Pescar!, ¡Pescar!…

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Hace unas horas me llegó un mensaje de una amiga: “¡Esto es genial! Debieran aprehenderlo y aplicarlo”, afirmó.

“Una empresa de China y otra cubana trabajaban juntas en la pesca. Los chinos pescaban por toneladas y los cubanos, casi nada. Fue así por mucho tiempo. Contrariado, el jefe cubano pidió reunirse con el jefe chino y le dijo:

“¿Qué ustedes haces que pescan y pescan y nosotros casi nada? Realizamos reuniones semanales de nuestro Consejo de Dirección, donde analizamos con profundidad el problema de la poca captura y tomamos acuerdos.

“Creamos un grupo de trabajo especializado. Hemos hecho planes de medidas que se chequean diariamente y constituimos un puesto de mando. Nuestro grupo de control interno analiza las causas y condiciones para evitar hechos de corrupción y los delitos.

“Constituimos tres comisiones, una contrapartida de las otras para analizar críticamente el porqué apenas pescamos. Realizamos matutinos diarios y reuniones semanales con todos nuestros marineros. Es decir, que hemos identificado el problema. Estamos trabajando intensamente para darle solución. Elevamos los informes correspondientes, como está establecido.

“Pero ustedes pescan mucho y nosotros poco. ¿Qué es lo que hacen?

“El chino miró al cubano, se encogió de hombros y le dijo: ¡Pescar!, nosotros lo que hacemos es pescar”.

Lección sabia. En realidad poco resuelven las reuniones en las cuales una y otra vez se repiten los mismos pronunciamientos: “Solucionaremos eso”, “trabajamos en esa dirección”, “buscamos la solución”…

Puedo asegurar que en más de 40 años de ejercicio periodístico he escuchado esas frases miles de veces, sin que aparezca por lo general el resultado esperado y requerido.

He escrito del reunionismo, ese mal enraizado en el quehacer laboral cubano, porque no se aplica otro método menos engorroso y que no ocupe tanto tiempo, como el diálogo en el puesto de trabajo, como hacía el Capitán de la Clase Obrera, Lázaro Peña González, o un documento con orientaciones, el correo electrónico, los mensajes por móviles (para quienes lo tengan)…

El General de Ejército Raúl Castro Ruz, en una ocasión, criticó fuertemente ese afán por realizar tantas reuniones. Para cualquier asunto se planifica y realiza una de ellas, en la que por lo general, los directivos principales llegan atrasados y un grupo numeroso de subordinados, que fueron convocados, esperan pacientemente a que se incorpore y se pierde un tiempo valioso, útil para ocuparse de los asuntos fundamentales en las entidades y los centros de la producción y los servicios en los diferentes sectores.

Con periodicidad asistimos a reuniones en las que al terminar nos preguntamos: ¿para qué se efectuó? Porque son la reiteración de lo mismo con lo mismo, de frases hechas, repetidas mil veces y en las que son adoptados acuerdos que jamás son chequeados.

Tengo la experiencia personal de un asesoramiento que a un medio de comunicación hondureño al que fui convocado. Lo primero que me advirtió la joven gerente fue que sólo se haría una reunión al final del mes, y de no más de una hora. En los 30 días que estuve allí se trabajó mucho, pero nada de encuentros de más de cinco personas. Y todo funcionó como un reloj, al menos en lo referido a la labor periodística. Temprano en la mañana se definía qué hacer y todos los integrantes del equipo de reporteros y fotógrafos salían a la calle a buscar las noticias y regresar con ellas. Así sí se “pescaba”.

Al afán “reunionista” criollo está unido también el de los matutinos, vespertinos y actos por cualquier acontecimiento. Considero ─aunque puedo estar equivocado─ que, por ejemplo, deben celebrarse los aniversarios cerrados de cualquier efeméride o constitución de organismos, salvo las conocidas excepciones, por el carácter histórico trascendental que tienen.

Hay que propiciar el aprovechamiento de la jornada de trabajo, porque es lo fundamental. Así lo refrenda la Constitución de la República en el Artículo 31. “El trabajo es un valor primordial de nuestra sociedad. Constituye un derecho, un deber social y un motivo de honor de todas las personas en condiciones de trabajar.

“El trabajo remunerado debe ser la fuente principal de ingresos que sustenta condiciones de vida dignas, permite elevar el bienestar material y espiritual y la realización de los proyectos individuales, colectivos y sociales.

“La remuneración con arreglo al trabajo aportado se complementa con la satisfacción equitativa y gratuita de servicios sociales universales y otras prestaciones y beneficios”.

En fin, más trabajo y menos reuniones, para “pescar más”.

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Ramón Barreras Ferrán

Periodista de la Editora 5 de Septiembre, Cienfuegos.

Un Comentario en “¡Pescar!, ¡Pescar!…

  • el 16 noviembre, 2022 a las 5:32 am
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    Genial, bravo y que sirva para las reuniones inútiles, pero… curioso: 6 AM no es hora laboral y cada jueves nos vemos en el Gobierno con las máximas autoridades en la comisión de Sostenibilidad, se chequea lo que se ha cumplido de lo planteado la semana anterior y se pone graficamente, en power point (más fotos) de los trabajos realizados de lo que se hizo, de lo que no se pudo terminar y de lo que se propone para la próxima semana. Ah, y lo mejor de todo, que no son palabras y foticos… al caer la tarde, las principales autoridades dan un recorrido, para ver en el terreno lo que los dirigentes informaron. Así, poco a poco, Cienfuegos hace lo que a otras provincias asombran y cuando vienen aquí preguntan: ¿Y cómo, con qué ustedes hacen estas cosas y no se detienen ni con bloqueo, ni con pandemia ni con nada?. La respuesta pudiera ser: porque nos reunimos y chequeamos fuera del horario laboral y así, pescamos!

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