La fuerza de una Termoeléctrica (+ Fotos)

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El ajetreo es constante en la Termoeléctrica Carlos Manuel de Céspedes, de Cienfuegos. Hombres y mujeres caminan de un lado a otro, sudorosos, con casco y overol. Todos están concentrados en sus labores.

Este es el pulso diario de la planta, reconocida como la más rentable y eficiente del país, aunque actualmente enfrenta un momento difícil: sus dos unidades están detenidas.

El trabajo en equipo se siente por todas partes./Foto: Del autor

Como periodista, confieso que nunca imaginé recorrer una entidad de esta magnitud ni vivir de cerca la tensión que implica sincronizar una unidad al Sistema Electroenergético Nacional. Aquí cada paso cuenta, cada ajuste es crucial, y el trabajo en equipo se siente por todas partes.

Entre las historias que escuché de sus trabajadores están los relatos de cómo, unidos, lograron superar las secuelas de un incendio que amenazó con paralizar la planta. También los recuerdos de la solidaridad y el compromiso que se entrelazan con la celebración del Día del Trabajador Eléctrico, una fecha especial para quienes día a día la sostienen.

El trabajo en equipo se siente por todas partes./Foto: Del autor

Pepe, el director general, es un líder pendiente de cada detalle. Conoce y explica de manera magistral todo lo que ocurre cuando no sale humo.

Hace algunos meses – me compartió una colega- Pepe se emocionó por la “Céspedes ” hasta las lágrimas durante un encuentro con representantes del gremio. La periodista, como símbolo de empatía, le pidió un abrazo, porque tanto el llanto como la risa contagia a cualquier cubano.

El trabajo en equipo se siente por todas partes./Foto: Del autor

Regresé hace poco y subí a más de 40 metros de altura. Alrededor de un centenar de trabajadores allí desafían día a día el cansancio y las dificultades.
Para ellos, la palabra descanso parece no existir cuando la responsabilidad llama. El ruido de las pulidoras, el olor a hierro y el sonido de las mandarrias forman parte de la acústica del lugar.

Allí permanece José Manuel, un joven mecánico que sufre, como todos los cubanos, el insoportable apagón y trabaja 12 horas, lejos de su familia.

“Estoy trabajando en la parte de los quemadores en la unidad cuatro, desarmando los tres pisos. Ahora, cuando terminemos de armar las planchas, lograremos el sellaje para que no pasen los gases”, dijo.

José Manuel, un joven eléctrico que trabaja 12 horas en la “Céspedes”./ Foto: De la autora

También está Yordis, de Nuevitas, en Camagüey. Él pertenece a la Empresa de Mantenimientos de Centrales Eléctricas. Está aquí desde octubre pasado y cada 48 días viaja para visitar su hogar.

“Estamos inmersos en los ajustes de la turbina de la unidad cuatro para, luego que sincronice, mantener la estabilidad de la Termoeléctrica”, explicó.

Yordis es de Nuevitas, en Camagüey, y desde octubre pasado labora aquí./Foto: Del autor

Así transcurren los días y las noches en la Termoeléctrica Carlos Manuel de Céspedes. Entre esfuerzos y esperanzas está la incansable voluntad de quienes eligieron el anónimato para trabajar duro y de esa manera contribuir en la disminución de las horas de apagones y darse un abrazo cuando el humo de la torre vuelva a reflejarse en el mar.

El trabajo en equipo se siente por todas partes./Foto: Del autor
El trabajo en equipo se siente por todas partes./Foto: Del autor

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