Estuche natural de fragancia: ylang-ylang
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Cuenta mi amigo Lázaro Hernández Iznaga que el perfume despedido por el árbol de ylang-ylang en las apacibles jornadas nocturnas del campo, solo es comparable con la fragancia del galán de noche. “El que ha probado ese olor, no tiene más que rendirse al embrujo de la misteriosa fragancia”, asegura.
El usufructuario de la finca El Correo, enclavada muy cerca de los poblados cienfuegueros de Arriete y Ciego Montero –este último famoso por los baños termales y los pozos de agua mineral— sembró en el patio de su casa una postura de la planta de marras, traída, según él, de la ciudad patrimonial de Trinidad, una de las siete villas cubanas primigenias fundada por el adelantado Diego Velázquez. Y a ciencia cierta, mi estimado Lázaro desconoce de dónde la llevaron hasta las tierras trinitarias.
EL ÁRBOL DEL PERFUME
Picado por la curiosidad indagué por el origen y las principales características botánicas del Cananga odorata, por su nombre científico, perteniente a la familia de las Annonaceae. Según la etimología de la palabra, conocí que algunos textos lo señalan derivado del idioma tagalo, tanto del término ilang, que significa “asilvestrado”, aludiendo a su hábitat natural, o a la palabra ilang-ilan, “raro”, sugestivo de su excepcionalmente delicada esencia.
En definitiva, se trata de un árbol nativo del sureste de Asia, desde Cambodia hasta Nueva Guinea y el norte de Australia. En su distribución natural alcanza los 60 pies de altura, de crecimiento muy rápido, con tronco de un pie o más de diámetro. Las hojas miden hasta ocho pulgadas de largo y se distribuyen en dos filas a lo largo de ramas colgantes.
Las flores, por su parte, llegan a prolongarse alrededor de las seis pulgadas de longitud y se confunden fácilmente con el follaje por el color verdoso amarillento. Las frutas miden hasta una pulgada de largo y son verdosas o negruzcas. Florece y fructifica durante todo el año, y prefiere los suelos ácidos.
La fragancia de ylang-ylang es rica y profunda con notas de goma y de crema, y dejos de jazmín y neroli. El aceite esencial de la flor se obtiene por destilación de las flores y se separan en diferentes grados, según cuándo se obtienen los destilados. Los componentes aromáticos del compuesto oleoso son benzil acetato, linalol y p-cresil metil éter y metil benzoato, responsable de su característico olor.
Justo, el aceite esencial de ylang-ylang, se usa en aromaterapia. Se cree que mejora la hipertensión, normaliza secreción de sebo en pieles problemáticas, y se considera un afrodisiaco por excelencia. Al decir de la antropóloga estadounidense Margaret Mead, lo usan los nativos del Pacífico Sur como los de las Islas Salomón, donde hizo mucha de su investigación.
Esta esencia aceitosa es ampliamente empleada en perfumería para toques orientales o florales (como Chanel Nº5). Las mezclas con la Cananga van bien con las florales, frutales y aromas a maderas. En Indonesia, por ejemplo, las flores se desparraman en la cama de los esponsales. En Filipinas, por su parte, estos mismos pimpollos, con las de sampaguita, se arman para lazo de cuello y la usan las mujeres para adornar imágenes religiosas.
Aunque me dice el ganadero de El Correo que los frutos que caen son de la preferencia del pavo real y las exclusivas gallinas Cubalaya que deambulan libremente por el patio, ha visto una que otra vez a palomas torcazas y tórtolas merodeando los alrededores en busca de las semillas para alimentarse.
OTRAS REFERENCIAS EN CUBA
En un interesante reportaje publicado en el sitio web lastunas.gob.cu, leí que las flores del Ylang-Ylang son muy utilizadas en la industria cosmética, porque posibilita el crecimiento de nuevas células, lo cual permite que sea empleado como tratamiento antiarrugas, ya que las suaviza. De igual modo, resulta muy útil para combatir el acné y las lesiones que por este, sufre la dermis, comoquiera que otra cualidad significativa que posee, es que equilibra la grasa de la piel y es antinflamatoria.
¡Ah!, y el citado trabajo periodístico hace la observación de que también presenta tanto beneficios relajantes como estimulantes, por lo que desde la aromaterapia es muy utilizado para tratar casos de depresión o tristeza, la ansiedad y situaciones de pánico y taquicardia.De ello da fe mi querido amigo palmireño.
Atestigua además el colega tunero que “Patilla”, el protagonista de su reportaje, con mucho carisma habla de todas las flores que vendió en alguna ocasión a expertos de perfumería en Cuba, incluso muestra como eleva la calidad de la colonia Bonabel de Violetas al echarle dentro las flores del Ylang-Ylang… Y suspira con ensoñación, relata el periodista.
De acuerdo con el sabio cubano don Tomás Roig, en su libro Plantas Medicinales, Aromáticas o Venenosas de Cuba, esta especie vegetal fue introducida por la Estación Experimental Agronómica a principios del siglo XX y es muy difícil de cultivar, por lo que no se ha reproducido con facilidad. La experiencia de “Patilla”, según el reportaje, refiere que él logra un ciclo de germinación, inferior a los 40 días a los que refieren los especialistas.
Y más adelante la publicación citada señala que “La prensa cubana, por su parte, ha hecho referencia a esta planta en diversos artículos, por lo que podemos conocer de su existencia en Media Luna, Granma, en los jardines botánicos de Cienfuegos y La Habana, así como la presencia de algunos ejemplares en los terrenos del Hospital de San Lázaro en El Rincón. Y yo agregaría que me consta su existencia en los predios de la finca El Correo, de Palmira, y en Trinidad, testimonia mi amigo.
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Se parece bastante a la planta de la chirimoya. Tronco liso. Y las hojas son idénticas.