Coordenadas generales para entender el arte del Caribe

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Estudiar el arte del Caribe es un ejercicio que requiere investigación y búsqueda de definiciones conceptuales. Según Carlos Garrido Castellano (2013), “el Caribe se presenta como una realidad porosa, con superficies y posibilidades infinitas que pueden llevar al enriquecimiento mutuo o también generar conflictos”. En efecto, mucho se ha polemizado sobre el arte realizado en esta región geográfica e histórica. De hecho, varios críticos e investigadores abogan por extender e incluir las obras igualmente realizadas por artistas con raíces caribeñas en otras regiones del mundo. Es lo que ha sido denominado como el arte de la diáspora.

En el territorio caribeño destacan varios centros artísticos con un mayor desarrollo de escuelas e instituciones que visibilizan el arte de su nación. Tal es el caso de nuestro país, que desde comienzos del siglo XIX, sentó las bases con la creación de la primera Academia de Artes Plásticas San Alejandro y abogó por la culturización y el estudio de esa especialidad. A su vez, existen otros países que igualmente han priorizado la enseñanza de las artes visuales, como República Dominicana, Puerto Rico y Jamaica.

Ahora bien, pese a la situación existente en la región que nos ocupa, dígase condiciones de precariedad y una heterogeneidad en la creación, se han creado herramientas que ofrecen una mayor visibilidad al arte. Mediante diversas estrategias se promociona y comunica al público extranjero e internacional, el trabajo de las principales figuras que conforman el circuito artístico.

Los programas curatoriales que se han creado en varios países caribeños, han servido como puente para la transmisión de nuestro arte. Es válido aclarar que en todos los países dichos mecanismos no funcionan de la misma manera. En algunas regiones la institución artística, al estar más fundamentada, aboga por la realización de muestras y exposiciones en mayor medida. Lo mismo ocurre con el ejercicio crítico, parte esencial para promover igualmente cualquier obra artística.

En el caso específico de Guadalupe, desde finales de la primera década del siglo XXI, se puede hablar de la génesis de un movimiento galerístico. Por su parte el ámbito expositivo en Martinica está más vinculado a la actividad de colectivos artísticos y a muestras individuales. No existe en la extranjero e internacional, el trabajo de las principales figuras que conforman el circuito artístico y a muestras individuales. No existe en la región ningún evento de carácter unificador que se dedique a mostrar y promover el arte de sus coterráneos.

Jamaica sí goza, podemos afirmar, de más tradición en el plano curatorial y de exhibiciones. De esta forma, han sido varias las muestras acontecidas en dicho país, donde un sistema galerístico promueve la producción artística cada año a través de la denominada Annual Exhibition que consolida las bases para la creación y la incentiva sobremanera.
Tanto Cuba como República Dominicana y Puerto Rico, sí mantienen un movimiento institucional de mayor envergadura. Los artistas de estas nacionalidades, han contado con ese respalfo y, a su vez, los ha favorecido el ejercicio de la crítica.

En el país, específicamente, se efectúa la reconocida Bienal de La Habana que engloba a varios artistas de todo el mundo y permite también mostrar el arte realizado, no solo en la isla, sino también en todo el Caribe. La cita se erige como uno de los encuentros fundamentales para el fortalecimiento y definición del arte contemporáneo en la región. Igualmente, coexisten representantes de varios países del mundo y permite, a su vez, destacar las diferentes perspectivas creativas, conceptos, preocupaciones, del arte en general.

Otro de los eventos culturales que se realizan en Cuba es el Salón de Arte Contemporáneo y Post it, ambos con la intención de enriquecer las propuestas cada año, pues de alguna manera incentiva a los artistas a la creación.
Es válido referirnos a otras vías que existen en el área para difundir el arte gestado en la región. Nos referimos a los eventos de carácter internacional que abogan por la promoción de nuestra cultura.

La Bienal de Pintura del Caribe y Centroamérica, surgida en República Dominicana, es uno de los eventos que reúne al circuito artístico. El enlace y consolidación de la producción regional así como el desarrollo de propuestas que potencien lo contemporáneo en el discurso de los artistas, son los objetivos fundamentales. La búsqueda de una estética propia basada en la huella identitaria, se convierte en el mecanismo ideal para los creadores.

La Ghetto Biennale, propuso, sobre los años 2009 y 2010, el debate acerca de las condiciones de convivencia y marginación que persisten en el contexto caribeño. Para ello, la ciudad de Puerto Príncipe, en Haití, resultó el escenario elegido.

Otra de las problemáticas para el estudio del arte caribeño es el espacio para la denominada diáspora, realizado en otras naciones, pero que muestra características relacionadas con las perspectivas artísticas que se potencian en la zona. En países como Estados Unidos y Francia, el arte de la diáspora ha sido más representativo, así mismo sucede con España, puesto que dichos países sobresalen por una migración de artistas latinoamericanos y caribeños con una gran dimensión.

En el caso de Francia, creadores como Alex Burque y David Damoison, han elevado el arte del instalacionismo y la fotografía en gran medida, a partir de temáticas como la memoria y la reflexión histórica. Por su parte, distinguen algunos dominicanos que también eligen el escenario francés para realizar su obra. Uno de los ejemplos más evidentes es José García Cordero, muy reconocido a nivel internacional y que, fundamentalmente, ha desarrollado su poética en Europa.

El Triunfo de la Revolución en Cuba, en 1959 y luego las Palabras a los Intelectuales pronunciadas por Fidel Castro, en 1961, condujeron a que un amplio número de artistas abandonara la Isla. Estados Unidos se convierte en el escenario preferido, aunque no es el único lugar donde encontramos una extensa producción artística de la diáspora cubana. Ana Mendieta, solo por citar un ejemplo, fue una de las que desarrolló su obra en el continente americano.

El estudio teórico y artístico del área caribeña, demanda la confrontación con investigadores, historiadores y críticos. Su complejidad radica en la presencia de una vasta producción de artistas, tanto dentro, como fuera del territorio. Los mismos enaltecen el arte caribeño a partir de diferentes enfoques o perspectivas que resultan atractivas y en las que comunican sus preocupaciones tanto sociales, como artísticas. El Arte del Caribe deviene símbolo de heterogeneidad, pues son varias las coordenadas implícitas para su entendimiento.

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