Manuel Mirabal Vázquez, el Guajiro Mirabal, entre los ídolos de nuestra música

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Hoy vuelvo a escuchar esos discos de siempre, a los que regresamos en momentos especiales, y me atrapa el sonido de una trompeta que dibuja el son cubano con total dominio y sabor. Mientras disfruto de buena música, dos fechas vienen a mi mente: el 8 de mayo, Día del Son Cubano, que se celebra por segunda vezeste año, y el 5 de mayo, cuando estará cumpliendo sus 89 años Manuel Mirabal Vázquez, a quien conocemos como el Guajiro Mirabal, un trompetista ícono de nuestra música cubana,que nos ha regalado interpretaciones inigualables y que se mueve dentro del son con absoluta maestría. Nada más justo que dedicar unas líneas a quien posee una obra de vida imprescindible para nuestra cultura, una de las figuras claves de la música cubana por más de 50 años.

El Guajiro Mirabal nace en Melena del Sur, Cuba, el quinto día del mayo del 1933. Inició el estudio de la música aún siendo niño, guiado por su padre, su primer maestro. Antes de dedicarse a la trompeta, experimentó con varios instrumentos,como el clarinete y el saxofón, para luego definir su vocación. A la edad de 18 años comenzó su carrera profesional en el Conjunto Universal, donde permaneció por tres años. Luego se unió a la banda de jazz Swing Casino, de Güines. En 1956 se trasladó para la capital e integró el conjunto Rumbavana, siendo uno de sus fundadores, donde se mantuvo hasta 1960. Posteriormente, pasó a la Orquesta Riverside, y Tito Gómez, voz líder de la agrupación, lo bautiza como “Guajiro” y desde entonces se le conoce como el Guajiro Mirabal.

Estuvo entre los fundadores de la orquesta de Música Moderna dirigida por el saxofonista Armando Romeu, donde coincidió con otra constelación de intérpretes como el percusionista Guillermo Barreto, el trombonista Juan Pablo Torres, los pianistas Gonzalo Rubalcaba y Chucho Valdés, entre otros. Trabajó también en las orquestas de Tropicana, la Casino Parisién del Hotel Nacional, la de ICRT y Afro Cuban All Stars.

Viajó a Venezuela con Las Estrellas de Areito (1982) y allí se reencontró con Oscar de León, con quien había trabajado anteriormente en México. A partir de ese momento realizó varias giras de forma independiente, incorporándose a la agrupación de este reconocido músico y junto a José Feliciano, con quien también colaboró.

Su trabajo más conocido es como trompetista del Buena Vista Social Club. Junto a ellos nos ha representado en los escenarios más significativos de Cuba y del mundo desde 1996, por 19 años. Su obra está presente tanto en los discos, como en las presentaciones de esta agrupación y en varios trabajos en solitario que incluyen un álbum que rinde homenaje a Arsenio Rodríguez, y Buena Vista social Club presenta a Manuel Guajiro Mirabal (2004), que le trajo grandes satisfacciones. Posee tres nominaciones a los premios Grammy Latinos, por los CDs Afro Cuban AllStar, Buena Vista Social Club (obtuvo premio) y Guajiro en Solitario, que estuvo, además, nominado a los Grammy Americanos y los Billboard. Ostenta la Medalla Alejo Carpentier y las distinciones por la Cultura Nacional y Raúl Gómez García. Desde el 19 de abril de este año integra, como parte del elenco del Buena Vista Social Club, el patrimonio sonoro de Estados Unidos, por el legado de la agrupación, a un cuarto de siglo del maratón musical protagonizado por estos artistas, fieles embajadores de la música cubana.

Es sin dudas un referente de su instrumento: la trompeta. Wynton Marsalis lo consideró como  “el mejor intérprete, a escala internacional, de la cubanidad”. Para Radamés Giro, el Guajiro Mirabal “en sus inspiraciones utiliza elementos de casi todos los géneros de la música cubana, incluso de la música sinfónica y también del jazz”. En entrevista realizada por Levis Lombida, el Guajiro expresó: “El que se inspira suelta todo lo que le viene a la mente (…) la inspiración en la música cubana no es de tantas notas, ni de tanto virtuosismo. La cosa es: pocas notas bien dadas”. Pero sin dudas, esas notas exactas, en el momento justo y con el figurado rítmico perfecto, es algo que solo los grandes músicos como Manuel Mirabal, el Guajiro, pueden dar.

Continúo escuchando esos discos de siempre, de los cuales descubro enseñanzas y maravillosas historias mientras los disfruto. Un privilegio que solo regala la buena música, esa que esta Isla bella tiene y la que nos corresponde a nosotros mantener y defender. Un regalo inapreciable de grandes músicos, que comenzaron llenos de sueños y se convirtieron en protagonistas.

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