Orine sobre decencia

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La noche arropaba a la ciudad de Cienfuegos cuando la joven pareja fue detenida de golpe por dos muchachas en el Bulevar de San Fernando. Una de ellas corrió a donde los novios y les pidió, de favor, voltear la mirada, para que su amiga pudiera agacharse y orinar sobre los muros de la Consultoría Jurídica Internacional.

Otro día, par de amigos presenciaron cómo otra mujer, sin el mínimo recato por quienes la observaban, se alzó el vestido y alivió su urgencia al pie del tótem ubicado en la entrada de la arteria comercial más importante de la urbe, visiblemente en estado de embriaguez y rodeada de hombres tan o más borrachos.

Y para rematar esta trama de acontecimientos impúdicos, a plena mañana, un padre, ante los llantos desenfrenados de su pequeño, tomó al niño, le bajó el pantaloncito y lo puso a evacuar casi en la puerta de la tienda El Encanto.

Ante tales escenas uno podría cuestionarse si el asunto de marras va de animales callejeros o de personas civilizadas e instruidas. Sin embargo, por mucho que deseáramos negarlo, en realidad nos compete desde hace tiempo y cada vez se normaliza más. Paradójicamente, casi a la misma velocidad de los cambios tecnológicos, en Cienfuegos mayor cantidad de ciudadanos orinan y defecan en la calle.

No resulta esto en modo alguno una exageración. Las peculiares aromas que hoy se respiran en tramos del Paseo del Prado y sus inmediaciones devienen prueba fehaciente. Basta inhalar para saberlo bien. Los portales de varios edificios patrimoniales pudieran considerarse meaderos públicos, a razón de una conducta que evolucionó a costumbre. Tampoco es solo la pestilencia, las manchas en muros y pisos exteriores del Centro Cultural Prado, la Iglesia Bautista y el Obispado de Cienfuegos reflejan todo cuanto no hacemos por resolver este problema.

La glorieta del parque Villuendas es otra cosa. Tengo dudas si el término cloaca alcanza para definir el grado de insalubridad del emblemático espacio. Allí los muros funcionan cual improvisados urinarios y al interior de la estructura únicamente falta poner papel higiénico para completar el servicio. Quizás la mayor vergüenza de nuestra ciudad sea este lugar, casi siempre lleno de heces, orine y hedor.

Por supuesto, la carencia prácticamente absoluta de baños públicos se convierte en la excusa perfecta para quienes realizan sus necesidades en la calle cuando les apura. Decirlo aquí es, más que llover sobre mojado, hacer pis sobre tantísimos textos publicados por este periódico, el último de ellos en 2017 (Orinadores en la vía pública, irrespeto visible en las calles de Cienfuegos), donde el tema de los mingitorios urbanos saltó a la vista, y nada, oídos sordos.

Es muy probable que todavía, como siete años atrás, y otros más antes, y así…, no se disponga de recursos para construir estas instalaciones y siquiera sepamos la manera de gestionar las que existen en varios establecimientos, a pesar que desde 2013 constan prerrogativas para arrendarlas. Ahora, la proliferación de actitudes tan degradantes no se justifica en lo anterior. Igual culpa tienen las personas que orinan en la calle como las autoridades e instituciones que lo permiten. Todas las veces que esto sucede en el espacio público, nuestra decencia apesta.

 

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Roberto Alfonso Lara

Licenciado en Periodismo. Máster en Ciencias de la Comunicación.

Un Comentario en “Orine sobre decencia

  • el 17 junio, 2024 a las 9:10 am
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    Estos fenomenos se ven con frecuencia en cualquier parte y cierto que no esta bien pero las personas con problemas de salud como prostota y otras que no pueden soportar los deceos, que solucion les damos no salir a la calle o por menos algun local publico donde hacer sus necesidades y es realidad los indeseables borrachos y otros personajes que sin escrupulos lo hacen en cualquier lugar hay que pararlos por que es demasiado este fenomeno el la sociedad. y no dejar apartados a los pobres perros en las calles que tenemos que caminar con cuidado por que las aceras estan minadas con estas minas anti personales y en las puertas de las casa cuando uno orina y marca el lugar todos los que pasen por aqui te dejan su poquito para que aromatizen el lugar cuando lo calienta el sol.

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