Agua de rosas: elixir de fragancia y bienestar

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La historia de amor de los seres humanos con las rosas existe desde hace muchos siglos atrás. En épocas antiguas, este regalo de la naturaleza aparece en la mitología y la tradición religiosa, sus pétalos se han encontrado en tumbas y la flor incluso fue adoptada por bandos enfrentados durante la sangrienta Guerra de las Rosas, en Inglaterra.

No es de extrañar, luego, que el pimpollo siga siendo muy apreciada hoy en día. La bien reconocida en todo el Planeta como agua de rosas ha sido venerada desde tiempos remotos por sus propiedades y su delicado aroma. Entre sus valores resalta que es ideal para el cuidado de la piel, el cabello y hasta para uso aromático.

Elíxir para la salud

Las rosas no solo son conocidas por su fragancia o sus hermosos pétalos. Hace mucho que el hombre descubrió las cualidades del hermoso capullo y aprendió a destilarlo para obtener un líquido lleno de aroma dulce que se encuentra en no pocos productos, desde postres hasta tónicos faciales. En el mismo sobresalen los beneficios para la salud y la belleza.

De acuerdo con la bibliografía consultada, cuando utilizamos este bálsamo podemos aprovechar mejor sus efectos terapéuticos. Contiene antioxidantes que ayudan a combatir los radicales libres y protege las células del daño. Asimismo, puede ayudar a calmar la piel irritada y reducir el enrojecimiento.

Tampoco puede soslayarse que ayuda a mantener la piel hidratada, la limpia de impurezas y la tonifica, equilibrando su pH. Algunas personas la utilizan para acelerar la curación de heridas menores. Por su lado, resaltan las propiedades antibacterianas que posee; y hay quienes afirman que el aroma de las rosas puede reducir el estrés y mejorar el estado de ánimo.
Amén de esos y otros muchos beneficios al organismo humano, esta vez nos vamos a referir al impacto del agua de rosas cuando la aplicamos a la piel, que no solo se adapta a todo tipo de epidermis, incluidas las sensibles, grasosas o con tendencia al acné, sino que, además, se puede incorporar de múltiples maneras en la rutina diaria. Su uso frecuente ayuda a mantener el cutis hidratado, equilibrado y protegido frente a los factores externos que lo agreden a diario.

Según el portal Un Como, el agua de rosas suele emplearse una o dos veces por día sobre la piel del rostro, siempre que se utilice como parte de una rutina de cuidado facial constante y adaptado al tipo de piel.
Apreciada desde la antigüedad por sus propiedades rejuvenecedoras, este elixir natural volvió a ganar protagonismo gracias al auge de la cosmética natural. Hoy se lo puede encontrar como ingrediente principal en tónicos, brumas, serúms, cremas y mascarillas, aunque también es posible prepararlo en casa con unos pocos elementos básicos.
La alta concentración de vitamina C y sus efectos calmantes, antiinflamatorios y antioxidantes convierten al agua de rosas en una aliada fundamental para cuidar el cutis. Entonces, si aplica frecuentemente sobre esa parte de la cara contribuye a
prevenir y suavizar arrugas y líneas de expresión, al tiempo se estimula la producción de colágeno y protege frente al daño oxidativo.

Además, regular el sebo en pieles grasas o mixtas, gracias a su capacidad astringente y antimicrobiana. En otro orden, el agua de rosas sirve para atenuar bolsas y ojeras si se utiliza en compresas frías sobre la zona ocular.
En tanto, su aplicación favorece la disminución de rojeces, acné o rosácea, debido a su acción cicatrizante y refrescante.
También protege la piel de agentes externos y actúa contra los efectos de la contaminación, el estrés y la radiación solar, fortaleciendo la barrera cutánea
El maravilloso líquido facial se puede incluir en diferentes momentos de la rutina diaria.
Como tónico, después de la limpieza y antes del serum o la crema; en bruma, en casos de piel sensible o si es necesario aliviar irritaciones o rojeces durante el día.
Antes del maquillaje, para preparar la piel y lograr un acabado más uniforme, o como fijador del cosmético, pulverizando desde una distancia de unos 15 cm.
A su vez, puede sumarse a mascarillas caseras, para mejorar su penetración y acción sobre la piel.

Usted mismo puede confeccionar el agua de rosas en casa para ello disponga de 500 g de pétalos de rosa (las rojas suelen tener mejor aroma) y un litro de agua destilada. Calienta a fuego medio hasta que hierva, luego baja la candela y cocina a fuego lento durante 15-30 minutos, o hasta que los pétalos pierdan su color. Retira del fogón y deja enfriar por completo.
Cuela el agua para separar los pétalos y guárdala en un recipiente limpio y preferiblemente oscuro para aislarlo de la luz. Se puede conservar en el refrigerador hasta por 10 días.

 

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Armando Sáez Chávez

Periodista de la Editora 5 de Septiembre, Cienfuegos, Licenciado en Español y Literatura y Máster en Ciencias de la Educación

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