¿Lázaro Bernal, el último Juglar del Parque Martí?
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Aunque a los Juglares se les ha considerado, desde la Edad Media, personas que se dedicaban a ganarse la vida recitando versos y tocando música, no siempre ha sido así.
La Plaza Mayor de nuestro Centro Histórico, el Parque Martí, fue refugio propicio para un grupo de juglares cienfuegueros que hicieron del mismo un emporio de las diferentes manifestaciones del arte, frente al Teatro Tomás Terry. Figuras como las de Samuel Feijóo, Juan René Cabrera, Felito Molina, Luis Gómez, Hipérides Zerquera, Francisco Echazábal Álvarez (Frankestén), Julio Jiménez Ocaso, Benjamín Duarte, Manuel Lora Peña (El Clarín de los Mares), Francisco Rodríguez (Paco) y René Espinosa, entre otros, sobresalen entre los ejemplos.
También asistía Luis Buclé, que según Frankestén, solo había escrito un verso en su vida, que constituyó incitación para los cultivadores del soneto. Sobre ese verso (tornasolada garza presentida), se llegaron a escribir decenas de esa estrofa endecasílaba.
Músicos, poetas, pintores, investigadores, en el caso de Samuel, se unían en diferentes facetas, que hacían del grupo, el más integral y heterogéneo de la Plaza Mayor del Centro Histórico. Asimismo, Porfirio Kouri (Fillo), Lutgardo Junco, Humberto Canosa, que integraron el Trío Internacional, Vicente Toledo (Bato) y hasta el famoso chino Elio, con su instrumento traído desde el gigante asiático, mezcla de cordófono y pandereta, de quién sabe qué ancestros, formaron parte de este paisaje humano.
Más acá, en épocas recientes y con otras motivaciones, pero juglares también, han ocupado este espacio Domingo Pino, acompañado de su tres; el llamado “hombre orquesta” de Cumanayagua; y en la actualidad, Lázaro Miguel Bernal Gil quien, según él, transitó por agrupaciones musicales como el Conjunto Damujino.
Las personas que transitan por el parque Martí se encuentran con Lázaro en el mismo banco y ya muchos, no conciben la Plaza Mayor, sin la presencia de este juglar, que en el contexto muy diferente a los ya mencionados al inicio de este trabajo, desgrana sus melodías como la que escuché a su lado en recordación del gran músico cienfueguero Félix Eusebio Molina Marín (Felito Molina):
“Como gota de rocío matinal/ que el sol ha secado/ como huella de perfume/ que se ha esfumado/ y su recuerdo quedó./
Así fueron los momentos/ que viví tan ilusionado/ por todas las inquietudes/ y los caprichos de tu querer./
¿Por qué me hiciste feliz/ para luego así burlarte de mí?/¿Por qué me dejaste sabiendo que nunca/ que nunca yo haría eso de ti?/
Un Sudario de recuerdos quedará/ en mi pensamiento,/ la experiencia recibida/ ha lastimado mi pobre corazón…”
Como gota de rocío, así, entre el vuelo de palomas, el transitar de personas y el recuerdo de Felito Molina, me alejo de Lázaro, mientras me asalta la incertidumbre de una pregunta: ¿Será Lázaro Bernal, el último de los juglares del parque Martí…?

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