Eliot Porta, músico, promotor cultural y creador de importantes eventos de la cultura villaclareña

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El pasado 16 de abril, de este 2022, entre las cuatro instituciones y las 19 personalidades que recibieron la Réplica del Machete del Generalísimo Máximo Gómez, estaba Eliot Porta, músico e importante promotor cultural. Tal vez no se conoce tanto de este creador fuera de su provincia, pero al pensar en sus aportes y contribuciones a la cultura, se puede afirmar que han sido significativos. De él podemos destacar el tiempo que estuvo al frente de la Sección de Música en la Asociación Hermanos Saíz de Santa Clara, de la que llegó a ser su presidente y donde fue inspiración y apoyo para quienes iniciábamos una carrera artística. Durante esa etapa creó varios eventos, entre los que destacan: A Tempo con Caturla y Logina Canta a Corona.

Al llamarlo para darle la enhorabuena, le pedí unas palabras para el 5 de Septiembre y me fue imprescindible comenzar preguntando por el “Longina” (como le decimos popularmentea este evento), un festival de trova que desde sus orígenes contó con muy buena aceptación por parte del público villaclareño yque ha llevado hasta la ciudad de Santa Clara a figuras noveles junto a importantes representantes de la trova cubana.Recientemente, tuvo lugar su Edición XXVI. Quisiera dar a conocer al lector cómo surgió y cuáles fueron sus objetivos.

“Cuando en 1989 se trasladaron los restos de Longina O’Farrill, una de las musas más importantes de Manuel Corona hacia el cementerio de Caibarién, motivó que se realizara un encuentro. Esos fueron sus inicios, hasta que en 1996 se oficializa como un homenaje al trovador. Por eso el evento como tal se llama ‘Longina canta a Corona’, como si ella le cantara a él cuando, en un plano simbólico, se reencontraron.

“Hay un fuerte movimiento trovadoresco en la provincia de Villa Clara. Alain Garrido, Rolando Berrío, Diego Gutiérrez, Leonardo García, entre otros, han participaron desde el comienzo. Se presentaron, primeramente, como trovadores individuales y luego como parte de la Trovuntivitis, que se crea como tal en 1997 en medio de un brote de conjuntivitis, de ahí su nombre. Al ser un evento de la Asociación Hermanos Saíz, está hecho para la promoción de las figuras noveles de todas las provincias. Por el ‘Longina’ han pasado innumerables trovadores como Eduardo Sosa, que vino por primera vez cuando formaba parte de Post Trova; Yamira Díaz; Ariel Barreiros, cienfueguero; el dúo Buena Fe se presentó cuando aún no eran conocidos; William Vivanco y muchos otros. Todos ellos le deben al ‘Longina’, en la etapa inicial de sus carreras, el contacto con una plaza tan fuerte para este movimiento como lo es Santa Clara.

“Convocábamos, además, a figuras ya consagradascomo referente para los trovadores jóvenes. Artistas como Marta Campo y Alberto Faya, serían los primeros en acompañarnos. Han estado con nosotros Carlitos Varela, Gerardo Alfonso, Polito Ibáñez, Liuba María Hevia y hasta el propio Silvio Rodríguez. No existe un trovador que declinara una invitación al ‘Longina’. Al principio estaba proyectado a todas las etapas, no a la llamada Nueva Trova solamente, y en ese sentido pudimos contar con Marta Valdés, César Portillo de la Luz y otros más. Sin embargo, todo evoluciona para mal o para bien; en estos momentos se ha concentrado más el evento en los proyectos alternativos de la trova.

“Ya no formo parte del comité organizador. Ahora todos los años se lo dedican a una figura. A mí me parece bien, solo que yo considero que debería ser siempre a nuestro trovador insigne, porque un poco se pierde el sentido. Muchos de los que vienen no saben que el evento es un homenaje a Manuel Corona. Pienso que eso es algo que hay que revisar. Me pregunto: ¿Cuándo le van a dedicar un ‘Longina’ a Corona?”

Recuerdo Eliot, que al principio se hacían peregrinaciones hasta la tumba de Manuel Corona.

