Félix Bouyón, un cartógrafo de esencias

Compartir en

Tiempo de lectura aprox: 3 minutos, 36 segundos

Entre los asomos originarios de la plástica local (entiéndase concebido en Cienfuegos) sobrevienen los planos realizados sobre el sitio de Jagua.

El mapa hecho en 1826, según las reglas de las Leyes de las Indias, por el alférez de navío Félix Bouyón Turner, aporta las pequeñas viñetas que figuran el ancla de un barco y cañón en desuso sobre la cálida tierra. La línea del cartógrafo es tangible y el dibujo funciona como alegoría, toda vez que se fija la idea del abandono de las armas y la vida episódica para asentar lazos en predios vírgenes. La noción restaura el sueño del astillero en la bahía, que vendría a solventar las penurias del puerto capitalino, al tiempo que permitiría la producción de buques de guerra y mercantes en territorio sureño. Indudablemente es otra figura de la colonización desde una ordenación simbólica. Pudiéramos subrayar la desenvoltura de los motivos florales, paños y leños bajo el artefacto militar; empero, lo más connotado es el instrumento de medición de los terrenos, ubicado en un plano vital de la composición. A su vera se halla otro dibujo: el mapa de la arcana geografía de Cuba, inducido por otro cuerpo de signos, al modo de las banderolas y los avíos medidores de parcelas. Todos los trazos resisten la mirada exigente del espectador, aunque tan sólo sean esbozos de las ideas precursoras. Bouyón revela esa rara destreza para entremezclar el documento histórico-sociológico y la situación estética.

Detalle de viñeta creada por Bouyón en 1826 (arriba) y diseño de vista frontal de la Cárcel de Cienfuegos (1839), del propio Bouyón y con la colaboración de Helvecio A. Lanier.

Bouyón Turner (Cartagena de Levante, Murcia, España, 1786-Cienfuegos, 8 de febrero de 1853), es legatario de Honorato de Bouyón Serze y Elena Junco Turner, nieto por la vía paterna de los franceses Bartolomé Bouyón y María Serze, y por la materna del constructor naval inglés Guillermo Turner. Es el más célebre de seis hermanos. Del cuerpo de Ingenieros de Marina pasa al Cuerpo General en la extinción. Llega a ser venerado como una persona ilustrada, de delicado trato y severas prácticas. Según Rousseau Urra y Díaz de Villegas fue quien hizo el trazado de la población tomando a la Majagua como punto de partida (1819), las cinco manzanas de norte a sur y cinco de este a oeste.

El 22 de enero de 1825 asume la Comandancia de Marina y Ayudantía de Matrículas del Puerto de Jagua. En 1837 participa en la Junta de Caminos creada con el objetivo de analizar el estado de las vías o calles de la jurisdicción. Llega al cargo de Gobernador Interino en 1838, que cede un año después para continuar en el puesto anterior. En 1843 asciende a Capitán de Fragata y el 27 de julio de 1845 contrae matrimonio con Tomasa de Lemus y Rodríguez, hija de Antonio y Josefa. En 1851 arriba a vocal de la Junta Directiva de la Sociedad Filarmónica de Cienfuegos.

Algunos historiadores aseguran que tuvo un hijo, Félix Bouyón y Herrera, nacido en Caunao y combatiente del Ejercito Libertador. En el Diccionario Enciclopédico de la Historia Militar de Cuba, primera parte (1510-1898), de Amels Escalante y Ángel Jiménez González, aparece como miembro de la Junta Revolucionaria de Cienfuegos y se alude a su participación en los alzamientos que protagonizaran grupos de Camarones y Ranchuelo el 7 de febrero de 1869. En los días finales de febrero de 1870 se une a las tropas del mayor general Federico Fernández Cavada y enfrenta a las fuerzas españolas. Por su valor en combate asciende al grado de Brigadier. Muere en la Ciénaga de Zapata, en el decurso de la contienda bélica. Bustamante asevera que no dejó legatarios y con él se apagó el apellido Bouyón en Cienfuegos. Empero, tenemos dudas si es hijo natural de Tomasa Lemus y Rodríguez, pues el apellido materno no coincide.

Mapa Histórico de la Bahía de Jagua (1836), de Félix Bouyón.

El 17 de julio de 1839 A. H. Lanier y Félix Bouyón conciben una ampliación de los costados y el frente de la penitenciaría de Cienfuegos. En esta nueva propuesta el dueto aporta otras figuraciones, haciendo uso de la aguada y plumilla. En este caso no logran la destreza de otras labores conjuntas, aunque los dibujos cumplen los cometidos, especialmente en la vista frontal del inmueble, que ratifica el propósito de contribuir al paisaje urbano.

El edificio se eleva con gracia, enuncia el canon renacentista de la horizontalidad, apegado a las dimensiones humanas y una correcta ventilación, a un ritmo capaz de entusiasmar la mirada. Se erige, en este caso, una suerte de apuntes visuales de la entidad y profundiza en los componentes arquitectónicos (el trazado de la planta y estructura en general) y funcionalidad, toda vez que se tiene en cuenta los espacios que serán habitados por los reclusos y la administración.

En 1846 continúa su etapa de colaboraciones con Lanier y ofrece un límpido y sincrético plano donde aparece una viñeta adosada a la morfología de la Batería Nuestra Señora de los Ángeles de Jagua. Se trata de texto que ofrece detalles de la ubicación del recinto militar y sus disposiciones. La representación confirma la sensibilidad de los autores para el dibujo, el buen sentido antropométrico, del color, la vigorosa administración de los espacios, el preciso trabajo conceptual y finalidad de sus haberes.

Plano del Puerto de Cienfuegos (1846), de Félix Bouyón.

Con similar entibo irrumpe en 1847 otro plano y la viñeta del Puerto de la Villa de Jagua, elaborado con prolijidad pero menos detallado que sus predecesores. En éste emerge la foresta, un buque a lo lejos y ciertos ángulos de la bahía, escasamente distintivos de nuestra geogenia. A tono con el empirismo de las artes en ese período se percibe una entremezcla de lo europeo y lo autóctono. Repárese como el buque sugiere la socialización de los viajes y la posibilidad de llegar hasta nuestra “próspera zona”. Cotejado con la viñeta de Lanier (1839) se distinguen las mudanzas ocasionadas por la revolución científica.

Su sentido del detalle y la soltura de la línea le merecieron elogios entre los sureños, al tiempo que el calificativo de ser un cartógrafo de esencias.

Visitas: 23

Jorge Luis Urra Maqueira

Crítico de arte. Miembro de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC).

2 Comentarios en “Félix Bouyón, un cartógrafo de esencias

  • el 20 noviembre, 2023 a las 12:42 pm
    Permalink

    Le pido por favor revisar algunos datos del ilustre Felix Bartolome Honorato Josep Bouyon y Turner referidos a su biografía. El mencionado se caso una única vez, el 27 de julio de 1815, de esa unión nacieron Maria del Carmen en 1815 (hija ilustre del poblado de Rodas), Felix en 1820 y Elena en 1827, todos Bouyon Herrera. Las nupcias celebradas en 1845 fueron entre Felix Bouyon Herrera y Tomasa de Lemus Rodriguez, de quienes, si hasta hoy no tengo conocimiento de descendiente alguno.
    Saludos y muchas gracias

    Respuesta
    • el 12 diciembre, 2023 a las 7:27 pm
      Permalink

      Muchas gracias por sus recomendaciones y atención. Serán tenidas en cuenta

      Saludos

      Respuesta

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *