Mercedes y la claridad en las respuestas a las inquietudes de los votantes
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Mercedes no tiene dudas: ella amó y sigue amando sus más de 25 años de entrega profesional a la Asamblea Municipal del Poder Popular en Cienfuegos. Hoy, esta señora se siente orgullosa del reparto de Pueblo Griffo, al que ha sido fiel devota, y en el cual hasta los niños la saludan y reconocen como presidenta de la comisión de órganos locales.
“Mis inicios están ligados indiscutiblemente a la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) desde los 14 años, consecuencia directa también de la formación que me dio mi familia, que siempre estuvo vinculada al proceso revolucionario.
“Aunque mucha gente no lo sepa, soy Licenciada en Cultura Física, y luego hice mi maestría en Educación de Avanzada. Fueron 20 largos y fructíferos años que recuerdo muy bien, aportando a la Dirección Municipal de Educación”, nos comenta esta mujer nacida en Ciego de Ávila, cuando aún dicho territorio pertenecía a la provincia de Camagüey.
Su vínculo —nos dice— con los órganos del poder popular, comenzó allá por 1989, cuando fue nombrada miembro de la Comisión de Educación, Cultura y Deporte. “A partir de 1995, salgo nominada como delegada a la Asamblea del Poder Popular del reparto Pueblo Griffo, en la circunscripción 46, que antiguamente era una misma demarcación junto a Pastorita, hasta el 15 de mayo de 2000, que se divide en Pastorita-O’Bourke y Pueblo Griffo Nuevo y Viejo. Desde ese año hasta 2015 estuve asumiendo la tarea, hasta que solicité la jubilación”, comenta.
Macías asegura que lo primero que deben aplicar los representantes elegidos es “la creación de empatía con la gente, con el pueblo. Si eso no se logra, sin duda alguna habrá dificultades. En segundo lugar, hay que tener claridad en las respuestas a las inquietudes de los votantes”.
Suscribe como otros elementos primordiales la ayuda, la orientación y la solidaridad en cualquier caso, cualidades que deben manejarse siempre.
“Como presidenta, tengo muchas anécdotas, por supuesto, extraídas de mi reparto, desde donde luchamos por los servicios que hoy posee; un taller para arreglar los insumos electrodomésticos, un policlínico, una sala de maternidad, un centro de rehabilitación, la casa de abuelos, la panadería de pan especial, una tienda que expende en MLC, puntos de CIMEX, círculos infantiles, una pescadería; es decir, enclaves que la propia gente ha solicitado en el transcurso del tiempo y que favorecen a la comunidad sin la necesidad de acudir al centro urbano”, expone.
En 2005, Mercedes tuvo la grata experiencia de participar como representante en el Evento Regional Internacional sobre la Utilización de los Espacios y el Desarrollo de la Sostenibilidad para la Agricultura Urbana efectuado en la ciudad de Rosario, Argentina. “En esa memorable cita, presentamos nuestras rutinas de producción con los organopónicos, que allá le llaman huertas.
“De aquella etapa también recuerdo muchas prácticas del oficio, relacionadas, sobre todo, con las evacuaciones de familias cuando nos azotaron los huracanes Dennis y Michelle, en los que tuvimos que acudir hasta caseríos como la finca La Regla, La Candelaria, donde la ayuda entre delegados y electores prevaleció siempre”, refiere.
Si bien en su amado reparto, la longevidad etaria alcanza el 62,2 porciento, “la población, en sentido general, debe ser un poco más participativa a la hora de mejorar la calidad de vida del entorno comunitario, con énfasis en jardines y otras áreas verdes”, alega Macías, quien ejerce, además, como profesora del Centro Politécnico José Gregorio Martínez.
Cuando le preguntamos por los jóvenes, esta eterna delegada alega que ellos son “nuestra continuidad” (…) Esta tarea es bonita, no es una carga, constituye una satisfacción el sentirse útil. Hay que imbuirlos sobre todo desde el punto de vista del trabajo comunitario integrado, actividad que nos lleva a nosotros a tener más vinculación con aquellos que nos eligen”.
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