Una cartografía de las artes visuales cienfuegueras: Los últimos quince años (II parte)

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Recién iniciamos un mapa conceptual en torno a 20 artistas de en Cienfuegos. Confiados de que es imposible la justicia en una valoración sobre estos y otros creadores visuales no incluidos en la lista por razones múltiples (desconexión con las galerías sureñas, insostenida novedad, exiguo impacto público…), compartimos esta mirada personal que sustenta el rescate de la memoria.Claramente, es la prolongación delcuadro antes enunciado.

15- ÁNGEL DE JESÚS PEÑA MONTALVÁN (1961)

Peña es nuestro fotógrafo más notable y de exitoso quehacer. Sus primeros laboreos se producen en un círculo de interés de la Escuela Vocacional Ernesto Che Guevara.Integra la Asociación Hermanos Saíz a inicios de la década de los 80. Mientras trabajaba como camarógrafo de televisión para Tele Rebelde, participa como artista del lente en no pocas justas de la región, como los salones 5 de Septiembre, donde recibiera cuatro lauros, incluido un Gran Premio, así como los concursos13 de Marzo y del Salón de la Ciudad. Su sensibilidad creativa se descubre en aquellos textos visuales donde captura la realidad sin afeites, desde una angulación polisémica, aprovechando elvigor del blanco y negro, manifestando su perspicaz intuición para descubrirnos la Cuba profunda y auténtica, tal como constatan las series Pasión, El día más largo del siglo y La senda infinita (1993-1994). Su incorporación a un curso ofrecido por Rogelio López Marín(Gory) le indujo a experimentar el color en un sentido esteticista, sobre todo en aquellas fotografías donde sistematiza el desnudo o la arquitectura local, si bien en los últimos años incursiona en los tópicos naturalistas. Casi ha desaparecido de los salones en los años que corren, pero cuando emerge nos deja con sed de más. Peñita es domeñado por la fotografía de andar (la que sostiene a su familia; eso sí, bien concebida), pero de vez en cuando, para no ser olvidado, convida a nuevas experiencias, al modo de Solo el amor (2020), exposición inaugurada en la Sala Mateo Torriente de la Uneac.

14-JULIÁN ESPINOSA REBOLLIDO, “WAYACÓN” (1941)

Julian Espinosa Rebollido (Wayacón), el rostro del arte popular.

Este artista camaleónico, que no resiste etiquetas, es el rostro del arte ingenuo o popular en la región centro sur de la Isla. A sus 81 años todavía empina el pincel y nos seduce con sus simpáticos personajes y cromas reverberantes, que como arcoíris se emplazan orgánicamente en el lienzo o la cartulina, embriagándonos con su optimismo y la observancia crítica de “su realidad”,la que vive o se inventa para sobrexistir.Wayacón es su arte, la recreación de una autorreferencialidad domeñada por el humor y la rebeldía. No es fortuito que fuese, como hemos dicho otras veces, el vanguardista más naif o el naif más vanguardista. Igual, su emancipado discurso le convierte en uno de los precursores del instalacionismo en Cienfuegos.

Llega al arte por ósmosis, imitando a sus amigos e inspirado por Samuel Feijóo. En 1960 debuta oficialmente en el Ateneo del Teatro Tomás Terry, a través de una muestra colectiva intitulada Roldan, Mateo Torriente, Pedro Suárez, Benjamín Duarte y Wayacón exponen tallas en madera, que le abre las puertas del ramo. Su espíritu agitado y voluntad de crecimiento le inducen a experimentar con el lenguaje de la pintura y la escultura, llegando a coquetear exitosamente con los reservorios vanguardistas, a recibir cientos de premios o menciones en justas provinciales, regionales y/o nacionales e introducirse en mercados foráneos, especialmente de Estados Unidos, Japón, Italia y Suiza.

“El Waya” ha sido merecedor de la Distinción por la Cultura Nacional, el Premio Jagua y La Roseta (2010), otorgados por la Dirección Provincial de Cultura; y la Cornamusa, concedido por la Uneac en Cienfuegos.

13- JUAN CARLOS ECHEVERRÍA FRANCO,“JK” (1962)

Juan Carlos Echeverría Franco, un postmodernista nato.

Es uno de los autodidactas que más lejos ha llegado dentro de las artes visuales, aunque es recomendable que,de vez en cuando,tome un respiro para evitar las rehechuras, sobre todo el abuso de algunos procedimientos, técnicas y enfoques topiculares. Sin dudas, fomentó junto con William Pérez el espíritu vanguardista a inicios de la década de los años 90 y la fundación del grupo Punto, unproyecto que revolucionó la mirada curatorial de las artes visuales cienfuegueras entre 1998 y 2001. Sus códigos más sistematizados, delatan la cepaecheverriana:el apego por el montaje escindido de los conceptos, que parecieran recrear variantes de problematizaciones con el uso de figuras análogas, donde son frecuentes los suplementos verbales (bellamente poetizados),el collage y los planos yuxtapuestos de sentidos. Este enfoque es proveído por la ontología posmoderna, que incita a desmontar las realidades en una extensión poliédrica, como es la vida misma; un retablo de posibilidades que se muestran optativas para los públicos.Sus maniobras reconfiguran los episodios cromáticos al viejo estilo de los fovistas, y reorganiza las estructuras composicionales (a veces excedidas por la espontaneidad y cierta avidez) para proveernos de fábulas modernas, rabiosamente políticas, en las que también emergen los últimos resquicios del pop y sus sabores narratológicos.

Del JK postmoderno que aplaudimos en muestras al estilo de Cristo en la calle (1991), por cierto la primera expo con tema religioso en la región, hasta el artífice de OnFire (2018) seadviertealgunaevolución o mutación. Inobjetablemente, sus obras acabaron signadas por dos temas intermitentes: las migraciones y la nostalgia; aunque retoma de los tiempos dorados la renuncia a las utopías, la idea del progreso de conjunto, la desaparición de casi todas las figuras carismáticas de la política y el arte internacional, la deflación de la naturaleza, el estudio de los centros de poder y, esencialmente, el linaje personal, que va siendo más disperso a causa de los éxodos económicos. Por supuesto que, estilísticamente, acude a recursos propios de la postmodernidad, avistados en la valoración de las formas industriales y populares (las figuras asidas de las publicaciones, los soportes del kitsch, el recurso citado del collage), el debilitamiento de la barrera de los géneros (desde una dimensión pictórica que recuerda las soluciones escultóricas), la insistencia en la intertextualidad, la obsesión con el presente inmediato y el apego a lo alternativo. De preferir, le extrañamos siempre como escultor. [Continúa]

* Agradecemos a los autores de algunas de las fotografías que ilustran los artículos, como Ildefonso Igorra, Antonio. E. González Rojas, Evelyn Walker y Juan Carlos Dorado, entre otros.

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Jorge Luis Urra Maqueira

Crítico de arte. Miembro de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC).

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