Un acorde de filin para recordar a Elena Burke

Compartir en

Tiempo de lectura aprox: 2 minutos, 15 segundos

Este martes se cumplió el aniversario 95 de quien fuera una de las voces que más nos ha hecho vibrar. Su nombre al nacer fue Romana Elena Burgues González, pero tomó como nombre artístico el de Elena Burke. Posteriormente, su pueblo la bautizó como La Señora Sentimiento.

Fue una de las voces defensoras del filin (de feeling, en inglés sentimiento), movimiento de la canción cubana en el que la fuerza expresiva y comunicativa de la canción era el elemento principal. La armonía (aunque magistral en esa etapa) cumplía solo la función de acompañante. Y es que en Elena cada letra que interpretaba, era como si la entregaba al público en una mezcla perfecta entre fuerza y delicadeza. Cada palabra cobraba protagonismo mediante una intención diferente conferida en su interpretación.

Tenía voz de contralto, la más grave femenina, lo que aportó a su tránsito por varios formatos desde la década del 40. Cuenta la historia que comenzó interpretando tangos; que se presentó en 1943 en la Corte Suprema y ganó premio en unión de Rosita Fornés y Miguel Ángel Ortiz. A partir de ese momento continuó su andar siempre en ascenso.

Trabajó con grandes del pentagrama cubano como Enrique González Mantici, Adolfo Guzmán, Dámaso Pérez Prado. Contó con la guía de Isolina Carrillo. Posteriormente integró varios cuartetos, agrupación muy de moda en las décadas del 40, el 50 y el 60 del pasado siglo. Entre ellos destacan el de Orlando de la Rosa, Cuarteto de Facundo, y posteriormente Las D’ Aida, que marcó definitivamente su carrera. En la década del 60 fundó el grupo Los D’ Ángeles, dirigido por Enriqueta Almanza, con el que representó a muestro país en importantes eventos en el extranjero.

Al tomar su carrera como solista se convirtió en una de las cantantes más populares de su época en Cuba. Unió su voz a otras figuras también icónicas de nuestra cancionística como Ignacio Villa (Bola de Nieve), Benny Moré, Fernando Álvarez, Neris Amelia Martínez Salazar (Juana Bacallao), Tito Gómez, Omara Portuondo, María Antonia Peregrino Álvarez (Toña la Negra), Frank Domínguez, y Pablo Milanés, de quien cantó muchos de sus temas llevándolos a la fama. Entre estos se encuentra el de la película Una novia para David, dando vida al que fuera uno de sus grandes éxitos, Ámame como soy.

Del filin también interpretó obras de Marta Valdés, José Antonio Méndez, César Portillo de la Luz, lo que le permitió moverse con absoluta libertad en el mundo de las llamadas descargas musicales, donde la improvisación y la espontaneidad caracterizaban su entrega, así como su rigor artístico, buen gusto, calidad y carisma. Como bolerista le imprimía un sello muy personal al género. Podía hacer triunfar cada canción que interpretaba. Promocionó la obra de muchos autores cubanos, unos conocidos y otros que surgían, dándolas a conocer y llevándolas a la preferencia del público.

Elena nos abandonó físicamente el 9 de junio del año 2002, para unirse a esos ángeles que acompañan nuestros teatros llenos de historias. Pero su recuerdo sigue latente en la esencia de esa vida noctámbula y bohemia habanera, dueña de momentos en los cuales la música se hace protagonista para ser escuchada y disfrutada desde la espiritualidad. Nadie como ella para mover la sensibilidad del oyente más incrédulo.

Elena es también Cuba, es parte indisoluble de muestra identidad musical. Volver a escuchar su voz, imaginando a esa Habana en la que Moraima, Benny Moré, Juan Formell, Pablito Milanés, César Portillo de la Luz y José Antonio Méndez volvieran a estar entre nosotros a través del timbre inigualable de Elena, con ese vibrato en la nota precisa que puede llegar hasta el centro del alma del oyente.

Entonces, al regresar a nuestro tiempo nos damos cuenta de lo afortunados que somos por haber tenido a estos grandes y de la responsabilidad de no dejarlos morir, de rescatar su obra y darla a conocer a quienes un día puedan trasmitirla como un tesoro heredado dentro del patrimonio inmaterial de su nación.

 

Visitas: 10

Sandra M. Busto Marín

Licenciada en Música con perfil de flauta. Diplomada en Pedagogía y Psicología del Arte, Pedagogía Musical y Educación por el Arte. Máster en Arte. Todo en el Instituto Superior de Arte de La Habana.

Un Comentario en “Un acorde de filin para recordar a Elena Burke

  • el 1 marzo, 2023 a las 11:06 pm
    Permalink

    Gracias a Sandra por sus excelentes artículos sobre músicos cubanos.

    Respuesta

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *