Adoquines venidos como lastre

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Cuando la modernidad disfrazó las calles del Cienfuegos más antiguo con el ropaje del asfalto, la ciudad cedió al pragmatismo una cuota de encanto difícil de recuperar.

Por suerte, todo el testimonio de una época pasada que yace en el pavimento del centro histórico no fue borrado por la mezcla de piedra y asfalto.

Un trecho de la calle de D’Clouet, quizá un homenaje al fundador, oficia hoy como un museo al aire libre en el que los adoquines conducen a la vez los pasos del vecino y del extraño hacia el libro mayor de la historia del terruño.

Enriquecen en gran medida la singular colección museográfica los rieles de un tranvía, que sin llamarse Deseo ni premiar la cosecha literaria de un elegido, parece viajar aún hacia la eternidad.

Esa trama de piedras rectangulares que semejan un panqué de Manacas fosilizado, aportó su pedacito de crónica urbana a la conquista cultural más  importante de la villa fundada por los franceses una mañana de primavera de 1819: la inscripción del Centro Histórico de Cienfuegos en la lista del Patrimonio Mundial.

Foto: Ildefonso Igorra López

Lástima que la contemporaneidad y su aliado el confort siempre cobren un diezmo a la herencia. Lo atestigua esa herida insanable en la piel adoquinada de la calle D’Clouet, dejada por el trazo de la red hidrosanitaria del renacido hotel Unión.

Cuenta la tradición oral que a principios del pasado siglo, toneladas de adoquines arribaron a los muelles cienfuegueros desde puertos estadounidenses como lastre en las bodegas de los vapores llegados en busca de azúcar.

Sería bueno considerar la posibilidad de recuperar el adoquinado en otras cuadras del centro histórico, ahora que el corazón de la ciudad viste las galas del reconocimiento universal concedido por la Unesco.

Añadiría un sello más de identidad y a la vez compromiso con el legado de las generaciones que bruñeron esta joya decimonónica donde habitamos. Y un motivo de orgullo para el cienfueguero, como en otra dimensión, lo constituyen los cantos rodados que siembran de historia las calles de la vecina Trinidad.

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Francisco G. Navarro

Periodista de Cienfuegos. Corresponsal de la agencia Prensa Latina.

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