Breve historia del Brighton, uno de los equipos sensación del fútbol mundial

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El Brighton & Hove Albion F.C. es uno de los equipos sensación del fútbol mundial hoy día. Los seagulls son conocidos por el fútbol tan vistoso que practican en la mejor liga del mundo. Desde hace dos años viven el mejor momento de su historia, habida cuenta de que en la temporada 2021/22 finalizaron novenos; y en la pasada, sextos, lo que constituye su mejor actuación hasta la fecha en la liga inglesa (tanto en era Premier League, como en las épocas anteriores).

En la actual, luego de seis jornadas disputadas, marchan terceros (5V-0E-1D; 18 goles a favor, 8 en contra), y ya escribieron nuevas hazañas, como el partidazo que hicieron en Old Trafford, ante el Manchester United, el cual concluyó con victoria de 1-3 para el Brighton. El segundo gol de los seagulls en dicho encuentro define a la perfección cuanto representa este equipo en la actualidad: dominio del balón, juego colectivo, fútbol ofensivo, y salir siempre a ganar.

De tercera división a la Premier

Pero ¿cómo pasó el Brighton de ser un club intrascendente, que absolutamente nadie conocía en el mundo del fútbol hasta hace muy poco, a ser la maravilla de la Premier? Para entenderlo plenamente, nos tendríamos que trasladar hasta 2009, cuando todo comenzó a cambiar para los seagulls.

Ese año fueron adquiridos por el propietario actual, Tony Bloom, la persona encargada de reflotarlos. Bloom es natural de Brighton e hincha del club desde pequeño; posee además vínculos familiares con la institución: su abuelo y su tío trabajaron en el Brighton en la década de los ‘80. Comprar el club era una apuesta arriesgada, dado que los seagulls se encontraban penando por la tercera división inglesa. Pero si hay alguien que sabe de apuestas es este hombre.

Y es que Bloom, apodado ‘El Lagarto’ (Lizard, en inglés; pronto se verá por qué), hizo su fortuna en ese mundo. Desde muy pequeño siempre estuvo interesado en los juegos de azar. Ya a los ocho años pasaba largas horas jugando en las máquinas tragamonedas (conocidas en inglés como slots o video slots), vicio que continuó durante la adolescencia.

Su interés por los números y las probabilidades lo llevó a estudiar Matemáticas en la Universidad de Manchester. Luego de egresar de dicha casa de altos estudios, trabajó como contable en la prestigiosa empresa Ernst & Young, una de las más importantes firmas de servicios profesionales del mundo.

Como señala Jonay Antón, en un artículo para El Otro Fútbol: “Allí, se dio cuenta de que sus beneficios se debían al azar pero fruto de estudiar de forma detallada las apuestas de valor, es decir, cuando la casa de apuestas subestima a un deportista o equipo y lo ofrecen por encima del precio que se le pone habitualmente, especializándose en los mercados de Hándicap Asiático en el fútbol. Bloom vio ese nicho y de ahí fundó la empresa Starlizard, con el objetivo de encontrar esas apuestas de valor para sus clientes millonarios, además de contar con grandes expertos en Big Data y analistas deportivos de primer nivel”.

Starlizard genera actualmente unos 115 millones de euros al año, y solo acepta apuestas de grandes jugadores, que están dispuestos a invertir, como mínimo, más de 2 millones de euros.

A las máquinas tragamonedas de la infancia y las apuestas de vida adulta, se sumó otro juego en la primera década del 2000: el póquer. Bloom se presentó a numerosos eventos de prestigio como el World Poker Tour, Poker Million o la Poker Nations Cup. En ese período, logró un beneficio de 3,3 millones de euros. Ahí es donde se ganó la fama y su apodo de ‘lagarto’, por su sangre fría en las jugadas más decisivas y críticas.

“El póquer te ofrece una buena base para muchas cosas, incluida la lectura de situaciones, la lectura de la mente de las personas y la toma de decisiones difíciles. Esas habilidades se pueden utilizar en los negocios y ciertamente en la gestión de un club de fútbol”, afirmó en una entrevista a  The Times.

Bloom tenía dos cosas claras al tomar el mando del Brighton: que tuvieran un estadio propio, debido a que compartían feudo con el Gilingham; y que el equipo practicara un ‘fútbol vistoso’. Ambas las consiguió. Desde el día inaugural de la temporada 2011/12 juegan en el Falmer Stadium (conocido luego, por temas de patrocinio, como el American Express Stadium, simplificado a Amex Stadium), con capacidad para casi 32 mil personas.

Para alcanzar el segundo objetivo, Bloom buscó siempre a entrenadores que intentaran ser protagonistas con el balón. El primero de ellos, Gustavo Poyet, logró el ascenso del Brighton a la segunda división, al término de la temporada 2010/11.

En Championship el equipo compitió bien desde un principio; pero siempre caía en los play-off de ascenso a Premier. Tales fracasos le costaron el puesto a Poyet y Óscar García . Al segundo intento con Chris Hughton -luego de un experimento fallido con Sami Hyypiä de por medio-, finalmente los seagulls subieron a la Premier League, al finalizar segundos (lo que da ascenso automático) la temporada 2016/17.

Todo equipo que llega a primera división tiene un claro objetivo en sus años iniciales: estabilizarse en la máxima categoría. El Brighton lo consiguió, pero no sin cierto sufrimiento; en sus primeras cuatro campañas terminaron en los puestos 15, 17 (uno solo por encima del descenso), 15 y 16, respectivamente.

Ya en la temporada antepasada, y de la mano de Graham Potter, los seagulls dieron un salto de calidad enorme. Firmaron, la que era hasta ese momento, la mejor campaña de su historia. Un noveno lugar que maravilló a todos, y que solo sería un adelanto de cuanto estaba por venir.

Tony Bloom, propietario del club. / Foto: Brighton & Hove Albion F.C.
La dirección deportiva, simplemente genial

“El club, que tiene los objetivos muy claros, ha sabido traer a jugadores que han estado por encima de las expectativas. Y eso, hoy en día, es complicadísimo. El presidente siempre ha creído innecesario entrar en la moda de gastar muchísimo dinero en fichajes. Se prefiere acertar, aunque conlleve riesgos. Para ello, antes de fichar a un jugador, hay un trabajo de estadísticas, de cómo es el futbolista emocionalmente, de darle un buen contexto… Y luego, claro, debe haber y ha habido entrenadores que no tienen miedo de poner jugadores jóvenes y de adaptarlos rápidamente a lo que el club y el equipo precisan”, aseguró Bruno Saltor, segundo entrenador en la era Potter, en una entrevista a SPORT.

Y es que una de las características principales del Brighton es la apuesta por el talento joven, y los frutos que le han dado al equipo. Junto a Bloom, el máximo responsable de esta acertada estrategia de fichajes es Paul Barber, quien ejerció durante años como director deportivo, y ahora es CEO y vicepresidente del club.

En una entrevista a The Coache’s Voice expresó: “(…) Nos enfocamos mucho en desarrollar jugadores. Hemos invertido en instalaciones de clase mundial y estamos gastando mucho más en mejorarlas.  (…) La captación de jugadores avanzó mucho durante mi tiempo en el club. Los presupuestos aumentaron, obviamente. Pero eso no solo significa que podamos gastar más en jugadores, también significa que podemos hacer crecer nuestra red y pescar en un estanque más grande. (…) Invertimos más en tecnología que nos ayude a aprender sobre jugadores. También colocamos dinero en investigar cómo son los jugadores en su vida personal. Queremos saber cómo es esa persona y cómo vive su vida”.

En la entrevista citada, Barber dio otra de las claves del Brighton: “Queremos traer jugadores que podamos desarrollar, que sean lo suficientemente buenos para jugar o para venderlos y sacarles beneficio”.

Un beneficio que Tony Bloom, con su cara de póquer (nunca mejor dicho) se encarga de que sea el máximo cuando negocia con otros clubes, especialmente al Chelsea, su “víctima” favorita.

Los blues han hecho compras en Brighton en las dos últimas temporadas por valor de más de 220 millones, y en solo tres jugadores: Moisés Caicedo (133 millones), Marc Cucurella (74 millones) y Robert Sánchez (23 millones).  Son su mejor cliente, sin duda.

Los seagulls, en total, en las últimas tres temporadas reportaron ingresos por valor de 403,85 ‘kilos’, que fueron reinvertidos durante ese mismo intervalo de tiempo en reemplazos como Joao Pedro (Watford, 34,2), Verbruggen (Anderlecht, 20), Estupiñán (Villarreal, 17,8), Igor (Fiorentina, 17), para reiniciar su plan y obtener unas ventas enormes con inversiones no tan grandes, como evidencian claramente los casos de Caicedo y Cucurella, quienes llegaron por 7 y 18 millones de euros, respectivamente.

Las 11 grandes ventas del Brighton

  1. Moisés Caicedo (Chelsea, 2023): 133 millones de euros
  2. Marc Cucurella (Chelsea, 2022): 74 millones de euros
  3. Ben White (Arsenal, 2021): 58,5 millones de euros
  4. Alexis Mac Allister (Liverpool, 2023): 42 millones de euros
  5. Yves Bissouma (Tottenham, 2022): 29,2 millones de euros
  6. Leandro Trossard (Arsenal, 2023): 24 millones de euros
  7. Robert Sánchez (Chelsea, 2023): 23 millones de euros
  8. Dan Burn (Newcastle, 2022): 15 millones de euros
  9. Neal Maupay (Everton, 2022): 11,8 millones de euros
  10. Anthony Knockaert (Fulham, 2020): 11,7 millones de euros
  11. Leonardo Ulloa (Leicester, 2014): 10,1 millones de euros
Paul Barber, CEO y vicepresidente del Brighton. / Foto: The Coache’s Voice
Roberto De Zerbi, la guinda del pastel

En septiembre de 2022 el mundo se les vino abajo a los aficionados seagulls. En ese mes se oficializó la salida de Graham Potter al Chelsea. El Brighton de Potter tenía una idea de juego muy clara, con jugadores que se habían acostumbrado a tener mucha posesión y a jugar sin complejos. Se pensaba que con el nuevo entrenador, el equipo bajaría notablemente su rendimiento.

