Todos los cubanos importan
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Día Internacional por la Eliminación de la Discriminación Racial. La erradicación del racismo y la discriminación por el color de la piel implica poner en pie y practicar los principios de la equidad sin menoscabo de la diversidad: En nuestro caso, la dignidad humana como valor supremo y derecho inalienable de todos los cubanos
La naturalización del racismo es un hecho en muchas partes del mundo. No se acaba de entender que la especie humana es una sola, que los tonos del color de la piel no determinan superioridad ni inferioridad.
El 26 de octubre de 1966 la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró el 21 de marzo como Día Internacional por la Eliminación de la Discriminación Racial, con la finalidad de promover la tolerancia, la inclusión, la unidad y el respeto a la diversidad. En esa misma formulación aflora un concepto limitado: tolerancia, que no pocas veces deriva en condescendencia, o sea, justificar una actitud permisiva frente a una situación que se juzga anómala, pero que se acepta porque no se puede hacer otra cosa.
En Cuba, de hecho y por derecho, la igualdad es un principio irreductible e irrenunciable. La tolerancia no entra en nuestro lenguaje. Las transformaciones que se sucedieron luego del triunfo de enero de 1959 trajeron, como nunca antes en nuestra historia, oportunidades inéditas y conquistas sociales para todos los ciudadanos, incluyendo los negros y mulatos. Erradicar el racismo, cortar de raíz toda expresión discriminatoria y superar las brechas de equidad vinculadas al color de la piel se hallan en el núcleo del proyecto revolucionario.
De ahí que el Estado socialista, junto a la sociedad civil, haya implementado el Programa Nacional contra el Racismo y la Discriminación Racial, sustentado en un enfoque afirmativo integral que transversaliza tanto el abordaje del problema como las propuestas de solución.
Integralidad significa articular ciencia y activismo, políticas públicas generales y focalizadas, perspectivas nacionales y locales. Tanto a escala comunitaria como en el plano mediático deben acentuarse las acciones de sensibilización y toma de decisiones que contribuyan a revertir los factores objetivos y desmontar los subjetivos latentes en actitudes y expresiones discriminatorias.
La erradicación del racismo y la discriminación por el color de la piel implica poner en pie y practicar los principios de la equidad sin menoscabo de la diversidad: En nuestro caso, la dignidad humana como valor supremo y derecho inalienable de todos los cubanos.
Tomado de Granma
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