¿Podemos comer frutas por la noche?

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Que los hidratos engordan por la noche forma parte del imaginario popular y cuenta como uno de los mitos nutricionales más antiguos y repetidos. De ahí la creencia de nunca incluirlos en la cena. En los últimos tiempos la idea se ha extendido también a las frutas, llegándose a escuchar incluso que están “prohibidas” a partir de determinada hora del día.

Estas ideas se extienden al mundo deportivo, especialmente, si es necesario adelgazar, lo cual desvía la atención de lo que realmente importa y tiene que ver con la calidad de la dieta y su adherencia.

Entre el imaginario y la realidad

Las invenciones de la alimentación se fijan en la población porque son mensajes muy simplistas repetidos a menudo hasta la saciedad, a veces partiendo de conocimientos anticuados y otras reforzados por supuestas voces de autoridad que, en realidad, no lo son tanto. Si a ello le une que estas “noticias” sean compartidas por los hoy conocidos como “celebrities” por famosos 0 populares, se puede confundir aún más a la población general.

Según el sitio digital directoalpaladar.com hay ideas como que “la fruta por la noche engorda” o “los hidratos se acumulan en el horario nocturno en forma de grasa” que calan tanto que preferimos creer en ellos —dicen— antes de cambiar los hábitos alimentarios; porque la clave principal, enfermedades o circunstancias concretas aparte, está más en qué y cuánto comemos, sin perder de vista la actividad física que practiquemos.

Para Daniel Ursúa, dietista-nutricionista y autor de Nutrihabits, “el metabolismo humano es muy complejo como para regirse por una regla tan básica como que si comes algo a partir de una hora tiene un efecto distinto que a otra”. Y afirma que “es necesario que superemos ya esa obsesión con lo que engorda y lo que no”. Como reza la máxima que guía su labor de divulgación, la pérdida de peso debe ser consecuencia, nunca objetivo.

En el caso particular de las frutas, el texto señala que quizá por asociación con los hidratos o por la preocupación general hacia el consumo excesivo de azúcares, este alimento también se ha visto salpicado por la creencia de que se debe evitar por la noche. Ya contábamos con el refranero popular que ayuda a crear confusión (“el melón por la mañana es oro; por la tarde, plata y por la noche, mata”). A ello se suman mensajes contradictorios difundidos por diferentes medios con escasa validez científica en los últimos tiempos.

Las calorías de las frutas son exactamente las mismas, independientemente de la hora en la que se consuman —precisa la misma fuente. No hay algunas que engorden menos por la noche y tampoco las hay que debamos evitar porque supuestamente engordan más. Todas son recomendables, dentro de una dieta coherente y equilibrada, según nuestro estilo de vida.

Lo cierto es que todavía nos cuesta alcanzar las cantidades de frutas y verduras recomendadas al día, por lo que no tiene sentido prevenir sobre su exceso de consumo.

¿Puede ser más indigesta por la noche?, se pregunta el articulista, y responde: No hay ninguna evidencia científica que respalde este supuesto. Podrías sentirte más hinchado si has cenado mucho, si has consumido demasiada fibra o líquidos, pero la fruta, por sí misma, no es indigesta. Si te excedes o la tomas de postre con helado y nata después de unos huevos rotos con chorizo, quizá sí pases una mala noche.

Luego, la fruta es siempre recomendable, sea cual sea y a cualquier hora del día. La excepción la encontraríamos en personas con intolerancias, alergias, enfermedades o afecciones concretas, cuyas pautas alimentarias deberían estar guiadas por profesionales adecuados a cada caso.

Tal y como detalla el dietista-nutricionista Juan Revenga en este extenso artículo, la fruta debe formar parte de un patrón de vida saludable, y así coinciden todas las asociaciones médico-sanitarias, con rotunda unanimidad. De nuevo, no te obsesiones tanto por el azúcar de la fruta, preocúpate más por la globalidad de tu dieta.

Es recomendable evitar la ingesta por la noche de frutas ácidas como los cítricos o el kiwi, ya que inciden sobre los jugos y gástricos y los ciclos del sueño/ Foto: Tomada de Internet
¿Qué hacer entonces?

Lo ideal sería comer cuando uno tiene hambre, pero hambre de verdad. Y es ahí cuando entramos en terreno más pantanoso, pues los seres humanos no ingerimos alimentos solo con el fin de nutrirnos. El contexto social, cultural y personal es determinante, así como nuestra relación individual con la comida, que debe ser satisfactoria y positiva.

Evitar la ansiedad, los atracones, los caprichos insanos, el picoteo calórico, los antojos de dulce o el comer por aburrimiento son factores que nos afectan a la hora de adelgazar o cuidar nuestra salud. Por eso, sí podría ser beneficioso hacer más comidas a lo largo del día pero menos copiosas, ya que ayudaría a cambiar de hábitos reduciendo la sensación de hambre; pero no es una regla general única que pueda aplicarse a todo el mundo.

Por supuesto, sobre el tema existen diversos criterios. Por ejemplo, en el sitio web comefruta.es encontramos que por la noche es recomendable consumir frutas ricas en agua (para hacer mejor la digestión y mantener el cuerpo hidratado durante toda la noche), así como otras que te ayuden a relajarte (ideal para conciliar el sueño) y las conocidas saciantes (que evitarán que te entre hambre a media noche y asaltes la nevera).

Al decir de los especialistas, la manzana es una fruta sorprendente porque tiene muchísimas propiedades, combina con todos los alimentos y, a diferencia de otras, se puede comer a cualquier hora del día. La pera, por su parte, además de poder consumirse en el último segmento del día sin ningún tipo de problema, tiene propiedades capaces de combatir la retención de líquidos, lo que es perfecto para quienes suelen despertarse con los párpados hinchados o con bolsas bajo los ojos. También dentro de este tipo de frutas muy abundantes en agua se encuentra el melón.

A ciencias cierta, “la fruta es sin dudas, uno de los alimentos más saludables que existen. No sólo las amamos por su sabor e intenso aroma, sino también, porque son muchas las propiedades y beneficios que aportan a nuestro organismo. La ingesta de ellas es uno de los pilares básicos en nuestra alimentación, pues nos aportan una gran cantidad de energía que nos mantiene activos por más tiempo”, argumenta el sitio bekiafit.com.

Y más adelante sostiene el citado medio de comunicación que este tipo de alimentos nos aportan agua, vitaminas, minerales, fibra y otros compuestos, esenciales para el organismo. Además funcionan como un poderoso antioxidante natural que ayuda a prevenir el envejecimiento prematuro de las células, proporcionándonos una piel más radiante y joven.

No solo esto, expone, la fruta también ayuda a prevenir enfermedades cardiovasculares y degenerativas; determinadas frutas ayudan a prevenir diferentes tipos de cáncer, incluso su ingesta ayuda a evitar el Alzheimer. Por su alto contenido en fibra el consumo de estos manjares de la naturaleza, nos ayuda a combatir el estreñimiento y mejora el tránsito intestinal”.

Entonces, no tema comer frutas a cualquier hora del día, si nos atenemos a las recomendaciones aquí detalladas.

Las frutas constituyen alimentos saludables. No sólo las amamos por su sabor e intenso aroma, sino también porque tienen propiedades y beneficios favorables para nuestro organismo./ Foto: Tomada de Internet

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Armando Sáez Chávez

Periodista de la Editora 5 de Septiembre, Cienfuegos, Licenciado en Español y Literatura y Máster en Ciencias de la Educación

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