Otros 18 niveles para el yoga

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Cuesta asociar la dinámica del yoga, no solo con el ritmo de la contemporaneidad, sino con la naturaleza y temperamento del cubano. Quizá sea precisamente esa una de las razones por las cuales debería practicarse con más frecuencia… Desde lo individual algunos lo asumen como rutina; sin embargo, lo novedoso es que, en los bajos del edificio de 18 plantas cercano al Hospital Provincial, donde otrora existiera un gimnasio tradicional de ejercicios, radique desde hace poco más de un año un dojo de esta disciplina en la ciudad.

“La gente lo ve como una religión y yo, ni lo veo como tal, ni lo practico como tal, explica una de las asiduas, Alina Díaz Quiñones. Lo hago para mantenerme en buena forma física y espiritual, me lo pide el cuerpo todos los días. Los ejercicios son muy buenos para la relajación y la elasticidad”.

Contar con un espacio propio resulta beneficioso para la práctica que, sin llegar compararse aún con la tendencia internacional, gana adeptos en la Perla del Sur. La construcción del dojo comenzó hace dos años y actualmente son tres los instructores a cargo, entre ellos Osmel Cortina Angarica.

“Ya antes trabajábamos el yoga, sin un espacio fijo, añade Cortina. Anduvimos por el Frontón, en la casa de la Sociedad de Amistad Cuba-China en el Paseo del Prado, en el gimnasio Leandro García y el último lugar donde radicamos fue en el gimnasio de boxeo de la EIDE. Ninguno de ellos reunía las condiciones para las posturas y la concentración y eso atentaba contra la estabilidad del proyecto. Fue entonces cuando nos dimos a la tarea de buscar nuestro propio local”.

Este pasado itinerante limitaba también el alcance comunitario del proyecto: “siempre buscamos el acercamiento a los vecinos y nos promocionamos en las reuniones de estos y a través de la radio. Estamos de lunes a viernes, de seis a siete de la noche, aunque en ocasiones debemos crear un doble turno por la cantidad de personas… Hoy contamos con 21 constantes, aunque el local tiene capacidad para más”.

De origen indio y con siglos de existencia, son reconocidos los beneficios de esta práctica para la salud. No en balde la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró al 21 de junio como Día internacional del yoga.

“Los beneficios van desde el modelo de conducta en la sociedad hasta la recuperación de la flexibilidad del cuerpo gracias a las posturas, explica Cortina. Se dice que la salud de un hombre se mide por cuan flexible sea su columna, pues a través de ella se canalizan las energías y si tenemos una columna flexible, lo demás funciona. Por otra parte, está la respiración: las personas solo utilizan un tercio de los pulmones al respirar y en el dojo enseñamos algunos métodos para tratar de llenar al máximo los pulmones. Eso facilita un mejoramiento del oxígeno a nivel celular y, por tanto, un mejor funcionamiento del organismo”.

De acuerdo con sus diez años de experiencia en estas rutinas, Raúl Palmero Berberena, otro de los practicantes, asegura que “implica un estilo de vida sano y abarca desde la alimentación, el descanso hasta las costumbres. Te ayuda a enfrentar los problemas de la cotidianidad: el yoga enseña a estar en paz con uno mismo y con el universo. Yo lo veo como una necesidad en un mundo cargado de estrés. No es deporte ni religión, es una filosofía de vida: asimile lo que le sea útil y lo demás, si así lo considera, deséchelo”.

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Darilys Reyes Sánchez

Licenciada en Periodismo. Graduada en la Universidad Central Marta Abreu de Las Villas en 2009

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