Cinco claves para manejar la incertidumbre
Tiempo de lectura aprox: 1 minutos, 35 segundos
Por: Milo
Esta es la quinta entrega de esta nueva sección, en el quinto día de la semana que casualmente es el día 5 del décimo mes, primer múltiplo de cinco… ¡La vida y sus coincidencias!
Sin llegar al extremo de quienes ven en los números la quintaesencia de todo lo que existe, reconocemos su valor para la humanidad (y eso va también para los lazos amorosos y familiares), pues por encima de cualquier otra función, los números nos dan certezas.
Cuánto, cómo, dónde, cuándo, incluso quién, qué, por qué o para qué… Siempre hay cifras tras una respuesta. La vida es una constante toma de decisiones basadas en expectativas “calculadas”, y aún en el más idílico instante tratamos de imaginar obstáculos que pudieran entorpecer el resultado. Pero si dejas que lo incierto domine te vuelves pesimista, inseguro, irritable… El lado oscuro de cualquier ecuación.
Hoy te compartimos cinco herramientas para asimilar la incertidumbre y sacar lo mejor de cada experiencia, incluso si no era lo esperado o te ves en uno de esos dilemas en que hasta la matemática responde: Esto NO tiene solución.
El primer recurso es respirar profundo, porque desvía tu atención de lo que pudo ser. Sentirte víctima o culpable tiene fecha de caducidad. Respira a consciencia y date permiso para reconectar con tus fortalezas. Cuenta hasta diez y encara el presente: eso de dará más confianza.
El segundo recurso es dejar de lamentarte. Las palabras tienen poder en tu programación neurológica, así que úsalas de forma positiva para atraer a tu mente las soluciones y tu pareja y familia te lo agradecerán. La queja resalta lo negativo de la situación y hace más difícil enfrentarla.
El tercero es practicar la aceptación y manejar situaciones inciertas de forma tranquila y sin melodramas. Haces lo necesario por el bien común y aceptas el resto de las circunstancias. Así evitas incomodarte ante un resultado contrario al que esperabas, porque esa agitación genera incertidumbre en otros planes del día.
La cuarta y la quinta están muy relacionadas: perdonar y fortalecerte, que no es hacer tu mente más dura, sino más flexible, como las cañas que soportan las tormentas mejor que los árboles de rígida corteza.
Se perdona desde el corazón, a fin de soltar el pasado para vivir a plenitud, y ese perdón incluye a quien eras antes y a quienes estuvieron en tu vida y la de tu pareja, porque dejaron marcas incontables, a veces en su doble acepción.
La incertidumbre pierde poder cuando reconoces que no puedes cambiar a los demás ni controlar los imponderables, pero si puedes manejar tu reacción hacia ellos.
Solo respira, acepta, perdona, busca el lado bueno y agradece la posibilidad de enriquecer tu experiencia. Si activas tu poder de fluir, crearás tus propias certezas.
Visitas: 69
