Una vieja escuela nueva
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Natalia, Cristian, Selena María y Christopher Ronaldo, son niños de la periferia de Caunao, de allá de por La Josefa, Santa Rosa, Lagunillas, quienes asisten a una escuela primaria renovada, linda y acogedora, desde que el pasado 5 de septiembre reabriera su verja de más de 120 años la “Fernando Pérez Guadarrama”, ubicada en la ruta hacia el barrio de Caunao, y asociada a la Organización de Naciones Unidas para la Cultura, las Ciencias y la Educación (UNESCO).
Yanara Díaz Leal es maestra del Preescolar A, con una matricula de 20 infantes, con muchos sueños por cumplir: “Los trabajadores apoyamos durante los meses de julio y agosto en la recogida de escombros, el embellecimiento de las áreas verdes y también en dejar a punto nuestras aulas para recibir a los niños.
“Con los pequeños trabajamos en el resacate de los juegos y rondas tradicionales, los mismos que jugaban nuestros abuelos, en el vínculo con la comunidad, además de los contenidos propios del grado”, dice, mientras regresa a continuar la clase que interrumpimos, y porque ya hay cierta algarabía, propia de la edad, y que denota alegría.
UNA INSTITUCIÓN A TÍTULO DE OTRA
Manuel Antonio Armas Bouza, nacido y criado en Caunao, y director de este centro escolar hace ya 22 años, es sin dudas, una institución de la Educación en aquellos predios, querido y respetado. Al comentar sobre la obra recién culminada, habla de de SU escuela, y lo dice con total propiedad, por el sentido de pertenencia que le acompaña:
“Luce preciosa, renovada, se invirtieron valiosos recursos para repararla y ampliarla, aún en medio de la situación económica que vivimos. Se le anexaron 13 aulas nuevas, laboratorio de computación, una biblioteca y se restauró, conservando los valores patrimoniales, la casona centro, construida en 1920.
“La matrícula general es de 438 estudiantes, desde el grado Preescolar al Sexto, distribuidos en 21 grupos; desde el año 1998 estamos asociados a la UNESCO. Trabajamos con los alumnos en proyectos educativos con los temas de la emblematicos de la Organización, relacionados con la identidad cultural, en el rescate del patrimonio sociocultural de Caunao, rico en leyendas, tradiciones, parrandas campesinas, tonadas; otros relacionados con la educación ambiental para el desarrollo sostenible, por una cultura de paz y no violencia, el patrimonio mundial en manos jóvenes, entre otros.
“En Caunao todavía quedan ruinas de ingenios azucareros, como La Candelaria, La Josefa, Santa Rosa, El Tartabull, donde hubo esclavitud, y contamos con un proyecto que tiene que ver con la ruta del esclavo y la travesía trasatlántica hasta Cuba, a través del cual los niños conocen sobre Historia, vinculado también con José Martí y sus Versos Sencillos“.
LOS PROTAGONISTAS
Cristian cuenta que: “Me encanta mi escuela nueva, y ahora tenemos un baño muy bonito”, dice y sonríe, y se ofreció voluntario a contestar, con su carita de niño travieso de allá de un barrio rural, y la felicicidad reflejada en el rostro.
Natalia es de Caunao, de pocas palabras, ojos profundos y luce grande para su edad, cinco años.
Christopher Ronaldo deber ser hijo de un madridista, tiene la edad de cuando el astro del fútbol hacía el equipo y su nombre viene por ahí: “Yo soy de Los Tanques, tengo dos hermanos”.
No hablan mucho, pero sus ojos y caritas resultan expresivos, y la maestra Yanara lleva razón cuando afirma: “Son colaborativos, dispuestos y ávidos de conocimientos”. Pues que así sea, que aprendan y aprehendan de un mundo figurativo de tonadas guajiras y entorno sano, y que se abra la verja de más de cien años a un mundo inexplorado del abc, allí, en su vieja escuela nueva.
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