Desechos que no se desechan en Cienfuegos

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En más de un millón 200 mil pesos mensuales se fija la meta económica de la Unidad Empresarial de Base (UEB) Planta de Proceso Plástico, perteneciente a la Empresa de Recuperación de Materias Primas en Cienfuegos. Esta industria trasciende hasta hoy, como la única de su tipo existente en Cuba, encargada de recibir, clasificar, procesar y comercializar desechos plásticos reciclados.

Objetos, envases, equipos de cómputos y partes de vehículos son algunos de los residuos acopiados por la fábrica, los cuales se clasifican en polietileno (de alta o baja densidad), polipropileno, ABS (de aplicación frecuente en la rama automotriz, así como en juguetes y materiales de oficina), y PET, este último muy utilizado en botellas de refresco, agua, y pomos de aceite.

José Andrés Fabregat, director de la UEB, explicó que “la principal producción es la escama de desechos plásticos, la cual se obtiene luego del proceso de trituración en los molinos, y cuya venta depende de los usos que pueda dársele en el resto de la economía. Además —dijo—, elaboramos mangueras y tuberías para los distintos programas de la Agricultura y la Construcción”.

A estos productos sumaron hace pocos meses la lana de saco, obtenida a partir de los depósitos de polipropileno que se emplean a escala industrial para envasar alimentos, y donde llegan los residuos de plástico que sostienen a dicha planta.

“Es un desecho de la propia actividad del reciclaje, el cual transformamos y sirve para la confección de colchones, almohadas, cojines y muebles. Ya actualmente vendemos esa lana a trabajadores por cuenta propia y nuevos actores económicos, y próximamente inauguraremos una tienda minorista, donde la población podrá comprarla”, apuntó Jesús Enrique del Hierro Castillo, director general de la Empresa.

LAS VUELTAS DE LA ECONOMÍA CIRCULAR

Definida como un modelo de producción y consumo que implica compartir, alquilar, reutilizar, reparar, renovar y reciclar materiales y productos cuantas veces sea posible, la economía circular constituye una de las cartas más osadas que juega hoy el mundo en función del desarrollo sostenible. En Cuba, apenas se dan los primeros pasos, y uno de ellos atañe a la UEB Planta de Proceso Plástico, de Cienfuegos, donde casi todo cobra vida útil.

Sin embargo, Del Hierro Castillo opina que, en realidad, la fábrica solo responde al último de los elementos de la economía circular, consistente en reciclar aquellos artículos que ya carecen de uso por el resto de los actores. “Hasta ahí —afirmó— cumplimos con lo que nos toca, y por eso abogamos por una mayor integración de los organismos, porque el reciclaje no es el principal responsable en este asunto”.

El desplome en los suministros de residuos plásticos a la industria cienfueguera habla de cuánto todavía falta por hacer en pos de multiplicar los beneficios, bien desde la familia, la escuela, las organizaciones políticas y de masas, y las entidades. Ahora, está claro que el escenario de crisis económica impone también sus reglas.

Yordany Suárez Sosa, técnico de Producción, confirma que “en estos momentos la entrada de plástico no se comporta al ciento por ciento. La provincia nos garantiza un nivel para las producciones alternativas, de las cuales pensamos obtener 5 mil tubos y alrededor de 5 mil metros de manguera”.

Las circunstancias actuales entrañan una paradoja, pues, mientras el mundo llama la atención sobre “islas de plástico” que atentan contra el medio ambiente, la generación de este residuo en Cuba es muy limitada, debido a la escasa participación de la economía en la producción de bienes y servicios.

“Un ejemplo es la Empresa de Productos Lácteos Escambray, en el municipio de Cumanayagua, donde el helado era envasado en cubetas plásticas, y hoy utilizan cajas de cartón. Así se materializa el decrecimiento de los desechos, pues ese plástico nosotros lo reciclábamos, procesábamos y vendíamos a una industria local, que lo usaba en la fabricación de tapas para tomacorrientes, lo cual ya no sucede”, comentó Del Hierro Castillo.

En esta máquina extrusora se fabrican mangueras y tuberías, destinadas a los sectores de la Agricultura y la Construcción. /Foto: Juan Carlos Dorado

Tales escollos son sorteados por los más de 30 trabajadores de la UEB Planta de Proceso Plástico, pero de cualquier manera tienen un efecto perjudicial en sus bolsillos, toda vez que cobran por cuanto sean capaces de producir; de lo contario, no les queda otro remedio que acogerse a la remuneración básica.

“El salario anda más o menos. Entra muy poco plástico y no vemos los resultados en dinero. Aquí pagan por producción, y esta no compensa a veces”, expresó Francisco Borrero Sosa, recuperador. Similar criterio sostuvo el joven Javier Sosa Roche, jefe de brigada, quien  reiteró que “todo depende de los suministros de desechos”, y ponderó el interés por ampliar la gama de productos y así poder ganar más.

PUGNA POR EL MERCADO

Uno de los desafíos más inmediatos de la Planta de Proceso Plástico, de la Perla del Sur, reside en la competencia, ante el surgimiento de micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) con líneas de producción muy cercanas a la actividad de este enclave.

Andrés Fabregat refirió que “la aparición de nuevos actores económicos, con encargos parecidos al nuestro, incide también en la distribución y volumen de los suministros que recibimos, cada vez menos. Frente a ello —dijo— corresponde aumentar y diversificar las producciones, y elevar la calidad”.

La tecnología, aunque no representa ahora mismo un problema para la industria, acumula años de explotación, depende de piezas que deben importarse, y si “hoy resuelve”—como afirmaron los obreros— es gracias a la capacidad de innovación del colectivo para salvar los inconvenientes. Ello deviene elemento de análisis en la pugna por continuar siendo un polo productivo de élite en el reciclaje de los plásticos en Cuba.

Otros senderos se abren con la eventual conversión de esta fábrica en una empresa filial, con personalidad jurídica y autonomía para orientar su destino al éxito y afianzar un modelo sólido de economía circular, sostenido por esos desechos que revive de la basura.

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Roberto Alfonso Lara

Licenciado en Periodismo. Máster en Ciencias de la Comunicación.

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