En Cienfuegos: Castillo de Jagua, desafiante en el tiempo
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El 12 de marzo de 1733, el Ingeniero militar Joseph Tantete Dubruiller (Francia 1699 – Cuba 1760) colocó la primera piedra para erigir lo que conocemos hoy como Fortaleza de Nuestra Señora de los Ángeles de Jagua, justo a la entrada de la bahía de Cienfuegos.
Marisol Otero Álvarez, Directora de la institución, nombrada popularmente como el Castillo de Jagua por su localización en la zona costera con igual nombre, comenta a la prensa local que, “gracias a la investigación en archivos nacionales y extranjeros, se ha podido confirmar esa acción del ingeniero militar mediante una carta que representa mucha luz sobre su avanzado conocimiento.
Internacionalmente, la protección de las fortalezas militares alcanza gran importancia por su significado histórico y en Cienfuegos, el equipo de museólogos del Castillo de Jagua cuenta con la guía de Otero Álvarez, máster en Ciencias, y apasionada por la Historia para extenderla a las jóvenes generaciones: “y nosotros atesoramos colecciones y todos los objetos están relacionados con la Fortaleza. El valor monetario es incalculable, pero el valor patrimonial es considerable. Algo de lo más representativo y excepcional son los cañones como piezas de artillería y los proyectiles, la bala minié, los casquillos y la piedra de chispa utilizada como combustible.
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Para Marisol, las vitrinas de las armas de fuego y de las armas blancas – ubicadas en la Sala de armas – poseen un alto valor sentimental “porque en el momento de explicar su contenido e interpretar ese patrimonio, la mención de la Historia de Cuba emociona. Ahí tenemos machetes del tipo Paraguayo, algunos fusiles utilizados durante las guerras por la independencia de nuestro país y al recordar la valentía de los mambises frente al ejército español, pues reconocemos que se gestaba la cubanía entre aquellos criollos dispuestos a todo y es un viaje a la historia.
Resulta una inspiración permanente para compartir conocimientos con los pioneros que integran los círculos de interés, con los visitantes al museo insertado en la Fortaleza, con la Sociedad científica y una forma de cooperación con la Universidad de Cienfuegos, dijo la también coordinadora de varios proyectos socioculturales en los que la comunidad es el centro de atención, “porque el conocimiento tradicional debe ir junto con el conocimiento científico que hay dentro del museo.
“En 1745 quedó terminada la obra civil del francés Tantete y hasta hoy, su majestuosidad permite a los cubanos y extranjeros apreciar la belleza de cada espacio y su utilidad actual, amparada en el plan de conservación y restauración sin atisbos de deterioro porque cada día hacemos algo para mantener nuestro inmueble.”
Siempre, en el tercer mes del año, los trabajadores del Museo Fortaleza Nuestra Señora de los Ángeles de Jagua refuerzan su quehacer para celebrar la brillante acción de Joseph Tantete Dubruiller y reiterar al mundo el valor histórico de esta, una de las diez fortalezas militares de Cuba.
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