Los tiros que aún no corrige el crédito agrícola

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El “empujoncito” financiero que ofrece el crédito a las producciones agropecuarias resulta innegable. Se trata de dinero en función de producir alimentos, por decirlo del modo más sencillo posible, sin lenguaje rebuscado ni apellidos. Pero, más allá de las ventajas, el proceso también experimenta problemas casi “crónicos”, al decir de expertos que han estudiado el asunto, minuciosamente.

LOS BENEFICIOS…

Cuando “5 de Septiembre” indagó sobre las bonanzas del crédito para producir, la respuesta de Serguei Clavero García, presidente de la Cooperativa Créditos y Servicios “Juan González”, del Consejo Popular Pepito Tey, no se hizo esperar. “Los productores pueden trabajar con más eficiencia en la finca, al contar con presupuesto para las labores agrícolas. En nuestra CCS han solicitado para cultivos varios, plátano (en el método de siembra conocido como extrandenso) y para el desbroce de marabú”.

A propósito, cuando la limpia de marabú ocurre para la posterior siembra de cultivos priorizados, los beneficiarios no tienen que pagar intereses, y en otros casos solo el 50 por ciento de las tasas, explica Irdeney Ricardo Estévez, gestora de negocios en la Sucursal 4792 del Banco Popular de Ahorro (BPA), de la ciudad de Cienfuegos, encargada del financiamiento agrícola en el municipio cabecera.

“Con el incentivo sobre las tasas de interés se benefician también producciones como la yuca, el boniato, el plátano, la leche, entre otros alimentos”, describe Ricardo Estévez, tras mencionar la existencia de dos tipos de crédito: “el destinado a capital de trabajo y a inversión. Este último tiene un plazo de hasta cinco años para ser amortizado, mientras el de capital de trabajo tiene un tiempo menor”.

PROBLEMAS NO TAN NUEVOS

Muchos productores no dominan a cabalidad los requisitos y la documentación necesaria para solicitar un crédito. También, por la propia naturaleza de su trabajo, les resulta complicado dejar las labores en el campo para acceder a la sucursal, en busca de información. A estas dificultades en torno al asunto, identificadas por la Sucursal 4792 del BPA, se suman otras que trascienden las fronteras de nuestro terruño e impactan nacionalmente, enumeradas por expertos de la rama de derecho agrario, en reciente sesión del Primer Evento Nacional de esa materia, realizado en Cienfuegos.

En tal sentido Soledad Sarría Cruz, presidenta de la Sociedad Científica de Derecho Agrario de la Unión de Juristas de Cuba, mencionó que, “la política bancaria del país siempre ha estado clara de la necesidad del crédito para la producción agropecuaria y así lo ha potenciado. Incluso las más recientes medidas en la rama estimulan aún más el uso de financiamiento destinado a la agricultura. Sin embargo, en la práctica persisten dificultades: en ocasiones los bancos no dan el seguimiento necesario al uso del crédito, o no realizan las acciones establecidas antes de otorgarlo. Existen casos en el país de productores que no amortizan el préstamo, y las instituciones bancarias no optan por demandarlos”.

Como posible solución a las anteriores agravantes, Pilar Fernández Serradet, jurista y experta en derecho agrario de la provincia de Pinar del Río, mencionó la alternativa del Crédito Único. “Se da actualmente a las Cooperativas de Créditos y Servicios (CCS), ellas como personas jurídicas lo solicitan al Banco, y lo respaldan con la producción de cada uno de sus campesinos. La CCS es la responsable de amortizar el monto total y ello supone una ventaja para la institución bancaria, pues si algún productor no paga en tiempo, la cooperativa asume la deuda. Pero para la forma productiva esto último podría implicar desventajas, si algún campesino no cumple con la producción a la que fue destinada el financiamiento”, describe Fernández Serradet.

LA BANCA FOMENTA LA AGRICULTURA

Otra arista inquietante del asunto la muestra el crédito otorgado desde la Banca de Fomento Agrícola. En 2023, “ha decrecido la utilización de estos fondos que ofrecemos a productores, usufructuarios, empresas y formas productivas”, alerta David Leyva Reyes, jefe del departamento de Banca Agropecuaria en la Dirección Provincial del Banco de Crédito y Comercio (BANDEC), en Cienfuegos.

La entrega de financiamiento en esta modalidad resultó mucho mayor en 2022, “pero en muchos casos los créditos correspondieron a la modalidad de inversiones, y lógicamente no se han cumplido los plazos de retorno. Por ese motivo este año decreció la asignación financiera, aunque las solicitudes también disminuyeron”, señaló el funcionario, tras mencionar a empresas sureñas beneficiadas con la Banca de Fomento: la Agropecuaria Horquita, El Tablón, empresas azucareras para sembrar alimentos, formas productivas como Unidades Básica de P0roducción Cooperativa (UBPC), entre otras.

El responsable de banca agropecuaria identificó otro inconveniente: la no obtención en algunos casos de los rendimientos agrícolas esperados por los productores, obstáculo real para recuperar el dinero invertido, procedente del préstamo bancario.

A nivel macro, la política crediticia hacia la agricultura resume aciertos indiscutibles, sin embargo, en el ámbito local, las brechas aquí descritas imponen revisar allí, donde se produce, posibles soluciones para corregir el tiro en este, un asunto que incide directamente en la producción de alimentos.

Con la colaboración de Liz López García

 

 

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