Empresas con pérdidas: ¿El cuento de la Buena Pipa?

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¿Cuánto tiempo llevamos escuchando o leyendo sobre las empresas estatales con pérdidas económicas? Desde los primeros Lineamientos aprobados aparece la indicación expresa de que, salvo excepciones muy puntuales, desaparecerían debido a la influencia negativa que significan para la salud financiera del país.

¿Qué ha sucedido? A ciencia cierta no conozco en detalles las causas de sus subsistencias a toda costa y a todo costo. Lo cierto es que el país se “desangra” porque, de manera evidente, ese comportamiento es insostenible, máxime cuando aquejan la carencia y la falta de liquidez en moneda libremente convertible.

Pasa un año y otro y la cantidad de entidades con esa situación sigue siendo notable.

El viceprimer ministro y titular de Economía y Planificación, en un análisis reciente afirmó que los datos macroeconómicos (según lo planificado) expresan que estamos sobrecumpliendo las utilidades y las ventas, que estamos cerca de los niveles previstos de exportaciones, que una buena parte de las empresas son rentables, pero esta —acotó— también es una fotografía con una parte negativa, porque más de 480 están con pérdidas, y algunas han planificado operar así este año.

En su más reciente explicación sobre el tema, dada en la sesión extraordinaria de la Segunda Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular, expresó  que “en los primeros cuatro meses del 2023, el 84 por ciento de las empresas tienen resultados positivos, generan utilidades, aunque ello no significa que operen al máximo de su capacidad o sean eficientes y estén proporcionando a la economía bienes y servicios”.

Precisó que hay en el país 285 entidades en pérdidas, 126 menos que las que estaban en esa misma condición al cierre de abril del 2022, precisó. Aclaró que entre esas 285 hay empresas “no podemos decir a priori que son ineficientes o improductivas, sino que por interés del país tienen precios topados para no contribuir a la inflación”.

Otras están en pérdidas por falta de innovación, de pensamiento estratégico, por acomodamiento de los directivos, porque no son creativos, y esto lleva otro análisis, afirmó.

En la provincia de Cienfuegos, de acuerdo con los últimos datos en nuestro poder, un total de 13 entidades iniciaron el 2023 con pérdidas. De ellas diez planificaron utilidades y tres previeron pérdidas. Este panorama quizás haya cambiado algo, aunque el resultado no debe resultar significativo.

En una valoración realiza al respecto por el movimiento sindical en el territorio expusieron que se han realizado acciones para atender esa situación, como la participación en los consejos de dirección y en las asambleas de afiliados y trabajadores. Se aprecia inercia en la ejecución de la autonomía otorgada al sistema empresarial y  persiste falta de preparación para la aplicación adecuada de las normas jurídicas, unido a la resistencia al cambio, débil participación del sindicato y de los integrantes de los colectivos en las decisiones adoptadas y deficiente motivación para aplicar de manera real cuanto más se puede aportar, sobre la base de las posibilidades reales.

Muchas de las soluciones de los problemas dependen de lo que se realice en los colectivos laborales y de que logren un mejor y más eficiente trabajo, sin dejar de tener en cuenta, por supuesto, la falta recursos y materias primas y el bloqueo inhumano del gobierno de los Estados Unidos contra Cuba.

Tampoco debe dejar de considerarse la influencia negativa en algunos aspectos de la aplicación de la Tarea Ordenamiento y la aparición y aumento desmedido de la inflación, lo que además de afectar a la población, también influye en el desempeño productivo y económico de las empresas.

La máxima dirección del país ha puesto luz verde a la evaluación de las entidades irrentables, a fin de profundizar en las causas que originan pérdidas y proponer medidas, caso por caso, para revertir la situación. El proceso concluirá en este mes de mayo.

Lo cierto y necesario es que ese problema sea atendido con más rigor y exigencia, porque no puede seguir siendo como el cuento de la Buena Pipa, de manera repetida e interminable.

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