Niurka Rondón Gómez y los anhelos por mejores derechos a la inclusión
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A Niurka siempre le encantó la lectura, la declamatoria y la canción. Hoy aprovecha cualquier oportunidad para –incluso– mostrar sus aptitudes para el canto.
Niurka, a pesar de que está con sus gafas oscuras –que denotan sus limitaciones visuales– siempre te regala una bella sonrisa que expresa su alegría de vivir en la sociedad cubana.
“Mi madre ha sido sin dudas un pilar fundamental en mi vida. Su apoyo ha sido imprescindible para todo. Ella; alfabetizadora, maestra jubilada de generaciones, fiel devota de aquel modelo pedagógico paradigmático de Antón S. Makarenko, fue quien asistía con develo a mis clases, me las copiaba, aun cuando faltaban instrumentos necesarios para ello”, dice esta mujer que sueña con pertenecer algún día al gremio de un bufete colectivo, para poner en práctica lo que estudió desde hace años.
“Yo soy graduada de Licenciatura en Derecho, en el período 2011-2012; sin embargo, mi pionera formación viene de la Facultad Obrero Campesina, insertada asimismo desde 1998 a la Asociación de Ciegos y Débiles Visuales. Sin el apoyo de ambas, jamás hubiera podido cumplir ese anhelo, sin dejar de mencionar mi rehabilitación educativa, ya que no nací siendo ciega y tuve que adaptarme poco a poco a la nueva realidad”, expresa.
Rondón asume desde 2016 una plaza de bibliotecaria en la Biblioteca Provincial Roberto García Valdés de Cienfuegos, y es jefa del departamento en la Sala especial Luis Braille de esa institución.
“Acá en el área especial de la Biblioteca trabajamos con el hogar de ancianos Hermanas Giral, donde realizo yo misma un espacio llamado Oasis literario, además de otros en conjunto con la escuela Especial José Rafael Siverio.
“Es importante, porque desde esta plaza le ofrecemos orientación, rehabilitación a las personas acerca de nuestra discapacidad diferencial. No me gusta decir situación de discapacidad”, explica.
A la par, Niurka logra vincularse a los conversatorios y programas de la Federación de Mujeres Cubanas, compartiendo sus experiencias de vida y las educativas, que tan importantes son para superar barreras y esparcir la sensibilidad en la población. “El gremio de federadas me ha permitido asistir a distintos eventos y sobre todo ser incluida como una mujer más no solo en sus actividades, sino en la sociedad. Soy igualmente partícipe del programa que la FMC auspicia en torno la violencia contra las mujeres y las niñas”, dice.
Desgraciadamente, en temática de derechos y nuevas oportunidades laborales, esta noble mujer ha tropezando con trabas y falta de comprensión por parte de varios factores. “Muchos de los que padecemos esta limitante, al llegar a los centros de trabajo ya nos estigmatizan con aquello de que vamos a exigir “cosas” para poder aclimatarnos. El trato no debe ser de asistencialismo, sino de enfoque de derecho ciudadano; de comprensión y análisis en la búsqueda de posibilidades para insertarnos al plano laboral sin discriminaciones de ningún tipo”, afirma.
Nos cuenta que las mejores oportunidades quedan en manos de los estudiantes universitarios, recién graduados, aun cuando es de conocimiento que una persona como Rondón Gómez puede estar en espera de una plaza desde hace tiempo. La ignorancia y falta de comprensión prevalecen. Y así hay que declararlo, sin ambages.
“Ahí estaba Fidel Castro, que confió en nuestras potencialidades, y si él creía en nosotros, por supuesto que para el otorgamiento de una plaza laboral u otra ubicación puede analizarse y estudiarse cada caso. Será necesario aprender a estudiar y socializar documentos de diversa índole en escritura en Braille en cada lugar, por ejemplo”, comparte.
Qué óptimo sería que se extendiera no solo a los centros de trabajo a los que aspira esta mujer, vinculados al ámbito de la Justicia, sino a todos en general. Así estaríamos reviviendo el espíritu fidelista y por extensión, las ideas martianas de una Cuba más libre, democrática y accesible.
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