Nuevas formas de gestión económica: ¿La bola pica y se extiende?

Compartir en

Tiempo de lectura aprox: 2 minutos, 26 segundos

Confieso que no he sentido que las nuevas formas de gestión económica aparecidas en el país y por tanto en esta provincia, principalmente las micro, medianas y pequeñas empresas (Mipymes), hayan tocado aún a la puerta de mi hogar o han tenido reflejo alguno en el siempre maltrecho el bolsillo familiar.

Tampoco he sentido un despegue notable de modo tal, que favorezca el necesario avance, y por ende, la influencia real en la vida cotidiana, salvo excepciones que solo pueden ser apreciadas en algunos medios de comunicación apegados en demasía a las loas y por lo general, carentes del análisis requerido hoy más nunca.

Hace poco expresé en este sitio que tengo la impresión —aunque no soy un especialista ni un economista— que se “ha ido la mano” la aprobación. Y algo más: son muchas las privadas y muy pocas las estatales.

Recientemente leí en un medio cubano en Internet un material sobre los nuevos modelos económicos y las esperanzas puestas en ellos (incluían a los trabajadores no estatales y las cooperativas no agropecuarias). Y una persona, a todas luces conocedora del tema, criticó que existen Mipymes que se dedican solo a comprar productos en una provincia, regresar con ellos a la de origen y venderlos a un precio muy superior, recostado lamentablemente a la inflación galopante que todos sufrimos.

Y utilizo entonces una vieja interrogante muy socorrida para este caso: “¿Quién le pone el cascabel al gato, o mejor dicho, a esas nuevas formas de gestión económica? Hemos sido tradicionalmente muy malos en el control y la eliminación de las ventas con importes desmedidos, las reventas, el acaparamiento y hasta los manejos turbios, lo que influye sobre todo, en los ciudadanos que tienen menores salarios y están precisados, de manera obvia, a acudir a un mercado, tanto estatal como privado, con un muy bajo poder adquisitivo del peso cubano, el cual nunca acaba de elevarse porque no aparece una solución plausible. Entonces, ¿cómo se garantiza (en presente y futuro) la vigilancia y exigencia con esas formas, si en “la concreta” andan, por lo general, desperdigadas por cualquier territorio y hasta reportando más empleados de los que realmente tienen?

En un reciente análisis efectuado por los miembros del secretariado ejecutivo del Comité Provincial de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), en Cienfuegos, se partió de una aseveración de carácter general que resulta una verdad de Perogrullo: Desde el XX Congreso de la CTC y hasta la fecha, el movimiento sindical ha trabajado en función de consolidar, con sentido renovador, la atención y la labor política, ideológica y sindical a quienes se han integrado a las formas de gestión no estatal para promover el colectivismo y la solidaridad, así como fomentar conductas que se correspondan con los valores éticos y morales propios del socialismo.

Dieron a conocer que esta provincia cuenta con cerca de 150 nuevos actores económicos aprobados por el Ministerio de Economía y Planificación (MEP). De ese total, dos se han extinguido, uno en el municipio de Rodas y otro en el de Cruces. La cantidad de Mipymes privadas supera la cifra de 145, mientras hay solo una estatal y dos cooperativas no agropecuarias (CNA). Resulta evidente la notable diferencia.

En este territorio, 35 de ellas tienen conformada la estructura sindical, o sea el 24,1 por ciento de ellas, con 20 secciones de base y quince delegados. Están afiliados al sindicato respectivo, de acuerdo con el sector en el cual se desempeñan, 544 trabajadores, de 3 mil 644 que están empleados, según han reportado. Ese número equivale al 14,9 por ciento. En ese sentido, queda mucho por hacer, para lo cual es preciso cambiarle “el paso a la jicotea”.

Las principales dificultades detectadas, de acuerdo con lo expuesto en el análisis, son: demora en los trámites bancarios, dificultades para solicitarlos y la no generación de las propuestas a nivel de municipio. Se ajusta otra vieja afirmación: “Lo que mal comienza…”.

La vida evidencia que no pueden ser únicamente la CTC y los sindicatos los que se ocupen de manera directa y constante de esos nuevos actores económicos; a muchos más organismos y organizaciones también les corresponde, con la asiduidad y prioridad debidas.

Espero con ansiedad que, como me imagino le suceda al resto de los cubanos, que esas formas de gestión toquen de alguna manera algún día a mi puerta o algo más sencillo y factible: al bolsillo familiar. Y que podamos decir con entusiasmo: ¡Bienvenida!

Visitas: 13

Ramón Barreras Ferrán

Periodista de la Editora 5 de Septiembre, Cienfuegos.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *