¿Papá, ahora me ves bien?

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Alex esta en onceno grado y hace cuatro años no ve a su papá. Para Olga, su madre, la formación resulta complicada sin el patrón masculino cerca y el apoyo paternal que también es insustituible. No solo a ella le es difícil, él siente la ausencia y por eso busca más allá de lo habitual.

En el parque Alex pasó al móvil, a través del Zapya, una aplicación para hablar con su padre y divisarle el rostro en la pequeña pantalla: IMO. Una palabra de tres letras prometía un acercamiento entre ambos, minimizar la distancia que un día barrió con la familia.

Luego de conectarse en la Wifi-Etecsa y escribir en las diminutas casillas de la página de Nauta, el usuario y la contraseña, su dedo viajó hacia el IMO. Llegó la hora, Alex está feliz. Solo ha visto a su padre por fotos y no es lo mismo. Las primeras lágrimas, las sonrisas… y la conversación que se debían desde hace tanto tiempo. Se congela la imagen, el joven camina, cambia de lugar, y repite una y otra vez: ¿Papá, ahora me ves bien?

Hace alrededor de dos años, llegaron a Cuba los puntos Wifi, hoy resultan un perfomance y el puente para todos los que han ido a conectarse a algún parque o calle de la isla. Celulares, tablets o laptop tratan de elevarse al cielo en busca de la señal, en ocasiones favorable, otras no tanto.

A partir de este acceso el vocabulario de los cubanos se ha reconstruido, ha incorporado nuevos términos en la manera de expresarnos. Algunos totalmente desconocidos años atrás o con usos diferentes a lo que antes estaba determinado, por ejemplo, twitter, like, F5, selfie, emoticones, LinkedIn, Ivoox, muro o perfil, transmisión de videos en vivo (face to face)…, un universo en el que virtualmente cabe de todo.

A menudo se sacrifican las normas gramaticales y ortográficas, en beneficio de una mayor rapidez y agilidad en la conversación. Lo que sucede es que, aunque se trata de un método escrito, equivale a una comunicación oral. El acercamiento entre lenguaje escrito y hablado lleva a veces a un uso voluntario de la representación fonética de expresiones o dialectos.

En los teléfonos no pueden faltar aplicaciones ya básicas para los cubanos como Facebook, Instagram, Snapchat, y por supuesto, IMO. Esta última permite hacer video llamadas y llamadas de voz a esos familiares que tenemos regados en cualquier rincón del mundo, sin duda ya forma parte de la cotidianidad cubana “ir al IMO” tal fuera un lugar, un sitio.

Algunos conversan sobre la familia, temas personales, el día a día, para mantener informado a la otra persona, que de seguro extrañas y necesitas. Algunos ponen al tanto del último chisme a un amigo; o piden que le muestren el más mínimo detalle del lugar donde se encuentra en ese instante. Cualquier parlamento personal se convierte en público, deja de ser tuyo para que todos oigan y miren.

No todos utilizan audífonos para hablar, quizás porque no tienen, no les gusta o simplemente los olvidaron. Resulta toda una agenda abierta al oído de los transeúntes, y que a ratos parece incluso chistosa. Lo ideal sería el acceso a internet desde la casa, mayor privacidad, algo que aún está en estudio a nivel de país.

Estas áreas donde existe la Wifi se han convertido en sitios temáticos, ya los novios deben escoger las guaridas en esos espacios para enamorar, igual los niños para jugar o montar bicicletas.

Rápido y veloz como el viento se acaban las dos horas de conexión. Alex se percata que se le quedaron un montón de cosas por contar, que no pudo siquiera decir la mitad de lo que tenía pensado. Cierra IMO con el corazón meñique, pero con la convicción de que mañana volverá a utilizar esa aplicación, que ya formará parte de su rutina, de la rutina de muchos. ¿Papá, ahora me oyes?

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Taylin Jiménez Sevilla

Estudiante de Periodismo de la UCLV

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