Bronce y boleto mundialista en el béisbol sub-15, pero…

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Los amantes del béisbol celebramos la clasificación del equipo cubano hacia el Campeonato Mundial Sub-15, conseguida tras excelente actuación en el Premundial acogido por Valencia, Venezuela, donde los nuestros, a la postre, concluyeron con las medallas de bronce, aunque en honor a la verdad, el resultado nos dejó con un amargo sabor.

Es cierto que el objetivo primordial del conjunto dirigido por el mánager Luis Góngora fue conseguido, y los cubanos tomarán parte en el evento del orbe, pactado del 26 de agosto al 4 de septiembre en Hermosillo, México. Pero resulta inaudito que, por un increíble error del cuerpo de dirección, los cubanitos no pudieran discutir una corona que parecía alcanzable, luego de lo vivido en el certamen.

La prohibida utilización de un lanzador inhabilitado por cantidad de lanzamientos privó a la escuadra cubana de avanzar a la disputa del título, tras derrotar en el terreno de juego al local Venezuela en semifinales. Algunos criticaron la protesta de los sudamericanos, que cayeron par de veces ante los cubanos en el evento. Pero las reglas están para cumplirse, y si al rival le haces este tipo de “regalo infantil”, es lógico que lo aproveche.

Resultó en extremo doloroso conocer la confiscación de ese choque, máxime cuando pudimos apreciar una combatividad sin límites en los chiquillos, que en varias ocasiones vinieron de abajo, borraron diferencias (algunas considerables), y se llevaron una victoria tras otra para liderar la etapa eliminatoria con saldo de 4-1.

La actuación cobró mayores matices de satisfacción, al tratarse de un equipo de nulo roce internacional, cuyos miembros se vieron alejados de todo evento por dos años debido a la pandemia.

Claro que sus entrenadores ni por asomo querían haber cometido tal desliz, pues ellos también son protagonistas de ese anhelado retorno del béisbol cubano a lugares de privilegio y titulares de prensa. Pero lamentablemente están ahí para tomar decisiones, y es increíble que nadie se haya percatado del desatino.

No obstante, el contratiempo ratificó la madera del conjunto, pues lo que parecía un brutal mazazo en el estado anímico de los niños, se convirtió en impulso para salir dispuestos a conquistar el metal bronceado.

Tal es así, que los cubanitos mandaron a la lona, 11×1, a Puerto Rico, precisamente el único plantel que los había derrotado en la fase regular.

Las palmas para el seleccionado, que vino de menos a más y se convirtió en la revelación de la justa. De seguro muchos seguirán su desempeño en el “Mundial”, pues imperdonables errores aparte, los pequeños han puesto nuevamente a soñar a la fanaticada de la Mayor de las Antillas.

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Carlos E. Chaviano Hernández

Periodista y Director de programas de televisión.

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