Ansiolítico natural, la Melisa

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Se sabe que las plantas, desde la antigüegdad, le han reportado enormes beneficios a la humanidad. Además de su influencia al medio ambiente, innumerables especies vegetales le han proporcionado al hombre el sustento alimenticio, pero también para cobijarse y utilizarlas para preservar la salud.

El uso de las plantas por la medicina natural y tradicional es tan remota como la existencia misma del género humano. El universo de las propiedades medicinales de este recurso de la Naturaleza es muy amplio para el tratamiento de disímiles enfermedades, dolencias y malestares. Uno de esos favores lo ofrece la Melisa, un excelente ansiolítico.

A dormir tranquilo

La planta de Melisa tiene sus orígenes en el sur del viejo continente, en Europa, donde ha sido muy utilizada por sus propiedades sedantes. Además de ser respaldadas por varios botánicos, los investigadores señalan que al consumir este ansiolítico natural, el cuerpo entra en un proceso de relajación absoluta que deriva en un sueño más profundo y reparador.

Un artículo publicado en el sitio terra.com señala que, debido a su intenso aroma a limón, la Melissa officinalis, por su nombre científico, puede ser preparada en forma de infusión para consumir sus propiedades al máximo.

Sin embargo, a la hora de disponer de la especie lo ideal es tratar de cultivarla cerca de nuestro hogar. Incluso, a diferencia de otras plantas, esta puede reproducirse de varias formas aunque solo una muestra mayor efectividad.

En ese sentido, para lograrlo debemos sembrarla durante las estaciones de la primavera o el verano, donde las temperaturas son mucho más cálidas. Una vez que el ansiolítico natural logra brotar, de inmediato los derivamos a una maceta para exponerlos al sol, y luego llevarlos junto a las demás plantas del jardín.

En verano florece, dando lugar a flores primeras, pedunculadas, dispuestas en verticilastros, con el cáliz de hasta 1,2 cm, bilabiado, tubular, y la corola blanquecina, también en tubo abierto con dos labios cortos. Los estambres son cuatro, didínamos, fusionados con la corola. El ovario es súpero. Son ricas en néctar, atrayendo polinizadores himenópteros, a lo que deben su nombre (melissa significa “abeja melífera” en griego). El fruto es una legumbre tetraseminada.

La también conocida por sándalo, limoncillo, menta melisa, hoja de limón o toronjil, es originaria de la cuenca del Mar Mediterráneo. Difundida por el cultivo, se ha naturalizado en toda la Europa templada. Crece de forma silvestre en prados húmedos, claros de bosque, a la vera de los ríos o en setos y campos cultivados, sobre suelos ricos en materia orgánica.

Nace principalmente en suelos arcillosos, bien drenados, que retienen el agua y los nutrientes. Las raíces de esta planta suelen ir hacia abajo buscando aireación; no es exigente en materia de sol. Salvo en climas cálidos, pierde el ramaje en invierno, volviendo a brotar a comienzos de primavera.

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Armando Sáez Chávez

Periodista de la Editora 5 de Septiembre, Cienfuegos, Licenciado en Español y Literatura y Máster en Ciencias de la Educación

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