Estalla la huelga de los filtros del acueducto

Compartir en

Tiempo de lectura aprox: 2 minutos, 20 segundos

De entre las más de cien importantes huelgas que el pueblo cienfueguero protagonizó a partir de la creación de la pseudo-república nacida en 1902, la que estalló el 24 de agosto de 1948 y que nuestra historia conoce como huelga de los filtros del acueducto se inscribe en un contexto político y social muy particular. Es que en los años 1947 y 1948 se gesta en Cienfuegos un fuerte y grave enfrentamiento entre la política del gobierno del Partido Auténtico y la clase obrera y el estudiantado sureños, que se sentían engañados y expoliados por los políticos, quienes hacían caso omiso a las necesidades de las masas empobrecidas.

Hacia mediados de 1947 el movimiento obrero sureño sufrió los rigores de las maniobras divisionistas instigadas por Estados Unidos, el asalto a los locales sindicales, el robo de los fondos para pagar el seguro social, o sea, las cajas de retiros, entre otros muchos desmanes. Hubo, por tanto, numerosos enfrentamientos, paros laborales, mítines públicos, protestas…, en su mayoría apoyados por los estudiantes secundarios de la ciudad.

A principios de 1948 se efectuó en Cienfuegos una plenaria obrera con la presencia del líder sindical Lázaro Peña, quien orientó a las masas laboriosas. Pocos días después, cuando el 22 de enero de ese año se produjo en Manzanillo el asesinato del líder de los trabajadores azucareros Jesús Menéndez, a manos de un oficial del Ejército, airadas y combativas manifestaciones de todos los grupos sociales tomaron las calles de las ciudades cubanas.

En febrero los estudiantes secundarios van a la huelga estudiantil en reclamo de mejores condiciones para sus planteles de estudio que se encuentran en condiciones deplorables, y en mayo la Guardia Rural ataca a los obreros del central Manuelita que habían ido al paro. Es esa la situación tensa que viven los vecinos de esta ciudad, cuando durante casi todo el mes de agosto el acueducto cienfueguero comienza a servir un agua terrosa, color chocolate, que se mantiene así durante varios días, imposible de ser bebida ni utilizada por la población. Entonces se desatan los exaltados ánimos contra un estado de cosas que resultan insoportables, y los estudiantes del Instituto de Segunda Enseñanza salen a las calles a media mañana del día 24, gritando consignas y sobre todo, exigiendo filtros para el acueducto local.

Resultó aquel un detonador. Inmediatamente la población secunda al estudiantado, salen las familias a las calles siguiendo a sus jóvenes, se suman los obreros de talleres y pequeñas fábricas existentes en la localidad, les imitan los estudiantes de otros planteles y enseñanzas, entretanto los comerciantes cierran o son obligados por las masas desbordadas a cancelar las prestaciones de sus establecimientos. Se obstaculizan vías y así comienza una huelga general espontánea y muy fuerte, que paraliza la ciudad, sin que la Policía local sea capaz de detenerla.

Al día siguiente, desde Santa Clara, son enviadas tropas para intentar controlar la situación en Cienfuegos. Pero la clase obrera y estudiantil ya han ganado experiencia y creado su “gobierno local” ‒que algunos llaman “sóviets”‒ y se hacen cargo, encabezados por dirigentes comunistas locales y líderes sindicales y estudiantiles, de la constitución de comités de orden público con milicias armadas de cuanto objeto contundente pueda esgrimirse como medio para enfrentar a los esbirros uniformados, atacándolos desde lugares diversos, huyendo y reagrupándose alternativamente, una y otra y otra vez.

A la par son creados grupos de abastecimiento para garantizar la comida de hospitales y personas de bajos ingresos, repartir carbón, hielo, leche y otros productos de primera necesidad que el campesinado aliado suministra, y es así como al calor de la resistencia se alcanza, el día 29, la victoria de ese reclamo cuando el gobierno comunica que ha sido aprobado un crédito para adquirir y colocar los filtros del acueducto local.

De esta manera se iban arrancado, históricamente, muchas conquistas obreras y ciudadanas a los gobiernos aquellos que no atendían las necesidades de las masas. La huelga de los filtros para el acueducto fue otra victoria de la lucha organizada y de la unidad proletaria-campesina-estudiantil cienfueguera, que así fue haciéndose más fuerte y consciente para apoyar la Revolución que habría de traernos el poder del pueblo once años después de estas jornadas de 1948.

Visitas: 60

Andrés García Suárez

Periodista, historiador e investigador cienfueguero. Fue fundador de 5 de Septiembre, donde se desempeñó como subdirector hasta su jubilación.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *