Desahogos hasta lo profundo de la semilla

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Inmerso en una realidad tan enrevesada como las nubes, Tony Santiago regresa al cerco de las artes visuales luego de una larga pausa y lo hace convencido de que la sinceridad es elmejor blindaje. Para esta muestra personal, que signa su mayor apuesta en muchos años, ha tomado como ilación el tema de la violencia y los entornos marginales, acaso vivenciados en su comunidad, zambulléndonos en fabulas que intentan persuadirnos de lo efímero de la existencia, los sin sentidos en los quebrantos y la poesía declarada en el trance de la expiración. Este asir de la vida no sucede a modo de documentación de aquellas contingencias, sino como unaexégesis de sus entresijos, desprovistos de flujos intelectualistas y abocados a la evidencia de que toda violentación es potestativa y origina perjuicio, al tiempo que la práctica se somete a percepciones subjetivas.

De modo que el acto de la interpretación se condensa desde el tino público, a veces utilizando o parafraseando locuciones populares que concluyen en sarcasmos, pese ala tragicidad de los hechos (El corte que machita, Lo que llevamos dentro o Hasta lo profundo del corazón), perneadas de figuras que acaparan cierta vis tempestatis, energía domeñada por la crudeza y la impetuosidad, una barbarie animada por la visión crítica y el recelo del propio autor. La violencia de Santiago escapa de la invisibilidad y se vierte explícita, aunque la polisemia de los intitulados transmutan lo obvio de las agresiones físicas en una expresión de belleza, en una modalidad textual. Gran parte de sus relatos poseen el aura de las fotografías del hondureño-cubano Andrés Serrano; empero, las suyas son apuestas pictóricas (no fotográficas) que se detienen en el contenido social de las conductas (una mirada antropológica si se quiere) y no en la notoriedad de la muerte misma como estructura y significado.

Desahogándose, obra de la muestra personal de Tony Santiago.

Tony Santiago no procura la corrección de su materia técnico-visual; confía en que las imperfecciones son un aliviadero para la polisemia, una posibilidad para indeterminar los sentidos de las figuras, como en el test de Rorschach, la técnica y método proyectivo de psicodiagnóstico en la que el psicólogo muestra las manchas de tinta al paciente para evaluar su personalidad. Esta dinámica, apoyada por el recurso del detalle (a modo de big close up), potencia al relato de no pocas complejidades e impactos, alrededor de la expiración, de ese proceso homeostático de un ser vivo, en esos casos inducidos por un agresor. A todas luces comparte con José Ferrater Mora de que hay “muertes” y de que están indisolublemente ligadas a la existencia: “La experiencia de la muerte, en sus diversas formas, conduce a la convicción del ‘tener que morir’”. Claramente, en su caso, no se trata de la muerte como opuesta (nacimiento), sino como un acto provocado por la beligerancia social, asociada al dolor físico, a las relaciones significativas de la víctima.

La muestra, planeada para el mes de enero en la galería Boulevard de esta ciudad, es una ocasión para reencontrarnos con ese perseverante creador, formado en la Academia de Artes Plásticas de Cienfuegos (Escuela de Arte Benny Moré) y descubrir una poética privativa en resolución. Tony tiene mucho por mostrarnos, posee una simiente en sus manos que germinará en lo profundo a fuerza de voluntades y talento. Estos primeros desahogos públicos son una rotunda y grata señal de alarma.

Se te fue el canal, obra de la muestra personal de Tony Santiago.
El corte que las marchita, obra de la muestra personal de Tony Santiago.

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Jorge Luis Urra Maqueira

Crítico de arte. Miembro de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC).

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