Mas la realidad fue completamente opuesta. Roberto De Zerbi, el técnico elegido para sustituir a Potter, potenció todo cuanto hacía reconocible al Brighton. Desde un principio, el entrenador italiano consiguió lo más importante a lo que puedes aspirar cuando llegas a un club nuevo: que los jugadores confíen plenamente en ti y en el plan que tienes en mente.

Se ganó esa confianza a base de entrenamientos súper tácticos, de repetición y repetición de ideas y de movimientos para que, una vez el jugador llegue al partido, tenga clarísimo qué debe hacer en cada situación. De Zerbi impuso su idea y estilo de juego, totalmente personal y con mil matices, en apenas unos pocos meses.

De esto da fe Ricard Segarra, entrenador de porteros del Brighton, quien comparte día a día con él: “Roberto lleva años perfeccionando este estilo de juego ofensivo y de querer ser protagonista. Él entrena desarrollando esta idea, te convence rápido. Esto va de apretar, apretar y apretar. Es súper exigente con nosotros (staff técnico) también. Detalle, detalle y detalle. Debemos estar pendientes de todo. Es muy ambicioso. Es un entrenador mediterráneo, con carácter y con la capacidad increíble de transmitir. Sabe cómo llegar al jugador. Es muy honesto y va de cara. Luego, claro, tenemos futbolistas que saben interpretar perfectamente. Es una combinación perfecta”.

¿Cómo juega De Zerbi? ¿Cuál es exactamente su estilo? Las respuestas a esas preguntas las da Albert Blaya Sensat, analista y periodista en Relevo, al ser cuestionado sobre el tema por SPORT: “No tiene un estilo de juego definido. Cuesta encasillarlo en uno, aunque tiene la capacidad como Pep de cambiar formas de jugar en los clubes. También tiene cosas de Conte, como esa estructura rígida para salir jugando y buscar arriba los espacios, pero hay mucho juego de posición en su estilo, parecido a Pep: las intenciones, el buscar los espacios que se generan a través de movimientos y a partir de ahí atacar la profundidad…”.

“Roberto arriesga mucho en los primeros pases. No le importa que un jugador esté cinco o seis segundos pisando la pelota esperando un movimiento. Busca atraer al rival para romper sus líneas y, tras progresar, atacar la profundidad y tener ventaja en la última línea. Es un equipo realmente vertical. Más directo. En eso es distinto a Guardiola, que prefiere el viajar juntos hasta campo rival”, insiste Albert Blaya.

“De Zerbi ha logrado que los jugadores sepan interpretar cada situación en el campo. Es lo que hace más especial a este equipo. Se han adaptado también a que los rivales les esperen más atrás. Tiene soluciones para activar estos movimientos y potenciar a sus mejores futbolistas”, resalta Blaya.

La parcela defensiva es la pata que cojea algo más en todo el engranaje del Brighton. Así lo asegura Albert Blaya: “Es un equipo que intenta presionar, pero a veces no es tan agresivo como otros equipos. Puede regalar ocasiones en transición, no es demasiado sólido cuando debe correr hacia atrás. Tampoco tiene una defensa que le permita sobrevivir en el punto de penalti”.

Roberto De Zerbi, actual entrenador. / Foto: Sky Sports
¿Qué logrará el Brighton esta temporada?

Esa es la interrogante que todos se hacen en el mundo del fútbol. Competir en cuatro competiciones tremendamente exigentes, con una plantilla que perdió piezas importantes y ante rivales que ya saben que es un equipo a tener en cuenta, no es tarea fácil.

Ya en una de ellas -la Carabao Cup- cayeron eliminados. La menos importantes, es cierto, y en la que el mismísimo Manchester City también fue derrotado sin causar mucho revuelo, porque, al final, esta es la época de la historia cuando se juegan más partidos; por lo tanto, tienes que aprender a priorizar las competiciones, o si no se te funden los jugadores.

¿Resistirá el Brighton la intensidad que requiere jugar cada tres días en Premier y Europa League? Eso está por ver, pero la idea, la estructura y el material humano siguen ahí. El objetivo de lo que quieren ser como club también lo tienen bien claro, y eso siempre es algo bueno. Paul Barber lo materializó en las siguientes palabras: “Nuestra visión —ser un club constantemente ubicado entre los 10 mejores de la Premier League y uno de los cuatro mejores de la Women’s Super League— está plasmada por toda la entidad. Es una visión a largo plazo, y para un club de nuestro tamaño quizás sea una visión bastante ambiciosa, pero somos ambiciosos y necesitamos el apoyo de todos. Sabemos de dónde venimos, y nunca olvidaremos lo difícil que fue llegar a la Premier League. Pero seguimos teniendo grandes metas, y necesitamos que todas las personas en la institución se esfuercen por alcanzarlas”.

Ojalá y el Brighton nos siga deleitando con su atractivo fútbol durante muchos años más.

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