El novio de la décima cumple cien años
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Nació el 30 de septiembre de 1922, en la Finca Los Zapotes, en San Miguel del Padrón, perteneciente en aquella época, al municipio de Guanabacoa, tierra de grandes personalidades de la cultura cubana: Ignacio Villa, Bola de Nieve, Rita Montaner —La única— y Ernesto Lecuona, el más prolífico de los compositores cubanos de todos los tiempos.
Jesús Orta Ruíz, el futuro Indio Naborí, considerado por los más acuciosos investigadores, la figura más descollante de la décima en el siglo XX cubano. Pero no sólo Naborí viajó por los diez trillos sonoros de la décima, sino, que además, cultivó otros metros poéticos, como el Romance, el más extraordinario y conmovedor de todos fue, la Elegía de los Zapaticos Blancos, conocida también como, Nemesia Flor Carbonera, que constituyó también una denuncia ante el mundo sobre la inversión mercenaria por Playa Girón. Así mismo, el Indio manejó con mucho acierto el Soneto y la poesía libre. Escribió artículos periodísticos, investigaciones sobre el folclor campesino y las populares crónicas en décimas, a las que tituló: “Al son de la Historia”.
Desde su trabajo en el Comité Nacional de la UNEAC, contribuyó a la divulgación y promoción de lo mejor de la cultura cubana. Entra la numerosa bibliografía de Naborí se encuentran, entre otras, Boda Profunda, Décima y Folclor, Viajera Peninsular, La medida de un suspiro, Entre el Reloj y los espejos, Cristal de aumento, El pulso del tiempo, Entre y perdone Usted, El Jardín de las espinelas, Breve apunte para la epopeya, Desde un mirador profundo y Con tus ojos míos. En el año 1955 protagonizó, junto a su entrañable amigo Angelito Valiente, la llamada Controversia del Siglo, que en realidad fue una disertación donde trataron cinco temas: El Amor, La Esperanza, La Muerte, La Libertad y El Campesino. Aún los ecos de aquel encuentro se sienten en el antiguo Casino Español de San Antonio de los Baños y en el estadio Campo Almada.
Textos de Naborí han sido traducidos a diversos idiomas y publicados, en antologías cubanas y extranjeras. Mereció numerosos premios, menciones e importantes distinciones, entre ellas, la Orden Félix Varela, la Medalla Alejo Carpentier y en el año 1955, fue galardonado con el Premio Nacional de Literatura.
Raúl Ferrer Pérez, poeta y Pedagogo cubano, sostuvo una fraternal hermandad con el Indio Naborí y lo calificó como El novio de la Décima. En una simpática obra, Raúl enamoraba a la “Novia” de Naborí y ella le respondía airada que su novio no era otro que Jesús. La referida obra fue escrita en 1954 y comparto con los amigos lectores, el último intento de Raúl Ferrer por merecer el amor de la décima.
—Y ni un beso antes de irme? /—bese al verde y ya me besa/ quiero hacerte una promesa, / paloma, tienes que oírme. / Y juro que el golpe firme / con que se tumba un jiquí / en el corazón sentí/ cuando me gritó con ira/ —¡ Soy la décima guajira, / y mi novio es Naborí¡/
¡A 100 años de su nacimiento, Naborí sigue siendo el novio de la décima cubana!
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