“Era fundamental y casi que la esencia. Todos los participantes íbamos a Caibarién y se realizaba una peregrinación hasta el cementerio donde están sus restos. La Banda Municipal interpretaba la canción Longina. Esa tradición se ha perdido y está dentro de las cosas que hay que rescatar. Le daba, sin duda alguna, una distinción diferente. Al principio incluimos coloquios; contamos con figuras importantes en el estudio de la trova en Cuba, entre ellos, Joaquín Borges-Triana y Lino Betancourt. Se hacían también conciertos en centros estudiantiles. Muchos de los actuales seguidores del movimiento trovadoresco, se nos unieron a partir de esas actividades.

“En sentido general se continúa realizando con la participación de todos los jóvenes afiliados o no a la asociación, y ya son 26 años. Nosotros no lo hicimos para que perdurara tanto. Pienso que los eventos no deben ser infinitos, deben ser finitos. Al cabo de un tiempo habría que replantearlos y repasarlos, ver qué quedó mal y qué está bien, para continuar. Se van perdiendo a veces las esencias y eso es importante. Ahora se ha hecho extensivo a varios municipios además de Caibarién y es algo positivo, pero habría que ver qué lugares son los que tienen un público trovadoresco; estoy seguro que no todos pueden aceptar este tipo de propuesta, como mismo sucede con otras”.

Recuerdo que no solo creaste el “Longina”; fuiste la mente pensante e hilo conductor de otros eventos importantes en Santa Clara, ¿puedes hablarme un poco de ellos?

“En esa etapa fui el creador también del ‘A Tempo con Caturla’. Como su nombre lo indica, está dedicado a Alejandro García Caturla, quien era remediano, un hombre que defendió la música cubana, y junto a Amadeo Roldán, uno de los compositores más importantes de la música sinfónica en Cuba. Su nombre es A Tempo, un término musical que significa que estamos a tiempo con el pensamiento de él, y cumple el mismo objetivo del ‘Longina’, solo que en la música llamada de concierto. Pensé que llegaría a ser más universal. Cuando te digo esto me refiero a que fuera el evento más grande de la música llamada de concierto, donde se pudiera invitar a intérpretes de cualquier parte del mundo. Merecía haber sido internacional. Me parece que a Burkina Faso pudiera llegar una partitura de Alejandro García Caturla, igual que a Inglaterra o París, y tener mayor participación, pero no corrió con esa suerte.

“El ‘A tempo con Caturla’ tuvo numerosos tropiezos, precisamente por lo incomprensible que es muchas veces la música llamada de concierto. Lo difícil también de lograr es el público para eso. Pero se sigue haciendo. Es más antiguo que el ‘Longina’; fue el primer evento que creé. Con todo el respeto que merece, creo que habría que replantearse varias cosas, como por ejemplo, la participación en este caso del ‘Caturla’ de una excesiva convocatoria para artistas legitimados, que ya son reconocidos. En ese sentido no se parece a la asociación, que está para promover a lo novel, lo que no precisamente es conocido. El invitar a figuras —y lo digo en plural—, no lo hace grande. Ese es un papel que tienen otras instituciones culturales, no la Asociación. Hay que repensarlo.

“En mi criterio el ‘Logina’ sí se ha logrado; hay un fuerte movimiento, una comisión organizadora. Se han centrado en la idea, y creo que se parece más a lo que yo hice. Se siguen invitando figuras, pero no es lo más importante, que radica en que vengan trovadores jóvenes, que comienzan. El ‘Caturla’ se ha convertido en un evento que bien pudiera parecerse a alguno planeado por el Centro de la Música o Cultura Provincial.  No hay un movimiento de jóvenes noveles que participe. Y lo digo porque, contradictoriamente, en todo el país hay intérpretes que se desarrollan en este tipo de música. Habría que hacer una buena convocatoria entre todas las filiares. Vienen estudiantes del ISA, pero se debe razonar un poco más. En lo personal no me gusta mucho lo dedicado a…, ‘este año está dedicado a…’ , yo no estoy muy de acuerdo, pero no soy nadie ya para exigir. Me parece que siempre debe estar dedicado a Alejandro García Caturla y el de trova a Manuel Corona. Pero es la decisión que han tomado y hay que respetarla también.

“Soy el creador de otros eventos que no han perdurado mucho, pero han sido interesantes como, por ejemplo: Los Días de la Música y la Jira Descomunal Feijosiana, que se tomó del título de una novela de Samuel Feijóo y quise hacer honor a esta importante figura de la cultura villaclareña y jugar con la palabra jira, con j, que significa, banquete, merienda y juerga. Creo que son bastantes, un buen record en ese sentido, en organizar eventos o etapas de estos, que se pudiera decir también así”.

Eliot, ¿cuántos años estuviste en la AHS?

“Todo el período que se permite estar en la Asociación, según sus estatutos. Entré cuando era presidente el hoy ministro de Cultura, Alpidio Alonso Grau, y después con Luis Morlote Rivas, actual presidente de la Uneac. Soy miembro de honor. Fue un momento de génesis, de eventos, de proyectos. Un período en el cual surgieron varias ideas. Lo sabes bien, ingresaste en esa etapa.

“Sí, tuve la suerte de que esa época maravillosa, a la que llamas “de génesis”, sea parte de mis vivencias. También puedo dar fe del apoyo de la Sección de Música y la Asociación Hermanos Saíz, en Santa Clara. Es así Eliot, recuerdo que en esa época surgió el Trio Raptus, Danza del Alma, el Dúo Evocación, (inspirador en gran medida del hoy Trío Palabras) Rachid López y su proyectoTrovarroco. Empezaban a ser conocidos Alain Garrido, Diego Gutiérrez, Leonardo García, el Trío Enserie, con el carismático RolyBerrío. Comenzaban a realizar su obra los también afiliados y hoy grandes escritores villaclareños Arístides Vega Chapú, Yamil Díaz, EdelmisAnoceto, entre otros. La asociación propició en gran medida esta interrelación entre la trova y la literatura villaclareña. Trovadores musicalizaban textos de sus poetas contemporáneos y estos eran habituales en las peñas de trovadores, donde las controversias en décima entre poetas y músicos eran dignas de admiración. Fue una etapa inspiradora. La filial estaba en el Boulevard, casi frente al parque de Las Arcadas. Al entrar, había siempre una exposición de artistas de la plástica de la AHS y los fines de semana conciertos. El movimiento del rock se fortaleció en esos años. En el ’97 se hicieron grabaciones a todos los asociados y después se ponían en la radio. Para los jóvenes músicos que no llegábamos ni a los 20 años a finales de la década de los 90, eso fue un estímulo muy importante. Varios espacios estaban muy ligados a la obra de los artistas de la asociación como los conciertos denominados Alta Escena, en la Sala Marta Abreu del teatro La Caridad, el Patio de la Uneac y el Museo de Artes Decorativas; en todos estos se vio tu apoyo, Eliot. Un acontecimiento decisivo en esos años fue la creación del Mejunje, obra de Ramón Silverio, un promotor con letras mayúsculas también galardonado recientemente con la Réplica del Machete del Generalísimo Máximo Gómez, que aglutinó a todo este movimiento cultural inquieto, creativo, y continúa haciéndolo. Entonces las tertulias entre artistas fueron pasando para este mágico lugar, que se convirtió en imprescindible. La llama estaba lista y un espacio se nutrió del otro. Décadas después, se pueden ver los resultados.

“Fue un momento de génesis. En esa etapa surgió también la Editorial Fe de Belleza, perteneciente a la AHS”.

Hay algo imprescindible dentro de tu carrera, lo que te ha permitido hacer todo esto y es que eres músico de formación. Eres trombonista. ¿Dónde comenzaste tus estudios musicales?

“Comencé en la Banda Municipal de Camajuaní. Mi padre es músico y en mi familia hay varios músicos también. Poco a poco fui estudiando los niveles en Santa Clara; pasé por varios lugares, un poco azarosamente, y me gradué finalmente en la Escuela Amadeo Roldán en La Habana. Fui integrante de la Sinfónica de Villa Clara y de la Banda Municipal de mi pueblo. En algún momento hice música popular, como casi todos, pero no es mi perfil, me gusta más interpretar la música de concierto. Ser músico me favorece, porque me da otra visión. Lo que pasa es que desde niño tengo también esta vocación de promotor. Antes incluso de ser músico, siempre la tuve y es algo de lo que no me puedo desprender”.

¿Qué estás haciendo actualmente?

“Ahora soy el asesor del director provincial de Cultura, me ocupo precisamente de los eventos. Ya desde la mirada de Cultura atiendo a los creadores y a los artistas, pero no ejerzo como músico, para eso hay que disponer de todo el tiempo del mundo y no lo tengo, un instrumento requiere mucho rigor. Esta forma de trabajo me mantiene vinculado a la música, sigo siendo músico, pero de otra manera, dedicándome a los propios músicos. Sabes que vinieron recientemente José María Vitier, Silvio Rodríguez, Niurka González, Bárbara Llanes y Yaroldi Abreu, para el concierto que se hizo cuando le entregaron el Premio Nacional de Música 2021 a José María, y Yaroldi me dijo algo muy importante:  ‘lo mejor es que un colega esté al frente de otro colega’”.

Muy cierto. Y esto lo evidencias nuevamente al crear Los Conciertos Compartidos. Precioso proyecto, que he seguido en las redes.

“Sí, es el más reciente y lo hago desde Cultura Provincial. Es muy interesante. No se hizo con la perspectiva de que se quedara, pero la propia vida nos dice qué debe permanecer. Permite que los músicos de aquí se pongan al mismo nivel de los que vienen. Se intercambian las partituras y el que llega tiene que tocar un repertorio de los de aquí y los del patio, del invitado. Hace que las personas se superen, se promocionen y se conozcan también. Ha sido muy fructífero, no me esperaba tanto. Vamos a ampliarlo y llevarlo a diferentes manifestaciones. Estoy desde ahora enfrascado trabajando en todo esto. Lo único que vamos a hacer es una variación en el nombre, se llamará Con Ciertos Compartidos. Siempre serían en noviembre y diciembre”.

Recientemente acabas de recibir la Réplica del Machete del Generalísimo Máximo Gómez, una distinción que honra a varias personalidades e instituciones cubanas. ¿Qué ha significado para ti?

“Es un honor haber recibido la réplica del machete de Máximo Gómez, porque simboliza un compromiso eterno con mi Patria. Estar entre el grupo de personalidades y haber compartido con todos estos artistas que tienen un aporte a la Cultura Cubana, que es a la Patria también, desde la esfera de conocimiento de cada cual. Se le hizo entrega además a Diana Balboa, Agnés Becerra, Pedro de la Hoz, Yordanis Rodríguez, Luis Enrique González, Jesús Álvarez López, Ramón Silverio, Mario Virgilio Rivas, Víctor Fowler, Ramón García, Joel Pacheco, Pedro Luis Echerri, Rafael Guerra, Arnaldo Rodríguez,Alejandro García (Virulo), Pancho Amat y Alberto Faya. Entre ellos, varios amigos que han estado en los eventos que he organizado y que ahora nos rencontramos en tan importante acontecimiento. Es un momento que no olvidaré. Quisiera agradecer también a mis compañeros y a todos los que pensaron en mí”.

Me sumo al parabién por la distinción que acaba de merecer este creador junto a otro importante grupo de instituciones y personalidades cubanas. Eliot ha sido,sin dudas, un promotor por excelencia, un hombre entregado a suvocación que ha marcado pautas importantes dentrodel movimiento cultural en la ciudad de Santa Clara. Esparte de una génesis que optó por vivir para la cultura.

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Sandra M. Busto Marín

Licenciada en Música con perfil de flauta. Diplomada en Pedagogía y Psicología del Arte, Pedagogía Musical y Educación por el Arte. Máster en Arte. Todo en el Instituto Superior de Arte de La Habana.

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