Abdala: la pasajera más distinguida de Oneido

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A Oneido Albelo Rouco le llena de emoción escuchar los aplausos de cada mañana. Es feliz porque al llegar a los vacunatorios del Área III de Salud, en el municipio de Cienfuegos, le reciben con una ovación. Desde el 29 de julio último, cuando el territorio comenzó la inmunización con Abdala, primera vacuna cubana y Latinoamericana contra la COVID-19, creada por científicos del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología, este chofer traslada en su mototaxi amarillo las dosis que brindarán protección a cientos de cienfuegueros. 

“Nosotros estamos diseñados para transportar a la población, pero en este momento Salud Pública nos necesita y lo hemos hecho con mucho amor. Estamos muy contentos y continuaremos haciéndolo hasta que se vacunen todos. Nos sentimos tranquilos, tenemos confianza con los directores. Hay mucha seriedad en el trabajo”- comenta este transportista, quien además labora en el despacho de la Refinería de Petróleo Camilo Cienfuegos.

Desde el inicio del enfrentamiento a la pandemia, hace casi 17 meses, trabajadores de la Agencia Taxis Cuba Cienfuegos, a la que pertenece Oneido, han desempeñado diversas funciones. El traslado de las muestras a analizar en los Laboratorios de Biología Molecular, la transportación al personal que labora en centros de aislamiento y hospitales que atienden a pacientes positivos, figuran entre las acciones que, a decir de Daniel Cruz Borroto, director de la entidad, se incrementaron en la actual etapa.

Muestra de ello son las tareas que cada jornada cumplen Oneido y el resto de sus compañeros. En los policlínicos de la capital cienfueguera “salimos con los especialistas a hacer los test rápidos y los PCR en tiempo real a los barrios. También llevamos hasta las viviendas los medicamentos que necesitan los pacientes. Hemos transportado insumos médicos como jeringuillas y otros, para que se haga realidad la vacunación”.

Actualmente unos 56 vehículos de la Agencia Taxis Cuba en Cienfuegos prestan servicios a la Salud Pública. En el municipio cabecera 29 mototaxis pintan de amarillo el paisaje de la ciudad. Lo hacen por la más hermosa de las causas: la lucha contra un virus que, en el territorio, ha causado dolor a miles de familias. Estos choferes llevan a Abdala en sus hombros y en la experiencia de esta proeza de humanismo y sensibilidad.

“Este ha sido un sentimiento grande porque cargar la vacuna en los termos refrigerados hasta cada consultorio, es una experiencia muy bonita que nunca se me va a olvidar.  La felicidad de la gente cuando llegamos es algo que uno siempre va a llevar en el corazón” – dice Oneido con la voz entrecortada, como si a su mente llegaran las imágenes de esos minutos.

Este cienfueguero agradece, como muchos, la primera dosis de Abdala, que ya corre por la sangre de parte de su familia. Alega que el regocijo debe primar en todos los hogares porque “como dicen no solo es una vacuna, es un país, dispuesto a eliminar este coronavirus. Esto era algo que todos esperábamos, que todos deseábamos”

La disposición de Oneido se corrobora en la firmeza de sus palabras. Muchos fueron testigos de sus lágrimas aquel jueves cuando en la cava y junto a profesionales de la Salud, trasladó los primeros frascos de Abdala. Aunque esa acción se repetirá una y otra vez en los próximos treinta días, siempre será diferente pero igual de intenso el aplauso y los nuevos rostros que aguardan llenos de esperanza en los vacunatorios del Área III.

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