Limpiando prejuicios

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Me gustan los hombres desesperados, hombres con los dientes rotos. También me gustan las mujeres viles, las perras borrachas, con medias caídas y arrugadas y las caras pringosas de maquillaje barato. Me gustan más los pervertidos que los santos. Me encuentro bien entre marginados porque soy un marginado. No me gustan las leyes, ni morales, ni religiones o reglas. No me gusta ser modelado por la sociedad.

Charles Bukowski

El libro Ariza, de la autoría de Alexis Sebastián García Somodevilla, publicado por la Editorial Mecenas de Cienfuegos en 2015, pertenece a la colección Narrativa. Fue merecedor en 2014 del Premio Fundación de Fernandina de Jagua.

El volumen está dirigido a lectores interesados en la literatura sucia o realismo sucio, porque, a mi modo de ver, clasifica magistralmente dentro de esta corriente literaria por la temática que aborda, la manera tan peculiar y directa de escribir que tiene su autor, exponente representativo del género en  la provincia.

La literatura o realismo sucio es un movimiento basado en la sencillez, está caracterizado por el minimalismo y su parquedad en el uso del lenguaje y las situaciones que se presentan en sus relatos. Las primeras obras datan de 1930, con los trabajos de John Fante o Henry Miller, pero su verdadera consolidación fue en los años 70 y 80. Los autores más importantes del realismo sucio provienen de Estados Unidos, ya que no tuvo impacto en el continente europeo. En la actualidad es un estilo que se usa, en menor medida, por algunos escritores, entre ellos el cubano Pedro Juan Gutiérrez.

Ariza propone una serie de cuentos relacionados entre sí que van conectando una historia, la historia de Daniel, una suerte de escritor devenido recluso en una de las prisiones del país. Describe de manera directa y natural la cotidianidad de la vida de los confinados, mostrándolos como personajes imperfectos, con los defectos propios de los hombres y caracterizados por las bajas pasiones, la maldad que les cohabita, la crueldad que se apodera de ellos y las tradiciones dentro de la cárcel, expresadas a través del testimonio de su protagonista.

Alexis García Somodevilla, autor del libro. /Foto: Fidel Alejandro Conde Ravassa

Con este texto,el autor —quien en ocasiones llegamos a pensar que es el propio Daniel por la compenetración que logra con su personaje—, nos detalla, casi nos traslada y por supuesto lo logra, a la vida dentro de una cárcel. Este libro surgido de sus propias vivencias, a partir de su trabajo como escritor en la prisión, se ha convertido en su propia historia de vida, en su manera particular de mostrarnos lo que acontece dentro de un lugar, discriminado por muchos, marginado por otros, pero que en realidad forma parte de la sociedad actual cubana. Una realidad de la que no está exenta nadie y a la cual somos susceptibles.

NO COMMENT

Llama la atención cómo Somodevilla aborda con valentía y precisión una temática que históricamente ha sido considerada tabú y es repudiada por la sociedad. Logra captar aspectos básicos y esenciales de la realidad de la prisión como si realmente hubiera vivido dentro de ella, porque es capaz de identificarse con los personajes, lo cual resulta para mí el principal aporte de este libro.

Como muy relevante considero el uso del lenguaje, desprejuiciado, despojado de recursos literarios y adornos estéticos, que rompe con las reglas, y no respeta las ideologías, que muestra imágenes desgarradoras de sus personajes e ilustrala realidad tal cual es, basada únicamente en los elementos esenciales y prescindiendo de otros que pudieran distraer al lector. Tal es el caso de este cuento:

INFORMER

-Chivato.

-La lengua es mía.

-Vaya, coge tu chivato aquí. Baratico

Tuvieron que apartarlos.

Los seguidores del realismo sucio consideran el papel del lector como muy importante, ya que es este el encargado de descubrir los motivos, inconvenientes y las contrariedades que tendrán los personajes dentro del relato y en ocasiones se puede visualizar el final.

Un texto muy singular, que dibuja de manera directa, una realidad que posibilita tener nuestra propia representación de la cárcel en Cuba, comprender y casi ponerse en el lugar de los reclusos. Conocer sus modos de vida y actuación, su lenguaje vulgar, su chacalismo, por llamarlo de alguna manera, con un enfoque hacia lo cotidiano, que resume, en su estilo, una tradición carcelaria que no se detiene, al decir de su editor Ian Rodríguez Pérez.

Alexis Sebastián García Somodevilla, La Habana 1964, obtuvo el Premio de Cuento El Caimán Barbudo en 1989 con el libro El Deshollinador. Tiene publicados dos libros por la Editorial Mecenas: El Deshollinador (2000) y Senderos virtuales (2002). Textos suyos aparecen recogidos en antologías publicadas en Estados Unidos y Reino Unido.

*Directora del Centro Provincial del Libro y la Literatura.

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