¿El año de la yuca? (+ Fotos)

Compartir en

Tiempo de lectura aprox: 2 minutos, 26 segundos

¿Estamos en el año de la yuca? Creo que sí. Nunca habíamos tenido tan presente ese alimento como ahora, porque “cuando el zapato aprieta”…

Y ha apretado duro, demasiado quizás, pues cada vez el país dispone de menos harina de trigo para la confección del “pan nuestro de cada día”, los dulces, croquetas y otras elaboraciones que tanto favorecen la mesa familiares y también la merienda de los niños, sobre todo.

Las importaciones de trigo están reducidas por causas divulgadas y conocidas. A eso se une que las plantas molineras presentan un deterioro notable en su equipamiento tecnológico, lo que causa roturas y paralización frecuentes, o demoran en demasía la ejecución de las inversiones, como ha ocurrido en la de Cienfuegos, la cual es responsable del abastecimiento a un grupo de provincias del país.

Entonces no ha quedado otra alternativa que acudir a la yuca, también conocida en otros países como mandioca, guacamota o casava y tapioca, una variedad dulce. Es rica en energía, así como en Vitamina C, Ácido Fólico y Manganeso.

La yuca (Manihot esculenta Crantz), de la familia Euforbiácea, pertenece al género de plantas alimenticias, conformada principalmente por arbustos y está distribuida en el Nuevo Mundo, desde Arizona en los Estados Unidos, hasta la Argentina. Se han encontrado restos de hojas y semillas en cuevas de la Sierra de Tamaulipas al noreste de México, de hace 2 mil 100 años. La yuca es un alimento energético, rico en vitamina C, ácido fólico y manganeso. /Foto: elpoderdelconsumidor.org
Alternativa a la mano

Ciertamente, su empleo en la panadería y la dulcería no deja un resultado agradable al final, quizás por nuestra costumbre o por las propiedades para ser horneada. No obstante, deviene alternativa viable, pues como asegura un refrán popular cubano “a falta de pan, casabe”.

Este último alimento, con la yuca como base esencial, es bastante poco elaborado en Cuba en la actualidad y particularmente en la provincia de Cienfuegos, a pesar de ser milenario y consumido desde la época de los aborígenes.

Su popularidad antigua pertenece también a otros países de América Latina, como República Dominicana, Venezuela, Brasil, Perú y Haití, entre otros.

En aquel entonces, cuando fue descubierto por los españoles luego de su llegada a América, se le denominaba Pan de Indias. Los conquistadores lo empacaban en grandes cantidades para la alimentación durante sus continuos viajes entre un continente y otro, precisamente por su ventaja frente al pan europeo, pues a pesar de ser seco y duro, se conservaba muy bien por más tiempo.

En la actualidad se elabora en Camagüey, en las festividades populares del San Juan camagüeyano, y también en Las Tunas y algunas zonas de Guantánamo. En la más oriental provincia del país lo comí por vez primera y ciertamente, me gustó. ¿Por qué no se fomenta más su obtención?

Harina de yuca

En Cienfuegos se ejecutó el montaje de una planta para obtener la harina de yuca en la cooperativa de producción agropecuaria Antonio Maceo, ubicada en un área de la empresa agropecuaria Horquita, en el municipio de Abreus. Su capacidad permite procesar dos toneladas (t) diarias y obtener 560 kilogramos de harina. La materia prima la garantizan los productores de la propia cooperativa.

Planta para producir harina de yuca en la CPA Antonio Maceo, ubicada en Horquita. /Foto: Mireya Ojeda (Archivo)

Según ha trascendido, en ese municipio emplean un 30 por ciento de ella y un 70 de la de trigo para conformar el pan.

La Empresa Provincial de la Industria Alimentaria (EPIA) está empeñada en la activación de la fábrica La Prosperidad (antes producía fideos), ubicada en el reparto de Punta Cotica, en la ciudad cabecera del territorio, para a partir de 3,4 t de yuca disponer de una de harina para favorecer la producción de pan y dulces, fundamentalmente, previa la aplicación de los correspondientes análisis de laboratorio y medidores de la calidad.

Todo eso requiere, desde luego, un respaldo seguro del cultivo en las diferentes formas productivas existentes. Si no se cuenta con la materia prima requerida, de nada valdrá la voluntad.

Evidentemente a la yuca le llegó su momento de esplendor, y 2023 debe constituir el año de la consolidación de los procesos fabriles y de utilización.

A falta de harina de trigo, la del tubérculo. Peor es no poder contar con ninguna.

Visitas: 28

Ramón Barreras Ferrán

Periodista de la Editora 5 de Septiembre, Cienfuegos.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *