Misil de alcance universal

Compartir en

Tiempo de lectura aprox: 2 minutos, 11 segundos

Durante 2005 llovieron los trabajos periodísticos y cables en torno a la crisis de taquillas a la cual supuestamente se abocaba Hollywood, luego de los embates de la audiencia durante la temporada de verano de ese año, deprimida en las ventas como las del período navideño.

Si bien las cifras a la baja alcanzaran entonces su descenso más notable desde 2001, quien escribe, de siempre atento a las curvas de oscilación históricas de la industria yanki, sabía que la retracción era momentánea.

Los estrategas respondieron con mucho espectáculo, superproducciones rimbombantes de géneros de gran demanda (catastrofismo, secuelas de éxito seguro, aventuras, adaptaciones de comic), una verdadera apoteosis de los efectos especiales a partir de la aplicación de los conceptos de la tecnología más moderna a la pantalla…

Receta segura: la fórmula, una vez más, surtió efecto.

Variety, la llamada Biblia del espectáculo, acaba de dar los datos de la presente temporada estival: por primera vez en la historia cuatro cintas sobrepasaron los 300 millones en la recaudación: El Hombre Araña 3, 336, 4; Shrek 3, 321; Piratas del Caribe 3, 307, 6; y Transformers, 303, 7.

Las entradas del verano hasta ahora (si bien la industria contempla la etapa hasta el 3 de septiembre) ya sobrepasan en un diez por ciento las del año anterior y en un seis las de 2004, considerado el mejor año de todos los tiempos en los ingresos de la pantalla estadounidense.

Los datos tienen en cuenta incluso que las citadas y otras películas millonarias empinaron sus presupuestos de forma paralela. Pero de 2000 a la fecha los boletos incrementaron su costo; de manera que todo se compensa.

Y cuando existe déficit en casa, la cosa se salva en el exterior. A pesar de que durante los últimos años se mantiene la tendencia europea de menos venta de entradas para su cine, sin embargo, el norteamericano crece y permanece imbatible en la cima de la preferencia popular.

Según datos del Observatorio Europeo de Asuntos Audiovisuales, con sede en Estrasburgo, las películas hollywoodenses alcanzan alrededor del 75 por ciento del Mercado de la Unión Europea, pese a medidas proteccionistas de Francia y alguna que otra nación.

La revista Forbes aseguraba en 2003 que los filmes estadounidenses obtenían el 35 por ciento de los ingresos de taquilla en Europa durante la década de los 60; y a inicios del siglo XXI, entre el 80 y el 90.

Las excepciones puntuales de éxitos nacionales de gloria ocasional son golondrinas que no hacen verano en la costumbre de las taquillas en Europa. Ni allí ni en América Latina, África, Asia, ni ninguna zona del globo.

Incluso en Argentina, la pantalla nacional más importante de nuestra región, el público le da la espalda a buena parte de las producciones locales. Muchas de estas deben esperar años para estrenarse.

Igual sucede en casi todo el planeta. La estrategia mundial de Hollywood contempla el mercado exterior como vital en estos momentos. Según el augurio de los analistas, la asistencia mundial a las salas crecerá en el próximo lustro; sobre todo en Asia y en Europa Central y del Este.

El consumo global de filmes, incluyendo entradas de cine y compra y alquiler de DVD, ascenderá cerca de un 5,5 por ciento, solo entre 2006 y 2010.

Los ejecutivos y tanques pensantes de la industria lo saben, principalmente luego del reciente éxito internacional de cintas como El Código Da Vinci, que solamente recaudara “modestos” 217 millones de dólares en EUA, mientras alcanzaba los 535 en el extranjero.

De manera que continúan labrando el terreno, a través de una maquinaria propagandística obnubiladora, estrenos simultáneos en medio centenar de países, agresivas giras de promoción por todo el mundo, control publicitario en los medios y otros mecanismos.

El imperio tiene en Hollywood al más poderoso y dulce de sus misiles (parafraseando a Ramonet); y al de mayor capacidad de penetración. La basura enlatada de la Meca manipula la conciencia colectiva e irriga el torrente sanguíneo de la cultura universal con los símbolos e imágenes que le interesa promover al discurso hegemónico.

Visitas: 42

Julio Martínez Molina

Licenciado en Periodismo por la Universidad de La Habana. Periodista del diario 5 de Septiembre y crítico audiovisual. Miembro de la UPEC, la UNEAC, la FIPRESCI y la Asociación Cubana de la Crítica Cinematográfica

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *