El patrimonio arqueológico y su preservación
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El estudio de la evolución, las características de las primeras prácticas en la producción de herramientas, el uso y aporte de las fuentes naturales al desarrollo de las comunidades en materia de supervivencia, todo ello se expresa en la preservación e interpretación de las evidencias arqueológicas, ciencia esta que en los últimos años ha expresado nuevas formas de actuación en lo concerniente a la tecnología y su utilidad para desentrañar lo que aún permanece sin localizar y que aporta al patrimonio tanto terrestre como subacuático.
Los objetivos de la arqueología, siempre estarán dirigidos desde la visión científica, y promovidos e interpretados no para el reconocimiento individual, sino al aporte de especialistas e instituciones que permiten y conlleven a resultados concretos y debidamente contextualizados. Es por ello que la reiterada imagen de películas y series, donde un solo arqueólogo atrevido logra impresionantes hallazgos, ha pasado a ser solo un mito. La arqueología, en nuestra sociedad, consta de criterios avalados, legislaciones que la regulan, e instituciones que velan por su preservación.
En nuestro país se fundó el 17 de septiembre de 1937 la Comisión Nacional de Arqueología, que dio paso a la protección y regulación de los bienes culturales que en esa materia distinguían la historia de nuestro archipiélago. Es por ello que el mes de septiembre es prolífero en eventos, talleres, conversatorios y otras acciones para la promoción del legado arqueológico que nos identifica.
En la actualidad, las legislaciones dirigidas a la protección de los sitios, sobre todo en las acciones de excavaciones, se aprueban por el Consejo Nacional de Patrimonio, lo que conlleva a presentar un Proyecto previo. Cumplir con esta regulación es una garantía del control sobre los atributos patrimoniales de cualquier territorio, y que está además, en las responsabilidades de los gobiernos municipales y sus comunidades.
Cada año, se realiza en el Centro Provincial de Patrimonio, el taller que aglutina a museólogos, especialistas, técnicos y colaboradores. Además de actualizar sobre los nuevos aportes en descubrimientos arqueológicos, se realizan ejercicios de clasificación de piezas y se abunda sobre todo en lo concerniente a la implementación de la Ley 155 y su Reglamento, en la protección de los restos y sitios con esa denominación en el territorio. Es relevante el aporte que en las zonas más aisladas de nuestra región, se realizan al Gabinete de Arqueología y a los museos municipales, sobre todo en la necesaria localización de sitios que hasta el momento no estaban identificados. Queda entonces que las comunidades y sus representantes, se sensibilicen con la preservación de estos. Para ello, desde los museos y la Oficina de Monumentos, se dirigen acciones para el conocimiento de las regulaciones y la protección de los bienes culturales en esos contextos.
Una de las formas más dinámicas de apreciar y estimular el conocimiento de nuestro pasado, resulta la pieza con valores históricos y científicos. Por ello, la interrelación escuela – museo es más que necesaria. Las actividades que en este tema se programan, responden a la intención de socializar, pero además, favorecer la interpretación, desde una pieza determinada, de su alcance científico, la representatividad en la expresión de una comunidad en lo referente a prácticas socioculturales, sus nexos con el medio ambiente y el patrimonio inmaterial.
Otro de los elementos que se incluye con más fuerza en las investigaciones actuales, es lo el patrimonio subacuático. En el año 2001, la Unesco aprobó la Convención sobre la Protección del patrimonio Cultural Subacuático, y nuestro país ha realizado disímiles acciones para la aplicación de este instrumento y la difusión y reconcomiendo de los bienes culturales en ese contexto. Nuestra provincia avanza en los estudios y localizaciones de sitios con esta clasificación, además de preservar las piezas representativas de este, en algunos de los museos.
Esto amplía las posibilidades de nuevas muestras de nuestro patrimonio cultural, y su apreciación y disfrute, para la comprensión de la historia más lejana en el tiempo, y que constituye un eslabón en la continuidad de los esfuerzos para preservar la identidad cutural.
*Directora de la Oficina de Monumentos y Sitios Históricos en Cienfuegos.
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