Cienfuegos, Cuba: Una juventud mejor
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Y aquí están, cual hijos de su tiempo, palpitando por y con Cuba.
Ellos lo saben y no de demoran su aporte. Donde son más útiles puede vérseles. El surco, la trinchera, el aula son sus escenarios y los roles los de estudiante, trabajador, soldado, médico entregado, amantísimo; labriego que con su joven sudor riega la tierra y le saca frutos para el disfrute de todos.
La innovación, la ciencia, la técnica también los saben consagrados, cada uno de los días; una consagración que se redobla, se agiganta cuando la vida de todo un pueblo está en juego y el resultado no puede ser otro que vacunas salvadoras, ventiladores pulmonares que vencen el desdén imperial, porque la vida; la vida defendida con uñas y dientes de todo un pueblo, especialmente sus jóvenes no hay imperio que la bloquee.
Es 4 de abril y la mirada se posa en los bisoños. Los que aseguran ser como el Che, ese hombre inmenso y cotidiano; ese que jamás dejó lugar a dudas. Es 4 de abril y es un día feliz, sin dudas, los jóvenes cubanos hacen la fiesta grande desde la alegría y el compromiso.
Hay un presente y un futuro en juego. El reto es grande, pero mayor es la certeza de que son “la arcilla fundamental de nuestra obra y su ejército el más fuerte”; por eso, ante cada llamado están prestos, siempre al lado del deber.
¿Quién lo duda? Son la mejor juventud, la mejor posible, sabedora de que todavía se puede hacer mucho más por Cuba toda-
A ellos, en este día feliz, en este 4 de abril, ¡Felicidades!
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