A la vuelta del siglo, María y su bondad

Compartir en

Tiempo de lectura aprox: 2 minutos, 14 segundos

“¡Mi nombre es María Batista Sosa y nací el 25 de mayo de 1920 en el pueblo de Congojas!”, así fue el recibimiento de la centenaria cienfueguera para al equipo periodístico, de modo que no quedara la menor duda de la lucidez, a pesar de haber rebasado el siglo de existencia.

Entre buenos y malos recuerdos de la niñez, lo que mayormente marcó su infancia fue la extrema pobreza de la familia. Por eso, tal vez, guarda con celo en su mente la imagen del padre Fernando, después de tantas horas en el campo labrando la tierra, o las horas que pasaba su madre frente a la batea o estirando con la plancha la ropa lavada para fuera, como le decían entonces al mal pagado servicio.

“Fueron tiempos muy duros aquellos del machadato, comenta, o los que vinieron después con la dictadura de Batista, cuyos crímenes se hicieron notorios… por cierto, nada que ver ese apellido con el mío, que es de Canarias, y de gente muy humildes, honestas y nobles”.

No obtante, María sostiene que fue muy feliz aquellos primeros años en su pueblo natal, rodeada del cariño de los suyos. Momentos especiales para ella eran las excursiones familiares al río cercano al poblado, el Anaya, “Figúrate, era la playa de los pobres de entonces”, rememora con una rara mezcla de nostalgia y alegría.

Más tarde vendría una etapa inolvidable para la casamentera, que encontró en Rigoberto García Cañizares el amor de su vida. Por eso no dudó en seguir su derrotero como ganadero, primero en la finquita de Cartagena, y luego allá, por las estribaciones de Colón. De aquella época conseva las vivencias de los quehaceres domésticos y las largas esperas del amado ausente.

“Siempre me gustó mantener la cría en el patio, recuerda. Tenía muchas gallinas, guanajos y guineos, y hasta alimentaba mis puerquitos de corral. Por supuesto, a veces hacía de amazona y me atrevía a montar a caballo junto a Rigoberto”.

Luego, no tardaron en consolidar el amor de ambos. De esa unión nacieron Mildrey, Magalys, Miriam y Rigoberto Miguel, los mismos que han fructificado en una linda descendencia de quince nietos, once bisnietos y seis tataranietos… así que “la guitarra estuvo bien templada para regalarnos tanta música, como decía mi papá”, alude, mientras deja que una pícara sonrisa se dibuje en sus labios.

Tras el triunfo de la Revolución la famila García Batista se estableció en la ciudad de Cienfuegos. Por entonces, según la propia María, vivió a plenitud aquellos años de efervescencia social como cederista y federada. Dejó de ser la ama de casa habitual para asumir la administración de bodegas, peleterías y tiendas de ropa. “Y aunque no era graduada de administración pública, ni de economía, jamás en mis unidades hubo faltantes ni sobrantes, porque primó siempre la honestidad”, reconoce con orgullo.

Aunque buena parte de los hijos viven lejos, siempre están al tanto de la madre. “Vivo rodeada de cariño, dice, los vecinos me quieren, me visitan y los sirvo en todo lo que puedo… ah, y tengo una muñeca negra (como la de Martí)”. Así le llama a su inseparable Francisca González Hechevarría, la mulata sexagenaria que la ha rodeado de afectos y cuidados.

“Me siento muy bien de salud, y ni los callos me duelen, porque no los tengo. Así que no padezco de nada”, riposta ante la insinuación de este reportero sobre los achaques propios de la edad.

Entonces, ¿nos vemos en los 120?, le provoco.

Me mira con los ojos inundados de su bondad, sonríe con indulgencia, y me ilumina con una respuesta de miel:

“Ohhh, esa es una muy buena propuesta… no se cuánto más pueda vivir, hijo mío, pero, ¿quieres que te confiese algo?, desearía que sean muchos más!

Y ante el requerimiento del fotógrafo por la instantánea del momento, marcha ligera, y con su paso menudo hacia el balcón, donde cada noche aplaude a los soldados de primera línea contra la Covid-19, le escucho entonar, clarito, clarito, La Internacional.

Visitas: 689

Armando Sáez Chávez

Periodista de la Editora 5 de Septiembre, Cienfuegos, Licenciado en Español y Literatura y Máster en Ciencias de la Educación

Un Comentario en “A la vuelta del siglo, María y su bondad

  • el 30 mayo, 2020 a las 7:30 am
    Permalink

    Linda historia de la mamá de un amigo, narrada con el amor.que lleva

    Respuesta

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *