Servicios de Hemodiálisis en Cienfuegos: Nueva tecnología que salva y alarga vidas

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Diosdany Rifat Machado ha recorrido un largo camino por la vida, desde que hace más de doce años le fuera diagnosticada una insuficiencia renal crónica. Acude a la Sala de Hemodiálisis del Centro de Especialidades Ambulatorios (CEA) tres veces por semana, donde le tienen como a alguien muy querido, tal como sucede con el resto de los pacientes, con quienes han creado allí un vínculo afectuoso.

Los servicios acaban de instalar una nueva tecnología: 18 riñones artificiales y una planta de ósmosis, donde se obtiene el agua pura que requiere el proceder. Son equipos muy costosos, adquiridos a través de un crédito otorgado al Minsap por la agencia francesa para el desarrollo.

El Dr. Alieski Villavicencio Verdecia, especialista de I Grado en Nefrología y director del CEA, abunda a 5 de Septiembre sobre esta humana obra que mejora la calidad de vida y alarga la existencia de quienes padecen de enfermedades renales crónicas y necesitan un proceder dialítico:

La obra consta de dos etapas, recién terminamos la primera, resultante de los 18 modernos riñones artificiales que ya prestan servicio acá; y la segunda, que próximamente inicia la parte civil, y contamos con el resto de los 16 riñones a instalarse.

“La tecnología es moderna y costosa, y los anteriores no se desechan, pasan por un proceso de mantenimiento y limpieza. Al concluir la segunda fase, entonces tendremos una disponibilidad de 34 riñones artificiales. El servicio está conformado por seis especialistas, contempla un staff de 40 enfermeros, aún por completar, técnicos, asistentes y auxiliares.

“Resultan 112 las personas que en la provincia se mantienen en régimen de tratamiento dialítico —doce en HGAL, el resto en el CEA—, tres veces a la semana, divididos en dos turnos, de lunes a sábado en días alternos, quienes son trasladados de ida y vuelta por TaxiCuba, a través de un convenio del Ministerio de Salud con la entidad, al proporcionarles confort y puntualidad para el proceder a pacientes y familiares.

Dr. Alieski Villavicencio Verdecia, especialista de I Grado en Nefrología y director del CEA. /Foto: Magalys Chaviano

“En el Hospital Provincial se mantienen ocho riñones artificiales, y uno de ellos está instalado en la Unidad de Cuidados Intensivos Polivalente, con una planta de ósmosis portátil, para acercarlo a los pacientes que lo requieran, sin necesidad de moverlos. En caso de fenómenos naturales que puedan afectar el traslado hasta la institución de los dializantes, estos son ingresados con un acompañante y todas las condiciones de alimentación  y hospedaje cubiertas, para evitar que pierdan sesiones, lo que puede dar al traste con el tratamiento.

“Durante las etapas de alza de la epidemia de Covid-19 se destinaron dos unidades de diálisis para contagiados, pacientes crónicos y otros complicados con la enfermedad, y se realizaron unos 200 procederes por esta vía, con el extremo cuidado y bioseguridad requeridos; además, no se detuvo el tratamiento a los enfermos crónicos, para lo cual resultó necesario delimitar el servicio”.

Las enfermeras Damarys Becerra y Laura Padrón, de izquierda a derecha./Foto: Magalys Chaviano
PUERTAS ADENTRO

Al trasponer el umbral de la Sala de Hemodiálisis del CEA, para lo que fue necesario usar ropa estéril, resalta la limpieza y pulcritud de las instalaciones, y durante el viaje periodístico nos acompañó un epidemiólogo, atento al lavado de manos y cumplimiento de las medidas de bioseguridad.

La licenciada Mileydis Osorio Calderón, enfermera jefa allí, resulta una institución dentro de otra. Con 27 años de graduada acumula experticia en los procederes, área donde reina organización extrema. No siempre ocupó responsabilidades administrativas, sino que cuenta en su currículo profesional una buena parte en labores asistenciales. Cumplió misión en un CDI en Venezuela, en el Estado de Bolívar por cinco años como enfermera intensivista, en una zona apartada.

La “seño” Mileydis Osorio Calderón, de pie, enfermera jefa allí, resulta una institución dentro de otra, conversa con las recién graduadas, Mariangel, Adrianis y Roxana./Foto: Magalys Chaviano

“Trabajo acá desde 2015, es arduo; comienza en la mañana y no tenemos horario fijo de salida; son muchos los insumos a entregar y controlar, documentos a rellenar, porque realizar una diálisis resulta un proceder complejo. Bajo mi égida están los enfermeros, técnicos y asistentes, personal que colabora, para que al caer la tarde o la noche, los pacientes regresen a casa con la esperanza de que cuente un día más en sus vidas”.

Janayri González Orihuela cumple 20 años de graduada como enfermera, y tras una especialización en cuidados intensivos y emergencias, vino a trabajar al servicio de Hemodiálisis. Licenciada y profesora asistente, contribuye a la formación de nuevas generaciones de enfermeros:

“Aquí hemos creado una familiaridad con los pacientes, lo que los hace a ellos sentirse cómodos. Sus vidas dependen de la calidad del proceder, y la nueva tecnología instalada aquí resulta un regalo. El trabajo con el paciente crónico renal no es atrayente, y mi labor un poco radica en enamorar a los recién graduados y atraerlos al Servicio.

“¿Alguna anécdota? Tengo muchas, pero puedo ilustrar la de Calixto Peña, un paciente que se dializa hace más de 20 años. Pues estando de misión en Emiratos Árabes, por dos años, durante el alza de Covid-19 allá, recibo un mensaje que decía: ‘Calixto+’; me puse muy triste al entender que había fallecido, lloré mucho allá tan lejos, y entonces reí días después, de alegría, cuando confirmé que el signo de más significaba positivo a la Covid-19, pero asintomático. Tenemos Calixto para rato”.

Así de sensible resulta este oficio del alma, uno de los mayores soportes en los procederes dialíticos. Más adelante encontramos a la Dra. Maité López González, especialista en MGI y en Nefrología, quien tiene delante una “montaña” de historias clínicas, las que conoce, sin embargo, al dedillo.

“He tratado enfermos de mucho tiempo, a quienes se les ha alargado la vida, a fuer de atención y cuidados, incluso con 24 años con la patología. Ahora con el nuevo equipamiento el proceder es más rápido y de mayor calidad”, cuenta, y le pregunto por la familia: “Tengo unos jimaguas de diez años”, y de inmediato pienso cómo se las arregla esta mujer para resolver las urgencias domésticas de tiempos difíciles, mientras prolonga la existencia de sus semejantes.

Dra. Maité López González, especialista en MGI y en Nefrología. /Foto: Magalys Chaviano
CON LOS TECNÓLOGOS

Sergio Valido Reyes es el especialista principal de Electromedicina del CEA, quien se entrenó en Colombia en la instalación y operación de la tecnología. Sobre la explotación de los equipos, comenta:

“Estamos muy parejos acá sobre los avances mundiales en este campo, de última generación y de las más utilizadas en Latinoamérica. El equipamiento está en garantía, y durante este período debe prestarse especial cuidado en su operación, para lo que contamos con personal preparado, vigilantes las 24 horas.

“Hasta ahora las pruebas y el uso resultan óptimos, y los pacientes lo agradecen. Contamos con una moderna planta de ósmosis, donde se produce el agua pura necesaria para el proceder, y una más pequeña, portátil, empleada en la Polivalente de HGAL.

“Se trata de una necesaria inyección tecnológica, importante, y debemos responder al gesto de la Agencia Francesa para el Desarrollo, con el cuidado que lleva para alargar la vida útil de los equipos, costosos, aunque la vida no tenga precio”, dice el joven licenciado en Tecnología de la Salud, quien pasa la mano con cariño por las relucientes máquinas salvadoras.

Sergio Valido Reyes, especialista principal de Electromedicina del CEA./Foto: Magalys Chaviano

Atrás dejamos a Diosdany, el paciente de 50 años, al que le brillan los ojos de esperanza, a las “seños”, nuevas y experimentadas que revolotean y regalan alegría por la sala, a los médicos, y hasta a la “Gatica”, Daylé López Vázquez, una de las regidoras de la limpieza en Hemodiálisis, quien insistió en que mencionara su mote, ganado por las botas de goma que usa para dejar todo reluciente tras cada turno.

Que nunca se les borre la sonrisa a quienes allí, pacientes y personal asistencial y de servicio, emprenden todos los días un nuevo camino, ahora con el regalo de la nueva tecnología.

Janayri González Orihuela, 20 años de graduada como enfermera./Foto: Magalys Chaviano

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Magalys Chaviano Álvarez

Periodista. Licenciada en Comunicación Social.

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