Ingrid Rodríguez, un rostro tejido en la música

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De sus casi 50 años de vida, Ingrid Rodríguez Díaz de Villegas ha consagrado más de tres décadas a la música cubana. Quizás por eso, al volver sobre las notas que adoquinaron el camino de su carrera artística, ella apenas consiga creerse el tiempo pasado, las estaciones vencidas tras cada canción. “¡Ay, Dios mío!”, dice.

¿Por qué suspiras? ¿Qué ha sucedido en estos 33 años?

“Ahora se dice fácil, pero es ya una trayectoria larga en defensa del arte y de la música, y no siempre las cosas ocurrieron como deseábamos. Sin embargo, soy afortunada por poder trabajar en lo que me gusta y hacerlo de la manera que he querido.

“Comencé en el cabaret del Tropisur, luego pasé al elenco del Hotel Jagua, y después formé parte de varias agrupaciones de Cienfuegos, tales como: Septiembre 5, Los Novos, Selección Latina y El Tren Sureño. Incluso, tuve la dicha de figurar entre los fundadores de Bahison, otro septeto que, a pesar de durar solo dos años, logró una gira internacional a través del Instituto Cubano de la Música y la grabación de par de discos.

“En 2013, emprendí un nuevo camino con mi grupo Trova Jazz, y hasta hoy nos mantenemos los mismos integrantes de entonces. A veces nos toca lidiar con trabas, lugares que carecen de espacios para presentarnos o falta de presupuesto; y aun así salimos a flote”.

¿De qué sirvió el tránsito por los cabarets para su carrera artística?

“Aprendí muchísimo. El público que va a allí es muy diferente al de otros sitios: exige un repertorio variado y eso ayuda porque brinda la posibilidad de interpretar diversos géneros, de ser una artista versátil. En el cabaret, cantaba, bailaba, actuaba, montaba coreografías; contribuyó sobremanera a mi formación”.

¿Por qué decidió crear un proyecto a título personal si disfrutaba de la suerte de integrar agrupaciones establecidas?

“Sentí la necesidad. Cuando se llega a un grupo, tienes que adaptarte al estilo y preferencia musical de su director. Yo soñaba en ese momento con asumir un repertorio que, además de gustarle a la gente, me agradara a mí y a quienes trabajarían conmigo. Así surgió Trova Jazz, con el espíritu de fusionar la trova, el bolero y otros géneros; de mezclarlos con el jazz y proponer sonoridades más contemporáneas.

“Un día antes del cumpleaños de mi hija, el 14 de diciembre de 2013, nos presentamos en los Jardines de la Uneac en Cienfuegos, y todavía conservamos la peña, los segundos sábados de cada mes, a las 3:30 de la tarde. Los arreglos musicales se conciben por los cinco integrantes del proyecto y generalmente ofrecemos descargas. Planteamos el tema, pero nunca lo hacemos de igual modo: versionamos, improvisamos, y la dinámica fluye”.

¿Cuáles han sido los principales éxitos de Ingrid y Trova Jazz?

“Insertarnos en la vida cultural de la ciudad de Cienfuegos. Llevamos una década en la Uneac y para nosotros resulta algo importante. Recién iniciamos una peña en la nueva sede de la Asociación Hermanos Saíz (el tercer domingo de cada mes, a las 5:00 p.m.), y también disponemos de un espacio en el Patio del Terry (los cuartos sábados, a las 10:00 a.m.). Estar en la programación de los centros culturales de mayor connotación del territorio es un logro”.

Las peñas se caracterizan por tener un público asiduo y cercano. ¿Cómo funciona esta experiencia para el grupo?

“Quienes asisten a nuestras presentaciones casi siempre son parte del público que habitualmente sigue a Trova Jazz. Ahora, en realidad trabajamos para todos y contamos con un repertorio amplio. Una vez al mes realizamos la peña itinerante, con actuaciones en casas de abuelos, hogares de ancianos y el Hospital Psiquiátrico. Visitar estos lugares es gratificante, porque esas personas necesitan actividades culturales y rejuvenecen cuando les llega la música”.

¿Cuánta satisfacción sientes al mirar atrás y repasar lo alcanzado?

“Una nunca está conforme. Pienso que pude dar más y tal vez hoy fueran mayores los éxitos. Pero en el lugar donde me encuentro, creo haber ganado el reconocimiento del pueblo, de las instituciones y hasta de las autoridades de la provincia”.

Expectativas, sueños…

“En vida de Lázaro García grabé un disco con la Orquesta de Cámara Concierto Sur y todavía por razones económicas no ha podido salir. Se llama Tejiendo un rostro en la canción y posee doce temas, de la autoría del cantautor cienfueguero. Está por terminarse un demo, dedicado igualmente a Lázaro, y con mi grupo continuamos el proceso de grabación de nuestro primer fonograma. Todo trabajo, bienvenido sea”.

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