La verdad, la dignidad y el suelo en que se nace

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El texto en tres tomos, Desde el banquillo. Diario de René González Sehwerert fue un regalo de la casa editorial pinareña Capitán San Luis en 2018. Su prólogo de la autoría del desaparecido intelectual y politólogo Ricardo Alarcón de Quesada, logra sumergir al lector interesado en una antesala redactada con exquisitez inmejorable. Para Alarcón de Quesada conocedor a profundidad del caso de nuestros Cinco Héroes “la obra debe ser de obligada consulta para todo cubano”, así refirió en sus palabras iniciales. Por su parte el autor González Sehwerert, en un total desprendimiento, lleno de amor y hermandad, declaró a sus volúmenes más allá de su diario personal, el diario también de sus cuatro hermanos luchadores anti terroristas. El texto no solo se hace acompañar de una forma, estilo y lenguaje singulares que logran atrapar a quien lo lea. A su vez cada pasaje, quedó inmortalizado en las ilustraciones de Gerardo y Tony. Los tres volúmenes en su final regalan con una total nitidez editorial memorias fotográficas, fuentes iconográficas de incalculable valor para nuestras futuras generaciones.

Desde el banquillo es un diario atípico, resultado del contexto en el cual su autor lo confeccionó. Sus primeras letras nacieron del ingenio de René González para mantener activo, con vida, el pequeño lápiz de solo dos pulgadas que le entregaban para poder escribir. Sin embargo, hizo proseguir su quehacer cada vez que acudía a la corte, en su empeño lo ayudaron los otros reos, quienes en muestra de solidaridad consciente renunciaban a utilizar la máquina de escribir existente en aquel local. Gesto que hoy nos permite disfrutar de un texto donde la verdad sobredimensiona sus páginas. La otra atipicidad, es que su autor no narra por días lo que acontecido, algo imposible de lograr dada la realidad objetiva vivida. Aunque quien escribe considera tras su lectura, que quizás cumplir con esa característica tradicionalista que poseen con cierta regularidad los diarios que leemos, no era en sí un objetivo a cumplir por René González.

Desde el banquillo es fruto de la indescriptible sinceridad que como valor humano posee su autor. Gracias a ello cada palabra fue bien pensada, portadora un mensaje, resultado de aquellas circunstancias en las cuales influyeron estados de ánimo, condiciones de vida, prohibiciones, manipulaciones tortuosas, situaciones de salud, entre otras. Razones que hacen al texto exponer más que el día a día. El diario marca el proceso legal enfrentado por René González, su familia, sus cuatro hermanos junto a sus seres queridos, abogados, el pueblo de Cuba y la lucha internacional por su excarcelación. Sin obviar para nada el contexto en el que se desenvolvieron los acontecimientos.

Las razones antes expuestas, hacer al autor del escrito considerarla una obra de amor. En su criterio no solo influye la promesa que René González le hiciera a su amada Olga Salanueva para mantenerla al tanto de todo lo que ocurría. Juramento que le permitió iniciar con dos mágicas palabras Mi Amor. El mismo amor que públicamente sin vergüenza, con intensa dignidad le mostrara a Olga, cuando en su juicio de deportación fue presentada con el típico overol anaranjado, con los cuales visten a los presos en Estados Unidos lleno de manchas de pintura. Pensaban que ridiculizarían a René cuando la viera, que el héroe agacharía la cabeza ante tanta ignominia, que no soportaría ver a su amada, a la madre de sus dos hijas vestida así, en aquellas condiciones. Pero su temple de cubano se alzó por encima de toda maldad y al encontrársela, le tomó de la mano, le dio una vuelta y le dijo como solo un cubano enamorado puede hacerlo: “Qué bien te queda el anaranjado, mi amor”.

El amor se hace presente en disímiles formatos y variantes durante casi todo el texto. Particularidad que quizás al ser detectada por los especialistas de la editorial Capitán San Luis, pudo llevar a incluir en el proceso editorial a la poetisa, crítica y teórica Patricia Papastamatiú, acompañada por la enriquecedora labor intelectual de Iroel Sánchez. Lo anterior hace al autor del presente escrito afirmar que si nuestro Héroe Nacional José Martí, en su obra La Edad de Oro, nos regaló en Los zapaticos de rosa un cuento en versos, sin ánimo de analogía de ningún tipo, René González en su diario nos regala poesía escrita en prosa. Imposible de lograr si el amor en sus diferentes variantes —como antes se había afirmado— no hubiese hecho presencia en el interior de González Sehwerert, sino hubiera sido entre otros factores motor impulsor, pasión irrenunciable para haber escrito sin importar absolutamente nada sus memorias.

Por último René González Sehwerert no necesitó ir al término inocencia para legitimar su estado o el de sus hermanos de causa. La propia lectura demuestra el proceder de los fiscales, el gobierno, la mafia de Miami y la amplia divulgación mediática del caso dada solo en ese Estado de la nación norteña. Para el resto de los norteamericanos lo que en Miami acontecía, unido al amañado juicio del cual fueron víctimas nuestros Cinco Héroe será de total desconocimiento. Es por ello que más que Héroes de la República de Cuba, René, Gerardo, Ramón, Antonio y Fernando son PATRIOTAS, condición no estipulada en ninguna resolución, condecoración moral que otorga la historia y el pueblo de Cuba, cuando hijos como ellos defienden con dignidad, amparados por la verdad, la soberanía del suelo en que se nace.

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