Nicolás Guillén y la piel de la nación cubana

Compartir en

Tiempo de lectura aprox: 2 minutos, 8 segundos

Cuando en abril de 1930 aparecen en la sección Ideales de una raza, del ingeniero Gustavo Urrutia, en el Diario de la Marina ocho poemas de Nicolás Guillen, la crítica literaria atisbó en aquel desconocido una manera original y transgresora. Al escritor  mestizo camagüeyano de 27 años — iniciado bajo el influjo de Rubén Darío dentro del posmodernismo—se le recriminaba que los poemas parecían “letras de son”, el ritmo musical con marcados componentes africanos de gran arraigo en los sectores populares y marginales que se expandía en la sociedad cubana y, por supuesto, la cienfueguera, en la que ganaban espacio el septeto Los Naranjos y otras agrupaciones musicales. Se vivían tiempos de explosión del son cubano que, según Guillermo Rodríguez Rivera, “expresaba la fusión de los español y lo africano en la rica tradición musical cubana”.

Pocos conocen que Nicolás Guillén había llegado a La Habana en 1926 y tenía escritos numerosos poemas, agrupados en un volumen que algunos consideraban listo para llevar a la imprenta, pero que el camagüeyano, exigente consigo mismo como pocos, consideraba le faltaba todavía el vuelo literario capaz de aportarle aires expresivos renovadores y diferentes a los lectores. Guillén era muy celoso de la originalidad de sus textos. A lo más recóndito del archivo personal de Guillén irían aquellos textos, mientras brotaban los versos que darían vida a Motivos del Son que nadie niega se nutren de “manifestaciones de la cultura popular viva” para exaltar la importancia del legado africano y de esa manera, impugnar el colonialismo cultural presente en el mundo intelectual nacional. De ese modo seguía el rumbo trazado poco antesen la poesía vanguardista por Ramón Guirao con Bailadora de la Rumba, en 1928, y José Zacarías Tallet con La Rumba, un año después; pero sobre todo por el investigador Fernando Ortiz.

A Nicolás Guillén, como a la mayoría de los escritores de la República, no le resultaría fácil publicar el primer libro. Casi todos carecían del financiamiento necesario. En carta al consagrado poeta guantanamero Regino Boti fechada en octubre de 1930, hacía referencia a: “Lo malo va a ser el dinero para imprimir el libro”. Doce días después Boti le da pormenores sobre los costos y le precisa: “(…) Su poesía despierta vivo interés entre letrados y semiletrados. ¿Se interesará por ella la multitud? Creo que no. Y por lo pronto alégrese. Un poeta popular de primera intención, —en nuestros días—, no tiene más derecho que el ahorcarse. Luego desdichadamente, si se puede ser popular…”.

Con muchas dificultades Guillén edita su primer libro en 1931, Sóngoro cosongo, pues el anterior estuvo en las páginas de la prensa. En el libro aparece consolidado el Guillén renovador de los contenidos esenciales de la poesía cubana y de la forma de expresarlos. En Sóngoro cosongo Nicolás Guillén reflexiona en sus poemas sobre el significado literario de sus textos. Y esa reflexión aparece reforzada en el prólogo escrito para el libro. De manera que en este volumen encontramos una especie de manifiesto sobre la identidad y la belleza en Cuba, basado en fundamentos ideológicos y estéticos. Lo esencial de sus propuestas descansa en la idea de la importancia del negro en nuestra expresión literaria, musical y de todas las manifestaciones artísticas, considerada esa presencia como un hecho cultural y no meramente racial. La cultura la considera el alma de la nación cubana, siguiendo el ideario martiano de que “cubano es más que blanco, más que mulato, más que negro”. Por eso el autorreconocimiento del negro en Nicolás Guillen conduce a expresar: “Por lo pronto, el espíritu de Cuba es mestizo. Y del espíritu hacia la piel nos vendrá el color definitivo. Algún día se dirá: color cubano. Estos poemas quieren adelantar ese día”.

Visitas: 21

Orlando García Martínez

Escritor, historiador y presidente de la filial cienfueguera de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC)

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *